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La civilidad, eje rector del proceso electoral



HÉCTOR SERRANO CORTÉS*


Lunes 29 de Marzo de 2021 6:49 am


ATRÁS quedó la duda en torno a lo dicho por el jefe del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, respecto a que, en el proceso electoral por venir este próximo 6 de junio, se evidenciaría que la lucha política, e incluso social en nuestro país, se encuentra entre dos bloques: liberales y conservadores, izquierda y derecha.

Para muchos en aquel momento resultó absurdo lo dicho por López Obrador. En esta columna abordamos esa posibilidad en repetidas ocasiones.

Hoy, la polarización político-electoral está marcada por dos grandes bloques. A la cabeza de uno el Partido Acción Nacional, que es el mejor posicionado como oposición al actual régimen, acompañado por el Partido Revolucionario Institucional y el Partido de la Revolución Democrática; el blanquiazul se ha caracterizado por ser un símbolo de la derecha mexicana. El otro bloque lo encabeza el partido Morena, lo acompañan el Verde Ecologista de México y el Partido del Trabajo, este último es el mayor representante de la izquierda mexicana, y no sólo por el tiempo que tiene de existir, sino porque conserva de origen los idearios más representativos de la izquierda.

Estos bloques, en muchos de los casos, se han conformado respondiendo a la estrategia electoral en sitio y, en muchos otros, para ganar mayores espacios de elección popular y para conservar sus registros. Algunos, incluso, de esta forma buscan mitigar la crisis electoral, que muy seguramente se les avecina.

Las elecciones por venir marcarán un nuevo ciclo en la conformación del mapa político-electoral de México, y es probable que Morena logre consolidarse como un partido real; si lo logra, seguro tendrá garantizada una mayor permanencia a la cabeza en el terreno parlamentario y de gobierno, pero si no lo logra, será incipiente su presencia política en el país y permitirá un avance lento, pero consistente, de sus opositores.

Las elecciones de este año son altamente relevantes para el destino de nuestra patria y determinantes para el destino de partidos y actores políticos. De nada debe extrañarnos lo cruento y difícil que será conservar la civilidad, imponer la razón y respetar la legalidad; muchos se están jugando el todo por el todo, por lo que se avizora un proceso complejo y judicializado en sus diferentes etapas.

Ojalá y las autoridades, incluyendo a la electoral, se apeguen al estricto respeto de la legalidad y no sucumban a presiones de ninguna índole o naturaleza en ninguna de las regiones de nuestro país.


*Diputado federal