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Letras y números



JOSÉ ÁNGEL BRAMBILA LEAL

Días de reflexión


Lunes 22 de Febrero de 2021 7:07 am


¡Dios mío! ¿Qué hicimos tan mal en el mundo, que en tan poco tiempo hemos estado viviendo la etapa más angustiosa de nuestra existencia? Si bien es cierto que hay mucha gente optimista que le ha buscado el lado bueno a todo este laberinto emocional que nos tiene cogidos del corazón, y de todos los rincones del orbe surgen voces amables, sabias, poéticas y filosóficas que lanzan mensajes ininterrumpidos de reconciliación, paz, amor y, sobre todo, de esperanza, cuando nos encontramos frente a frente con el momento en que por las noches debemos empezar a buscar ese sueño reconfortante que tanto necesitamos, el sosiego se ahuyenta y el desvelo nos toma del alma y nos lleva por los caminos de la angustia, hasta que el cansancio nos vence y Dios se apiada de nosotros… hasta el día siguiente.

Si bien es cierto que no hay rincón en el planeta que no esté sufriendo este tormento y que la pena por la ausencia de seres queridos es igual de dolorosa, en nuestro pequeño estado nos duele el saber de tantos familiares, amigos y distinguidos colimenses en general que han perdido la batalla ante este invisible enemigo que a todos nos tiene con el Jesús en la boca, cuando a cada parpadeo sabemos de conocidos que hoy están enfrentados a tan escalofriante calamidad.

¿Saben quién se murió? La pregunta hace que todos levanten la cabeza y vean con un signo de interrogación a quien, teléfono en mano, está a punto de dar la infausta noticia. Ante la mención del nombre surgen las muestras de asombro y de dolor: ¡Cómo! ¡Cuándo! ¡Dónde!, y durante algunos segundos todos permanecen sin palabras, buscando en su memoria los nombres de tantos que se han ido y rogando a Dios por muchos que están luchando por salir adelante.

Ernesto de la Madrid Virgen: Así surgió en los primeros días de la semana el nombre del muy apreciado Neto de la Madrid, conocido por una gran cantidad de colimenses, de quienes se ganó su aprecio y que hoy estamos lamentando su partida y orando porque descanse en paz.

Pablo Terríquez Gómez: Miembro de una querida y numerosa familia tonayense, hermano de los sacerdotes Javier y Gamaliel, así como de la Madre Conchita, de la congregación religiosa de Las Misioneras Eucarísticas de María Inmaculada –Las Memis–, también intempestivamente se supo de su caída ante el demoledor virus y apenas unos cuantos días después tuvimos que llorar su ausencia definitiva.

Hay muchos otros que hoy están luchando con todas sus fuerzas contra el temible adversario, pero por respeto a ellos y sus familias omitimos sus nombres; sin embargo, miles de amigos estamos orando para que pronto podamos verlos por las calles colimotas y puedan un día contarnos sus cuitas. Mientras tanto, lo invito a que usemos las simples herramientas que mucho pueden ayudar a paliar esta pandemia. Use cubrebocas, lávese las manos, guarde sana distancia y tome jugo de limón, naranja, tés de jengibre y cúrcuma y las vitaminas C y D que tanto ayudan en estas circunstancias, y algo muy, pero muy importante: a los primeros síntomas, ¡atiéndase de inmediato!

Y, sobre todo, no le permita la entrada al miedo. Si bien es verdad todo lo expresado anteriormente, también es cierto que se avizora en el camino una luz. Si las vacunas tardan en llegar, ármese de paciencia y cuídese. Si ha sobrevivido durante este año, cuando no teníamos la más mínima experiencia sobre cómo enfrentar al minúsculo Goliat, piense que quizás es porque algo está usted haciendo bien.

Y como en esta columna algo se tiene que hablar de política, le diría que se cuide para que el próximo 6 de junio participe en la decisión de elegir a quien será el gobernante del estado por los siguientes 6 años. La próxima semana se cierran los registros de candidatos a gobernador y se inician las campañas de quienes aspiran a gobernarnos. Con el favor de Dios –y de usted–, entraremos con todo a la grilla del estado. ¡Que así sea!

¿Gusta opinar? Lo espero en Las Mentadas.


jbrambilaleal@yahoo.com.mx