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Los dislates de AMLO



MANUEL GODINA VELASCO


Miércoles 12 de Agosto de 2020 8:00 am


RECONOCIENDO en el presidente Andrés Manuel López Obrador a todo un genio en el arte de la comunicación social, así como en la imposición y manejo de la agenda de discusión nacional, para desviar la atención de los gravísimos temas de salud pública, inseguridad y violencia que vive el país o del desastre de la economía nacional que apenas comienza, aprovecha sus conferencias matutinas y sus constantes giras para hacer controvertidas declaraciones, cuyos dislates (absurdos, desatinos y disparates, según el Diccionario de la Real Academia Española) no pueden pasar desapercibidos para un comentarista.

Reza un viejo refrán: “Quien mucho habla, mucho se equivoca”. Un funcionario, o mejor dicho, un importante servidor público, no puede salir todos los días a hablar de tantos temas que no domina, sin que tenga que cometer errores.

La semana pasada AMLO abordó el importante tema de la edificación de carreteras, cuyo trazo y construcción requiere de la concurrencia de grandes empresas y de competentes ingenieros civiles que cursaron años de formación académica, que deben demostrar probada experiencia y capacidad profesional para hacer realidad las grandes obras carreteras que son orgullo de la ingeniería mexicana.

Sin decir “agua va”, sin deberla ni temerla, en esa ocasión emprendió contra el gremio de ingenieros y arquitectos de quienes dice AMLO, “antes se utilizaba como excusa o pretexto, que la gente no tenía conocimiento técnico para hacer una casa y que necesitaba la asesoría de los ingenieros y los arquitectos para su construcción, por eso entregaremos los créditos de vivienda de manera directa, ya que la gente tiene un instinto certero para hacer sus casas”. También “a los ingenieros les cuesta trabajo aceptar que se pueden hacer caminos sin ellos”. La respuesta del Colegio de Ingenieros Civiles y de la Federación de Arquitectos Mexicanos no se hizo esperar, denostados y ofendidos no aceptan ese trato insultante, esos gremios que agrupan a más de 90 mil asociados y sus familias restarán importantes votos a los candidatos de Morena en 2021.

Ante la ola de críticas derivadas del alto número de muertes por coronavirus, hasta ayer más de 53 mil, como el mago que saca de su chistera al conejo, en su visita a Culiacán decide el Presidente honrar la memoria de los fallecidos con un minuto de aplausos, lo que significa una verdadera ofensa para sus familias, quienes culpan al gobierno de las muertes por el mal manejo de la crisis sanitaria, cuyo optimismo sigue prevaleciendo entre AMLO y sus funcionarios del sector salud, no obstante el crecimiento exponencial de contagios, muertes, afectados y familias que son potenciales inconformes electorales.

Para acabar de rematar esa semana con infortunadas declaraciones, durante su visita a Vícam, Sonora, ante indígenas yaquis, AMLO soltó otra de sus controvertidas decisiones, ahora emprendiéndola contra tres importantes países: España, Francia y Estados Unidos, a cuyos gobiernos les exige una disculpa por las invasiones a nuestro territorio; el primero, ocurrido hace 500 años con la Conquista; el segundo, durante la intervención francesa, entre 1862 y 1867; y el tercero, durante la ocupación de Veracruz, en 1914. Exigencia que rompe con todos los cánones de la diplomacia y la buena relación entre pueblos, gobiernos y países, de quienes espera AMLO vengan con urgencia a postrarse de rodillas ante él, para recibir el perdón por lo que hicieron sus antepasados hace siglos.

Los mexicanos queremos ver a un Presidente ejerciendo sus elevadas funciones de gobierno, a las que les debe dedicar tiempo y seriedad, dejando a un lado la euforia declaracionista de todos los días, donde busca enfrentar entre sí a grupos y sectores para decirnos que vamos bien en la mayor crisis económica sufrida en 100 años. Basta de giras de promoción personal o de campaña a su proyecto de nación, que muchos no acabamos de entender.


*Analista político