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El reto del PRI



MANUEL GODINA VELASCO


Miércoles 05 de Agosto de 2020 7:56 am


EL pasado viernes, algunos analistas tuvimos oportunidad de escuchar los razonamientos, actividades y proyectos de trabajo del nuevo presidente del CDE del PRI, José Manuel Romero Coello, quien en forma por demás atenta y cordial nos recibió en la Colina de San Miguel, donde ha venido funcionando desde hace años un restaurante campestre, propiedad y operado por su familia, cerrado al público desde marzo por efectos de la pandemia.

Si bien desde enero pasado, en entrevista difundida por las redes sociales, alzó la mano para ser considerado como un precandidato al Gobierno del Estado, en este caso abanderado por el tricolor, esa posibilidad creció al recibir la invitación personal que le hizo su amigo, el dirigente nacional priista, Alejandro Moreno, Alito, para hacerse cargo de la dirigencia estatal de un partido, que en el caso local estaba adormilado.

Aunque no estaba en su proyecto buscar la dirigencia estatal del tricolor, por los argumentos que su amigo Alito le expuso para convencerlo de esta tarea, fue que aceptó el reto, que él mismo así lo califica, para encargarse de la conducción y rescate de un partido que a nivel nacional quedó en tercer lugar de la votación total en el proceso electoral 2018, que a nivel local quedó en el segundo, en muchos casos a pocos votos de los triunfadores que arrastró la ola AMLO.

Tiene muy claro Romero Coello el enorme reto y la tarea que se ha echado a cuestas de un partido que dejó de lado las luchas y reclamos sociales, que ahora carga la pesada loza de la corrupción de muchas figuras nacionales y algunas locales, cuya percepción social debe contrarrestar con la inclusión de nuevos cuadros cuya honorabilidad y prestigio esté fuera de toda duda.

Puso énfasis en que no es su obsesión ser el abanderado del PRI para la candidatura a Gobernador, precisó que a finales del año se debe valorar quién de los aspirantes priistas goza de mayores simpatías electorales, citando a Mely Romero, Agustín Morales y Óscar Ávalos, donde él mismo quedará sujeto a dicha medición, cuyos actores tendrán que compararse electoralmente con los aspirantes de otros partidos.

Otra buena actitud que trae en mente es que si en dichas mediciones el tricolor no es garantía de triunfo con ninguno de sus aspirantes, ve con simpatía la posibilidad de tejer alianza con otros partidos, cuya suma daría posibilidad de alcanzar visibles triunfos, sobre todo en las diputaciones federales, Alcaldías y diputaciones locales. Sin quitar el dedo del renglón de retener la gubernatura.

Para los analistas presentes en esa reunión nos queda claro que si no hay una alianza priista con otro partido con suficiente fuerza local, será muy difícil conquistar la gubernatura, en cambio, esa posible alianza les garantizaría el triunfo en las Alcaldías de Manzanillo, Tecomán y Armería, cuyos titulares han hecho un pésimo papel, además de retener los municipios de Coquimatlán y Minatitlán, que son gobernados por priistas con un buen desempeño.

Lo mismo ocurriría con por lo menos ocho de los distritos locales, donde sus actuales Legisladores, que llegaron sin merecimientos, sin experiencia, y con un deplorable desempeño de sus funciones, podría garantizar una fuerte bancada tricolor si los abanderados no son cartuchos quemados, que puedan triunfar por el voto popular y no por cuotas de poder de sectores o sindicatos, que ya no son bien vistos por la sociedad, el clamor es hoy más ciudadanización y menos partidismo.

Nos dejó claro Romero Coello que la prioridad nacional del tricolor es la conformación de la próxima Cámara de Diputados, donde el PRI pretende triunfar en por lo menos 100 distritos electorales federales, que al ir en alianza con uno o dos partidos como PAN y PRD, obtengan otras 100 curules, cuya fuerza opositora sería un verdadero contrapeso del Poder Ejecutivo. De no obtener ese equilibrio camaral, el futuro económico, social y político del país se convertiría en una catástrofe. Enorme reto para el PRI nacional y para José Manuel Romero Coello a nivel local, que requiere sumar fuerzas.


*Analista político