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Apuntes



MARIO CÁRDENAS DELGADO (ACPE)

Presidente feliz


Jueves 15 de Octubre de 2020 7:03 am


VIVE tan feliz el presidente López Obrador en su mundo bizarro de la 4T, donde la caída del Producto Interno Bruto en más de dos dígitos, los 85 mil fallecidos por causa del Covid-19; la violencia, la inseguridad y la impunidad que campean por todo el país; la bancarrota de Pemex y hasta el reciente robo de medicamentos para tratar el cáncer, son producto de complots o sabotajes de los conservadores, los neoliberales, los emisarios del pasado y en general los que no apoyan sus desatinos.

Él está muy contento y así lo manifiesta con la sonrisa burlona que exhibe en las conferencias matutinas y donde se pare para echar peroratas. Para López Obrador es más estimulante, alegre e importante mandar cartas, que evidentemente le redacta su esposa u otros amanuenses, para pedir al Rey de España y al papa Francisco que se disculpen por los supuestos agravios cometidos por españoles y clérigos hace más de 5 siglos, que resolver los problemas del país.

En su exultante euforia ni siquiera le importa que como parte de la confrontación y el encono que promueve cada día entre los mexicanos, sus cofrades Mario Delgado Carrillo y Porfirio Muñoz Ledo se den hasta con la cubeta por la presidencia de su partido, Morena. Feliz y optimista como es, está seguro de arreglar las cosas cuando quiera a través del Tribunal Electoral, que para eso está a su servicio, como también las dos Cámaras que integran el Congreso de la Unión y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¡Qué caray!, el poder es para ejercerse absolutamente, sin contrapeso alguno, como lo hace él.

Sin embargo, el gozo podría irse al pozo y transformar su grotesca sonrisa en mueca de amargura, cuando vea que la economía sigue en picada; que las muertes por el coronavirus no paran, debido que el otro López, Gatell, ha manejado muy mal la pandemia, ya perdí la cuenta de cuántas veces aplanó la curva; que los estados y municipios caigan irremediablemente en la bancarrota, por los recortes presupuestales que les ha recetado con aval de los Diputados morenistas que pastorea Mario Delgado y sus aliados, y que a los cárteles del crimen organizado les hacen lo que el viento a Juárez sus regaños y amenazas de que los va a acusar con su mamá, ellos siguen en lo suyo: matando, secuestrando, extorsionando, robando y envenenando a la sociedad.

Pero no, creo que esto no ocurrirá, porque para López el ejercicio absoluto del poder es felicidad plena, ya que como auténtico señor de horca y cuchillo puede atacar, defenestrar, ridiculizar y poner en picota a sus adversarios, y también empoderar a sus familiares, amigos, aduladores y cortesanos, a quienes incluso perdona todos sus pecados, por graves que fueran, y también regalar a la plebe ilusiones, promesas incumplibles y desde luego, dinero.

Con este fin dispuso de todos los “guardaditos” del gobierno, con el conque de la corrupción y el despilfarro, pero sin probarlo; se eliminaron fondos y fideicomisos indispensables para la atención de sectores importantes de la población y el desarrollo del país, y pronto el Servicio de Administración Tributaria buscará hasta debajo de las piedras los recursos que el jefe necesita para hacer lo que lo hace feliz, sus innecesarias obras faraónicas y comprar votos para utilizarlos el próximo año, por ejemplo.

Por el momento nada empaña la euforia del gobernante absoluto, pero es un hecho, la cruda la pagaremos todos los mexicanos, de la actual y futuras generaciones, incluso muchos que le siguen a morir sin reflexionar. De eso no tengo duda, como tampoco de que López es, por el momento, un Presidente feliz, pero alguien debería decirle que la felicidad puede ser pasajera.


Hasta siempre, Pany


“Hola, amiguita, soy Pany El Guapo, porque el feo se quedó en su casa”, así dijo a mi nieta el payaso malabarista que cada semana se ganaba la vida con sus gracias en el cruce de la carretera al Rancho de Villa con el Libramiento Sur. A partir de ese día, cada sábado la llevábamos para que pudiera encontrarse, saludar y reír con su nuevo amigo. Pero el 26 de septiembre no lo vimos, ni el siguiente.

En casa tenía y conservo una edición de Diario de Colima, del viernes 18 de septiembre, en la que se publicó una fotografía de él, en la sección de Municipios, se la mostramos diciéndole, “mira, aquí está tu amigo”. Unos días después nos enteramos que el 24 de septiembre lo había atropellado un vehículo cerca de donde vivía, en la colonia Palo Alto y 10 días después falleció en el Hospital Universitario.

A partir de este hecho nos dimos a la tarea de buscar a la viuda del payasito y a sus cuatro hijos, incluida una niña de 2 años, y la encontramos en su domicilio de Francisco Javier Mina 366, en la ciudad de Tecomán. Nora García nos comentó que la vida de Ramón Guzmán Marín, como se llamaba el mimo, fue, desde niño y hasta sus 34 años, de lucha y superación, por eso en la mañana repartía bolillo y por la tarde pan de Comala. Los fines de semana se caracterizaba como payaso. “Le iba muy bien porque la gente lo quería mucho”, nos dijo la viuda.

Me consta que así era y los numerosos comentarios que escribieron sobre él en el portal informativo (De Política y Algo Más) donde se difundió la noticia así lo confirman. Hasta siempre, Pany El Guapo.


apuntesmario@hotmail.com