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Alta tensión en Estados Unidos



LOURDES CARRILLO BERNAL


Domingo 10 de Enero de 2021 6:56 am


“ESTOS son tiempos de dolor para aquellos de nosotros que amamos a EUA y su promesa. Cada día trae otro indicador de nuestro declive: la Nación que puede hacerlo se ha convertido en una tierra que no puede hacer frente a una pandemia.

“El líder del mundo libre se ha convertido en un destructor de las instituciones internacionales. Ahora estamos en un momento de crisis, cuando todas las cosas buenas que EUA representa están en peligro por el venenoso legado de nuestro pecado original (el racismo). ¿Lo lograremos?, honestamente, no estoy seguro de que lo hagamos”, Paul Krugman.

Por mucho tiempo EUA ejerció una hegemonía planetaria con su dos componentes: poder represivo, disuasivo y consenso: la mayor fuerza militar y el American way of life que fue admirado, ejemplo para las aspiraciones de innumerables pueblos; la tecnología, el confort, el sueño vacuo de la abundancia en expansión ilimitada.

EUA hace lustros empezó a perder el consenso: el American way of life fue cada vez más rechazado. Hoy le queda su fuerza militar. Ya ha abandonado el intento de ser líder mundial de cualquier causa global de futuro, nunca lo había demostrado con tanta amplitud como en la dura gestión de la pandemia. Mermadas sus capacidades de operación en el mundo, se vuelve sobre sí mismo. Pero ahí dentro hay un arreglo institucional estatal cada vez más inservible.

El peso de ese desarreglo es mayor que el hecho de que al volante ha estado un narcisista primitivo. No es extraño. Las miradas sombrías sobre el presente y el futuro de EUA se multiplican. Krugman pone el acento en Trump como el problema: “es difícil imaginar a alguien menos adecuado para el trabajo intelectual y moralmente”. El acento debiera ponerse en la erosión del pacto social, en sus fundamentos políticos y sociales constitutivos.

Con o sin Trump, el cambio del rol de EUA en el espacio internacional más un futuro de polarización y confrontación interna, constituyen causa suficiente para alterar todas las relaciones políticas y económicas del planeta; y súmese además, que EUA no va solo: concurren las intervenciones económicas y geopolíticas de las demás potencias (José Blanco, La Jornada).

El terrible acto de grupos vandálicos alentados por Trump, tomando el Congreso de Estados Unidos, con el resultado hasta hoy, de cinco personas muertas, nos deja con inmensa inquietud que nos hará eterno el acto de toma de protesta del nuevo presidente, Joe Biden, el próximo 20 de enero. Por primera vez en la historia de EUA (1860) el mandatario saliente, Donald Trump, ya anunció que no estará presente en el acto más importante en la vida cívica de su Nación.

Muy a su pesar declinó seguir con las guerras jurídicas de su denuncia de fraude, pero es un temor del pueblo que aproveche estos días para indultarse a sí mismo de los delitos que se le acusan. Y todavía peor, que utilice al Ejército para alguna maniobra contra la sociedad en estos días que le restan. “Presidente desquiciado”, lo calificó Nancy Pelosi, líder de la Cámara de Representantes.

Ardua tarea le espera a Joe Biden y su gabinete. La crisis pandémica y económica es un hecho social total que llama a cambiar el mundo. Recuperar la confianza internacional que desechó Trump, en la economía, en la política globalista, en la política ambiental, es inaplazable. Otro mundo es posible, donde los seres humanos del planeta tengan acceso a los bienes necesarios para su vida, que se frene la despiadada acumulación de capital, de consumo desenfrenado de los de arriba y de trituración de los de abajo, como ha ocurrido en el mundo en la era neoliberal. El darwinismo social nunca fue opción de vida. La tarea para realizar un cambio radical es inconmensurable. Quizás Biden no sea lo mejor, pero su población está demostrando su ansia de cambio. Y el mundo también.

¿Qué informes vino a recabar el embajador de Estados Unidos, Christopher Landau, a pocos días de entregar su cargo? Los temas que dicen fueron de su interés, ya no tienen repercusión en la entrante administración.

Bienvenido a Colima, presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

*Ex presidenta de la ACPE