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Psico-tips



GERARDO OCÓN DOMÍNGUEZ

El respeto a la cochera ajena es la paz


Domingo 18 de Octubre de 2020 6:58 am


YA me imagino a varias personas vituperándome por la adaptación de la solemne y célebre frase de don Benito Juárez García. Para el caso, creo que esta versión no es menos que una derivación de la misma, o un comentario igual de importante, pero ad-hoc a la situación.

La cochera es ese espacio en la calle causa de múltiples disputas, innecesarias en muchos casos, y casi inevitables en otros tantos. En México y la cultura latina existen muchísimas tolerancias en varios sentidos, tales como la puntualidad, la asistencia y estacionarse en la cochera.

Por otro lado, en esta región es notable la cantidad de personas que no quieren caminar y desde el auto solicitan se les atienda, principalmente en las tradicionales tienditas de abarrotes. En el caso de la cochera, ambos factores se combinan para una bomba molotov que nos explota en las manos con bastante frecuencia a automovilistas y dueños de cocheras.

A veces me pongo a analizar el asunto y me pregunto si es porque quizás Colima no es una ciudad tan grande y los automovilistas no se han mentalizado para estacionar su auto lejos aunque tengan que caminar unas cuantas cuadras. Es por ello que tenemos estacionamientos enormes en la calle Filomeno Medina, con dobles y hasta triples filas, las cocheras son el postre. La displicencia hacia los dueños de las cocheras es algo así como una técnica de defensa universal de los automovilistas indolentes.

Bajo la óptica de automovilistas, las personas dueñas de cochera son intolerantes, se molestan innecesariamente cuando bloqueamos un ratito chiquitito (de una hora) el acceso a su domicilio. Total, solamente fui a la farmacia, a la ferretería y a la peluquería. Además no había lugar en ningún otro lado y ni modo de irme al estacionamiento que está a dos cuadrotas y caminar. Si uno tiene auto, ¿qué chiste tiene caminar desde el estacionamiento a la farmacia, sólo para comprar una cajita de paracetamol? Y ahí está el otro argumento: pagar una fortuna en estacionamiento sólo para 10 minutos en el banco (que pueden llegar a ser 2 horas). Y cuando nos sorprenden, preguntamos, ¿acaso va a salir ahorita?, lo cual, dicho sea de paso, me parece una pregunta poco inteligente.

Del otro lado, dirían las personas dueñas de las cocheras: “ahorita estacionan una camioneta, al rato un compacto y después una moto o lo que resulte”, así que la cochera no estaría libre nunca si se fuera tolerante con todo mundo. Es más dramático cuando bajo circunstancias ridículas, los automovilistas se estacionan obstruyendo una cochera habiendo espacio adelante y atrás, pero sólo para cruzar la calle en línea recta y ahorrarse de caminar 4 metros. Parece ridículo, pero lo veo con frecuencia.

Primera pregunta: ¿Ahora quién es intolerante?, ¿automovilista o el dueño de la cochera? Lo curioso es que algunas personas automovilistas defienden su derecho a estacionarse temporalmente, alegando que a ellos les pasa lo mismo con su cochera: no se la respetan. Por eso a veces se encuentra uno letreros chuscos: “Se ponchan llantas gratis”. Qué tal el de “usted respeta mi cochera, yo respeto su auto”. También uno que dice “Solo un tonto se estacionaría aquí”.

La tolerancia y la intolerancia tienen fronteras poco claras, pero creo que el respeto debe ser la base sobre la que nos comportemos, y bajo ese argumento las cocheras se deben respetar totalmente. De hecho, quienes no respetan a los demás ni a sus bienes, da muestras de impaciencia; además de ser intolerante, evidencia que tiene pobre control de impulsos (inmadurez) y su incapacidad para postergar una necesidad del momento. Si una persona automovilista no encuentra otro lugar, el que pague no debería ser la persona dueña de cochera.

¿Se imagina usted tener una emergencia y no poder salir de su casa en su auto sólo porque hay una camioneta estorbando? Pero no se preocupe, el dueño o dueña regresará en 2 minutos. Quizás menos, ¿como en 5?


*Psicólogo