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Malas compañías



MARIO ALBERTO SOLÍS ESPINOSA

Un nuevo mensaje para el futuro


Miércoles 05 de Agosto de 2020 7:53 am


DESDE marzo pasado, la vida cotidiana se transformó radicalmente, nuestros horarios, rutinas, la lógica de todos los días, desapareció abruptamente y eso supone un impacto que debe procesarse para adaptarse lo mejor posible a la nueva situación.

La pandemia de coronavirus irremediablemente forma parte de nuestra realidad; la forma de relacionarnos e interactuar ya no puede ser la misma, es responsabilidad individual tomar las acciones necesarias para proteger nuestra salud y la de personas cercanas.

Sin embargo, las autoridades, en este caso el gobierno estatal, deben contribuir con una estrategia correcta para la circunstancia que vive la entidad, actualmente en fase 3 o de contagios comunitarios, es decir la más riesgosa en la escala difundida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A estas alturas, ya no pueden implementarse las medidas y mensajes que quizá fueron útiles al inicio de la emergencia, en marzo o abril pasado, las condiciones han cambiado, las necesidades colectivas son otras y las exigencias sociales presentan variaciones respecto a los meses anteriores.

En la entidad, como en el resto del país, ya inició la reactivación económica y con ella la reapertura de todo tipo de establecimientos, lo que definitivamente era necesario para no llevar a la ruina a miles de personas, pero igualmente tiene un costo por el incremento de la movilidad.

El retorno a las actividades cotidianas, autorizado por las autoridades estatales y municipales, se contrapone por lógica al llamado a quedarse en casa. No se entiende cómo se espera que la gente se confine en su hogar, si ya hay permiso para que todos los negocios permanezcan abiertos.

Hay una contradicción oficial al dar luz verde a la reapertura de negocios mientras que por otro lado, se intenta que la gente se mantenga en sus casas. En este momento, tras casi cinco meses del Quédate en casa, ya no es posible mantener esas restricciones, que más bien pueden resultar contraproducentes.

El mensaje del miedo y la advertencia simplona deben ser sustituidos por una campaña de información y concientización para que la gente se adapte a la nueva normalidad con éxito y pueda realizar actividades sin poner en riesgo su integridad física.

Ya el confinamiento voluntario no funciona, eso se puede ver en las calles todos los días, no obstante las autoridades sí pueden guiar a la población respecto al uso del cubrebocas, la higiene personal y la necesidad de evitar lugares congestionados, por mencionar algunos de los que tendrían que ser los elementos de un nuevo discurso gubernamental.

Además, se debe promover la empatía para lograr que las personas entiendan que una actuación responsable ayuda a todos, además que ya no es posible actuar como lo hacíamos antes del 18 de marzo, al menos por un tiempo, eso ya no será posible.

Todos tenemos que contribuir en esta coyuntura histórica, al gobierno le toca enviar mensajes claros, actualizados y útiles; en la medida que tenga claridad y una ruta definida, la sociedad deberá responder con una actuación más responsable, son obligaciones compartidas y debemos asumirlas.


BREVE HISTORIA PARA CAMILA


El otro día, en las horas para llenar que le quedan a la princesa, le dio por revisar los periódicos viejos que conservo debido a que contienen sus historias. La moconeta poco dijo; es que creo que para mal, me aprendió la poca expresividad, sin embargo se sorprendió de la antigüedad de algunos ejemplares y de hechos como la pandemia de A-H1N1 que llegó al país en abril de 2009. En esa ocasión, según escribí, se canceló su festejo del Día de la Niña y el Niño. Se sorprendió de que esa columna se tituló emergencia sanitaria, coincidencias de la vida. En aquel entonces ella tenía 3 años y me preocupé mucho por su integridad; ahora es diferente, el riesgo para ella es menor porque ha crecido y yo tengo más años que en aquel entonces. En fin, la infantina tuvo un acercamiento con estos mensajes que le escribo desde hace 14 años, ya le corresponderá decidir qué hace con ellos.