Indicador político
CARLOS RAMÍREZ
Morena: ni partido del gobierno o del Presidente; ya no sirve
Miércoles 14 de Octubre de 2020 7:27 am
EN la mesa digital de análisis La
agenda de La Crisis, el columnista Roberto Vizcaíno planteó su enfoque sobre la
función de Morena: esa organización no fue creada para ser un nuevo PRI, sino
para operar como la estructura electoral del 1 de julio de 2018 y, sobre todo, para
coordinar la representación en casillas junto con el aparato electoral de la
maestra Elba Esther Gordillo. A partir de este planteamiento se
puede construir una explicación política de Morena: como partido, Morena ya
cumplió su función y estos 2 años ha sido dejada a su propia suerte, a pesar de
que el Presidente de la República es también Presidente con licencia del
partido. El verdadero partido político electoral de Palacio Nacional está en
los superdelegados, una especie de
estructura Pronasol de Carlos Salinas de Gortari que fue creada para sustituir
al PRI como estructura social de poder. En este contexto, Porfirio Muñoz
Ledo quiere reconstruir el PRI que conoció en 1975 y 1976, en tanto que Mario
Delgado busca sólo mantener el partido con respiración artificial. Lo grave
para los dos es que las candidaturas importantes para 2021 ya fueron decididas
en Palacio Nacional y Morena no tiene nada que hacer en esa fiesta. Y como lo
padeció de manera humillante Muñoz Ledo, la candidatura presidencial de 2024 será decidida por el
Presidente de la República –como se decía antes– en la soledad de su despacho. Lo que percibió López Obrador en
las elecciones de 2006 y 2012 fue el fracaso del PRD como partido en la
presencia en las casillas para vigilar el voto. En esas dos fechas, la maestra
Gordillo ya tenía un aparato electoral de unos 40 mil maestros en el país para
controlar casillas y esa estructura operó a favor del candidato panista Felipe
Calderón Hinojosa en 2006, para Peña Nieto en 2012 y como eje de Morena en
2018. Por eso Morena no cuenta para
definir el proyecto de gobierno, para decidir candidaturas o para funcionar
como partido del Estado-gobierno-Presidente. Y de ser posible, estaría
condenado a desaparecer, porque al fin y al cabo el liderazgo personal de López
Obrador le da para redistribuir candidaturas en otros partidos. El modelo de
democracia directa popular pasa por la anulación de los partidos como
estructuras oligárquicas de los dirigentes y su falta de funcionalidad real
para representar a la sociedad. A pesar de su comunicación y
comunión telepática, Muñoz Ledo no ha entendido el modelo político del
presidente López Obrador de democracia social, directa y participativa sin
intermediaciones burocráticas. En realidad, Muñoz Ledo trae el chip del PRI
corporativo cardenista, pero en su versión del PRI alemanista de partido
burocratizado, porque las relaciones de poder, desde el PNR, han sido llevadas
de manera personal por el Presidente de la Republica en turno. El PRI padeció tres dirigencias
que creyeron de verdad que el sistema priista era democrático: Carlos Madrazo,
Manuel Sánchez Vite y Jesús Reyes Heroles, y los tres fueron desplazados no
siempre con buenos modos de la dirigencia. Y hubo un cuarto que creyó que el
modelo era otro, salió de candidato presidencial luego de deconstruir el PRI,
quiso reconstruirlo antes de tomar posesión y fue asesinado en Lomas Taurinas. En
este contexto se debe leer en clave política la crisis de las encuestas en
Morena. EEUU, a
21 días de las elecciones
Las que comienzan son las 3 semanas decisivas para las votaciones
presidenciales. El fantasma de 2016 se le aparece a Joe Biden, mientras Trump mueve
los hilos de poder de la Casa Blanca. EEUU no se juega la democracia, sino la
reorganización del poder imperial y sus intereses orgánicos. El bloque
Obama-Hillary-Biden-Pelosi perdió buena parte de la representatividad del
Estado corporativo dominante. Política
para dummies: La política es el
juego de intereses que no se ven, pero que se sienten… o debieran sentirse.