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De ayer y de ahora



ROGELIO PORTILLO CEBALLOS

Recreaciones y pasatiempos


Domingo 10 de Enero de 2021 6:58 am


EL trabajo diario, la educación escolarizada o a distancia, la vida cotidiana y en general la existencia humana, requieren de tiempo y espacio para la recreación. Una disciplina de trabajo, un oficio, una profesión, una actividad metódica y permanente, la vida diaria y rutinaria, exigen esos momentos en que, tanto cuerpo como espíritu, puedan descansar, relajarse, divertirse, alegrarse, entretenerse. Después de un arduo día de trabajo o estudio, el alma reclama un momento de distracción, de solaz, de esparcimiento. Como seres humanos buscamos recreación para alivio del trabajo o de una vida rutinaria o aburrida; también como descanso o salida para recargar nuestras energías, para oxigenar nuestro cerebro y refrescar nuestro intelecto.

Desde nuestra infancia la misma palabra “recreo” nos enseña la necesidad de ese cambio de actividad, de distracción, de terminar por un momento con la clase que exigía esfuerzo, concentración y disciplina. Así viene el juego, la actividad física, los deportes, la broma, el grito, la diversión.

Hay pasatiempos y recreaciones de muy diferente índole. Las hay lícitas y recomendables, pero también inconvenientes y peligrosas. Hay recreaciones que en sí mismas no son peligrosas, como caminar por parques y jardines, pasear por el campo, tocar instrumentos musicales, cantar, reunirse con amigos, charlar en el café. Hay otros como jugar futbol o algún deporte, entretenerse con el ajedrez, las damas chinas o el dominó.

Los pasatiempos o recreaciones ligados al deporte, al gimnasio y otros ejercicios corporales son positivos, ya que en ellos la victoria sirve de premio a la habilidad y destreza de los jugadores, al trabajo de equipo, a la solidaridad en el juego, etcétera. Del mismo modo que en los juegos de mesa mencionados el ganar depende principalmente del arte y habilidad mental de los jugadores, pues la razón quiere, con justicia, ver al más hábil recompensado con la victoria.

En cambio, los juegos de dados, cartas y otros juegos de azar, en los que la ganancia depende principalmente de la suerte, son sencillamente inconvenientes y peligrosos porque no se ajustan a la razón, sino a la suerte, que a menudo premia al menos hábil, y no al que conforme a su esfuerzo y habilidad lo merecería. Aquí incluiría las apuestas en carreras de caballos, peleas de gallos, bingos, casinos, etcétera. Todos estos juegos y actividades son censurables porque en lugar de servir de descanso, sirven de trabajo y cansancio. En efecto, ¿cómo llamar recreo o diversión a una actividad que exige estar tensos todo el tiempo, inquietos y con toda clase de zozobras y temores? Por otra parte, ¿existe gozo más perverso que el que se basa en la tristeza (y a veces la ruina) del perdedor?

Con todo soy de la idea que se puede jugar este tipo de juegos pero observando tres condiciones: que sea más por el recreo que por la ganancia, para lo cual es necesario que lo jugado sea poco y no comprometa el afecto. En segundo lugar, que se gaste en ello poco tiempo, pues si se gasta mucho ya no es recreo, sino oficio. Y finalmente, hacerlo raramente.

Actualmente existen modernos pasatiempos y recreaciones ligados a la tecnología. Hay cientos de videojuegos, aparatos para escuchar música, karaokes, cámaras digitales, teléfonos con mil y una novedades, sin mencionar el inmenso campo para la diversión, la recreación y el entretenimiento que ofrece la televisión, la computadora y el internet, con videos, música, telenovelas, deportes y series...

La literatura, el cine, el teatro, las fiestas de todo tipo, son ocasiones para distraernos y relajarnos. ¿Quién no disfruta de una buena lectura, de una buena película, de una fiesta con novia(o), esposa(o) o amigos(as)?

Quiero terminar este breve escrito diciendo que en nuestra vida es forzoso dar algunas veces a nuestro espíritu y a nuestro cuerpo algún tipo de recreación y descanso. Para ello debemos utilizar el sentido común, que es el que da a todas las cosas orden, tiempo, lugar y medida.