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Fallida vacunación



MANUEL GODINA VELASCO


Miércoles 27 de Enero de 2021 7:14 am


DESDE hace 10 meses hemos estado atentos a las noticias y declaraciones de los encargados de la salud pública nacional, comprobando, por desgracia, que ha venido dando palos de ciego en estrategias y erradas decisiones el Gobierno Federal, lo que ha provocado cientos de miles de contagios (casi 2 millones de infectados) y la fatídica cifra de más de 150 mil muertos hasta el lunes 25 de enero.

Las cosas serían diferentes si desde un principio el Presidente, hoy contagiado, hubiera utilizado cubrebocas como ejemplo de su utilidad para frenar contagios, cosa que pese a la gravedad de salud que vive el país, se niega a obedecer. Además, si el subsecretario Hugo López-Gatell, a quien le ha encargado el Presidente la estrategia para dicho control, fuera más consistente en sus constantes declaraciones, que le han merecido las más duras criticas, siendo el hazmerreír de todos los funcionarios. Ya casi a finales de enero de 2021, ni la pandemia se domó nunca, ni se aplanó la curva, ni se aprecia la luz al final del negro túnel de contagios y muertes, pese a la esperanza de la vacuna.

Ante esta dramática situación de salud que nos preocupa a todos, hace días salió a la luz el interesante libro de la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM, cuyo título Un daño irreparable: La criminal gestión de la pandemia en México, resume en unas cuantas palabras la indignación de millones de ciudadanos.

Sostiene la autora: “Nunca he pensado que matarlos haya sido su intención, simplemente, el Subsecretario se creyó más listo que todos, pensó que la inmunidad comunitaria vendría pronto, con pocos muertos y que con ello lograría una contundente victoria. Sin embargo, hay acciones que, con o sin dolo, resultan imperdonables. Su incapacidad para rectificar el rumbo no tiene justificación”.

Si bien las demoledoras frases de una doctora en Ciencias Médicas de la prestigiada Universidad de Harvard, no hacen mella en tan ineficiente y ahora desprestigiado médico López-Gatell, quién pese a sus desatinos el Presidente lo declara como uno de los más grandes científicos a nivel mundial, mientras las implacables redes sociales hacen mofa del funcionario, cuyo lenguaje cantinflesco dice mucho, pero nadie entiende, lo convierten en la burla nacional.

Si en estos 10 de meses de aprendizaje nuestras autoridades federales han salido reprobadas en el manejo y conducción de la salud pública, la fracasada vacunación que ahora se manifiesta dará al traste con una administración de ocurrencias criminales que tienen muy dolida a la sociedad mexicana. Quizás por ello, ante el desastre que ya se les vino encima y que no encuentran cómo remediarlo, especialmente en la CDMX, López Obrador ha dado marcha atrás en sus decisiones, autorizando, al cuarto para las doce, a los empresarios y gobiernos estatales para que salgan en su auxilio y ayuden a frenar la estela de contagios y muertes que no saben cómo detener.

Sin ajustarse a los lineamientos que el Sistema Nacional de Salud viene operando con experiencia y éxito a lo largo de muchas décadas, el errático Plan Nacional de Vacunación ha sufrido tantos cambios en menos de un mes, que la población está sumamente confundida respecto a las fechas o al calendario que dieron a conocer, que cambian de la noche a la mañana.

Sin terminar de vacunar al personal médico, de pronto se les ocurre vacunar a profesores de una entidad o cometen la pifia de vacunar a los “servidores de la nación”, la mayoría jóvenes que no ocupan vacunarse por ahora, cuando esas dosis estaban destinadas a los adultos mayores durante enero, que ahora deben esperar, si bien les va, hasta finales de febrero.

Otro error garrafal es que en lugar de utilizar como puestos de vacunación a las clínicas y Centros de Salud, que lo han hecho exitosamente por décadas, deciden se aplique en los centros de Programas para el Bienestar, lo que se critica por su claro manejo electoral.


*Analista político