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Confusión de la corrupción



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 04 de Agosto de 2020 8:04 am


PARA no ser arrastrado por el vendaval de la infodemia, es decir, por las falsas y malintencionadas noticias, debe uno estar atento y analizar mínimamente la más simple información que tenemos al alcance. Cuando el odio ofusca nuestra mente, se nos dificulta descubrir alguna virtud o razón en la persona que, en los hechos, representa todo lo contrario en nuestros sentimientos o intenciones.

Un grupo de personas iracundas e irracionales que están contra AMLO, han caído en el torbellino de una lamentable confusión. El actual Presidente de la República, desde mucho antes de que el pueblo de México lo eligiera como su Presidente, había promulgado una ley que tenía alcances locales, única y exclusivamente en la Ciudad de México, que consistía en que a las personas adultas se les tenía que dar una cantidad de dinero por haber dado parte de su vida al trabajo, pues ya mayores vivían en la desprotección y en el olvido.

Esta ley se extendió prácticamente a todo el país, contra la voluntad de gobiernos neoliberales y cierto tipo de empresarios; hoy es una obligación del Estado mexicano que firmemente apoya a esa olvidada clase social. Llama la atención que la mayoría de integrantes del BOA y FRENA se unan y funden con el coronavirus, que asuela a la población mexicana. Sienten que la pandemia es una aliada, porque las víctimas y fallecidos que aparecen diariamente se los endilgan a López Obrador, por la razón que usted guste y mande.

AMLO siempre ha protegido a los adultos mayores, pero la oposición celebra que la desgracia se apodere de nuestro país; no se dan cuenta que eso es vivir en una confusión de valores. Porque para los políticos corruptos por triangulación financiera para desaparecer dinero del pueblo, por complicidad con los cárteles del crimen organizado, la sincronía para recibir dinero por parte de todos los Diputados y Senadores del país, no es otra cosa más que traición a la patria. Y es vergonzoso que se mencione a Diputados y Senadores de Colima, lo debemos tener muy en cuenta para las elecciones de 2021, y de ninguna manera dejarse llevar la voluntad ciudadana por esos esperpentos políticos que se andan haciendo publicidad, porque saben que son productos de bajísima calidad, que solamente los consume una ciudadanía que se alimenta de chatarra política.

Ocultar bienes y riquezas robadas al país y a través de simulaciones jurídicas presentadas como propias, es propio de productos neoliberales que confunden los valores, pensando que esa es la inteligencia y la capacidad de un ser humano: robar, traicionar como sinónimos de éxito, esas son sus características individuales. El problema al que frontalmente se están enfrentando es a su propia esencia.

No tienen el menor pudor y recato por sí mismos, llegan a un cinismo abominable y extremos inconcebibles, a desconocer a sus propios cofrades del pillaje partidario sin recato alguno. Emilio Lozoya, dice el presidente del PRI, es un personaje totalmente desconocido en las inmaculadas filas priistas. Duarte, ex gobernador de Chihuahua, bandido voraz de aquel estado en el tiempo que lo gobernó, hoy se encuentra hablando en términos ajedrecísticos. La prensa vendida, en otros tiempos arropada como momia por la más poderosa corrupción existente, no veía ningún desfalco, robo, pillaje, corrupción o crimen en los personajes políticos de cualquier nivel; al contrario, si analizamos la hemeroteca periodística, esos vasallos de la corrupción los veían como hombres prodigiosos por el dinero que recibían para que presentaran los horrores cometidos por políticos.

La confusión es tal, que confundí a García Lorca con García Luna, por las letras iniciales de su apellido, pero, esencialmente son totalmente distintos cuando aprendieron a García Luna y a Emilio Lozoya. Este es el de García Lorca.

“Antonio, ¿quién eres tú? Si te llamaras Camborio, hubieras hecho una fuente de sangre con cinco chorros. Ni tú eres hijo de nadie, ni legítimo Camborio. ¡Se acabaron los gitanos que iban por el monte solos! Están los viejos cuchillos, tiritando bajo el polvo”.