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El enjambre en Morena



ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA


Viernes 16 de Octubre de 2020 7:23 am


LO que pudiéramos desear los verdaderos militantes de Morena, es que los procesos para la formación de cualquiera de sus estructuras se dieran bajo los principios de participación democrática, honestidad, cordura y una gran dosis de madurez política. Pero lo que tristemente estamos presenciando es una lucha de poderes para ostentar una posición por demás pasajera, que como cualquier otra con similar afinidad, tiene también fecha de caducidad.

En Morena creo que nos merecemos más que eso, miles de personas pusimos la esperanza en una nueva organización joven, con propuestas claras y la tendencia directa de favorecer a los más necesitados y a minimizar las brechas en las tantas desigualdades sociales que aquejan al país, situaciones que nuestro mandatario, Andrés Manuel López Obrador, ha ido allanando al poner en práctica todos los programas en los que palpablemente se están viendo reflejados excelentes resultados.

Desde que el actual Presidente dejó la dirigencia del partido para cumplir su mandato, por el cual trabajamos millones de mexicanos y mexicanas, el partido quedó huérfano, quienes quedaron al frente olvidaron los preceptos para los que fue creado (o nunca los asumieron como tal), y sólo se dedicaron a imponer ideas personales y formar grupos afines a intereses propios, y si ya existían algunas grietas queriendo hacerse presente, fue el momento preciso y hoy día tenemos a un partido fraccionado donde pululan un sinfín de facciones tratando de afianzar posiciones rumbo a las elecciones de 2021.

Lo grave de todo esto es la ceguera producida por la ambición que no se alcanza a identificar que estas prácticas son las mismas por las que tanto hemos luchado para no replicarlas: la difamación, descalificación y el golpeteo desleal han sido la constante en esta contienda para lograr la presidencia del partido, en lugar de buscar acuerdos y llegar a consensos, sin lastimar la de por sí deteriorada imagen que con tanto esfuerzo se construyó.

Los descensos son una excelente herramienta de crecimiento cuando su orientación está puesta en la construcción; es seguro que existen diferencias e incluso ideológicas de fondo, pero se tendrían que dirimir bajo otras reglas, de contenidos de crecimiento y consolidación de un proyecto que abraza la lucha social del país, como es el Proyecto Alternativo de Nación, en el cual está sustentando el Presidente su política al interior y también al exterior de nuestro querido México.

Es lamentable observar las expresiones cargadas de encono por parte de los respectivos candidatos, y en consecuencia de los grupos que los apoyan, dando incluso la impresión que no son del todo recientes, sino de diferencias pasadas, que encuentran en esta contienda el escenario perfecto para sacarlas a la luz, confundiendo aún más a militantes y simpatizantes, pues los enfrentamientos parecen más de un par de enemigos, que dos contrincantes disputándose una posición, en el reconocimiento mutuo de que el que quede será ampliamente apoyado por el otro, idealmente esto sería lo más deseable, políticamente hablando.

Como se está desarrollando esta competencia, baja en gran medida la calidad política que se le quiere imprimir, degradándola a simple grilla; también deja al descubierto quién es quién, quién apoya a quién, y muy claramente quiénes oportunistamente apoyaban a un candidato y ahora apoyan al que creen que va a ser el ganador, con la esperanza de ser tomados en cuenta en el siguiente proceso electoral de 2021.

Creo que la verdadera militancia merecemos más que estar de observadores de un ring, queremos un partido real, serio, incluyente, de izquierda y feminista, no clubes de amigos/as pasándose la estafeta; y sí, grandes golpes, pero de propuestas acordes a los tiempos que estamos viviendo, de acuerdos claros sobre la mesa, que regrese la confianza y la certeza de que la elección de estar en este partido finalmente es la correcta.


*Ex secretaria de Mujeres de Morena Colima