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ALEJANDRO BERNAL ASTORGA

Finanzas Familiares en tiempos de pandemia


Miércoles 05 de Agosto de 2020 7:41 am


En tiempos de crisis es importante cuidar nuestra salud física y financiera.

 

ADMINISTRAR las finanzas familiares para optimizar su rendimiento, es una necesidad que cobra mayor importancia en tiempos de pandemia. Más aún si la afectación económica, los ingresos y la estabilidad laboral, no son las mismas para todos los mexicanos y cuando la reactivación no será igual para todas las actividades económicas, ni al mismo tiempo en todas las zonas del país.

En este contexto, las señales de alarma que comprometen la estabilidad financiera familiar inician cuando:

A) La reducción, pérdida del ingreso o un ritmo de gasto acelerado, nulifican la capacidad de reacción ante una enfermedad o contingencia.

B) Se utilizan ahorros, tarjetas de crédito o préstamos para cubrir el gasto normal o cumplir con obligaciones.

C) Se vive debiendo por anticipado, los gastos de un mes o quincena.

Ante la incertidumbre de vivir con una pandemia sin fecha de término, es necesario ser resilientes, tomar decisiones y elaborar un traje a la medida de las posibilidades y necesidades de cada familia, para ello se requiere:

A) Corresponsabilidad entre el gobierno y la sociedad para evitar la propagación del virus y mitigar sus efectos. Es importante destacar que en estos momentos, la mejor inversión es tomar medidas para no enfermarse.

B) Cuidar tu fuente de ingresos. Si eres empleado o empleador, es tiempo de cumplir con responsabilidad, ética y sensatez tus tareas y funciones; de dar el extra y llegar a acuerdos para que, a pesar de las circunstancias, la organización prevalezca. 

C) Mantener la calma; no tomar decisiones financieras de manera precipitada o convulsiva.

D) En la medida de lo posible, ahorrar o destinar recursos para tener un fondo de emergencia y afrontar la contingencia. Reflexionar y evaluar para no gastar en automático y vivir como si no hubiera pandemia o emergencias.

F) Reajustar las prioridades y hábitos de consumo, dando prioridad a la satisfacción de necesidades básicas: alimentación, salud y educación. Para ello se requiere de la participación y disciplina de todos los miembros de la familia.

G) Elaborar un presupuesto para tener un balance entre ingresos y egresos; si no sabes cuánto gastas, difícilmente podrás administrar con eficiencia.

H) Cuidar la liquidez, ya que no todos los activos, son rápidamente convertibles a efectivo.

I) No asumir deudas por encima de la capacidad de pago. En periodos como el actual, hay ampliación de plazos de pago y exención temporal del cobro de intereses, pero no condonación de deudas. Se debe cuidar el historial crediticio, para futuros financiamientos.

J) En el caso de deudas preexistentes, pagar preferentemente las que tengan tasas de interés más altas (siempre que no pierdas liquidez) o trasladarlas a instituciones que ofrezcan condiciones más favorables.

K) Evitar compras de pánico que encarecen el precio de los productos y generan desabasto.

L) Promover la cultura del aseguramiento, considerando la selección de las aseguradoras que ofrezcan mejores coberturas en la relación costo-beneficio y que cumplan responsablemente con sus obligaciones.

Si bien la perspectiva económica, no es ni por mucho la mejor, adaptarse al cambio y acrecentar la formación para crear nuevas formas de valor, puede representar oportunidades para la generación de ingresos que fortalezcan las finanzas familiares.

Ahora bien, si el entorno financiero familiar es favorable, es importante consumir para reactivar la economía: fortalecer los ingresos de otros, es desarrollar tu propio mercado, ya que mantienes o incrementas su capacidad de compra y generas ventas e ingresos para tu organización.

Importante considerar además, que la disciplina financiera no debe terminar con la nueva normalidad, se requiere constancia para aspirar a tener mejor calidad de vida y que nuestras decisiones hoy, nos brinden un mejor mañana.