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Juicios históricos



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 30 de Marzo de 2021 6:50 am


El mismo diablo citará las sagradas 

escrituras si viene bien a sus propósitos.

William Shakespeare


WILLIAM Shakespeare es autor del epígrafe anterior, y de la obra El mercader de Venecia. Mencionaré solamente dos personajes del drama: Antonio, el mercader de Venecia, y Shylok, el judío.

Bassanio, amigo de Antonio, quería casarse con una bella mujer, pero tenía que presentar dote, o sea, dinero y propiedades; sin embargo, no tenía en qué caerse muerto, lo único que poseía era la amistad del mercader, que en ese momento no contaba con dinero en efectivo. El mercader le dijo a Bassanio que fuera con Shylok para pedirle el dinero que quisiera: “Ve con Shylok y pídele el dinero que quieras, yo te serviré de aval”.

Shylok odiaba al mercader porque prestaba dinero sin intereses. Bassanio le pidió 3 mil ducados por 3 meses, pero el judío le puso una cláusula al pagaré, donde se estipulaba que si no se pagaba a su vencimiento, le cortaría una libra de carne al aval, Antonio lo firmó. Le entregó el dinero a Bassanio, y saludando con sombrero ajeno, se presentó ante la mujer, ésta lo eligió para esposo, la emoción le hizo olvidar el vencimiento leonino del pagaré.

Cuando llegó Bassanio a Venecia, el judío ya tenía al aval ante el juez, exigiéndole la libra de carne, el populacho odiaba al judío por la injusticia que quería cometer. Bassanio le dijo a Shylok que le daba 6 mil ducados. No aceptó la propuesta el judío, quería la libra de carne. Sorpresivamente llegaron dos abogados solicitando ver el documento, dándole la razón al judío que estalló en júbilo. Uno de ellos le ordenó al judío cortar la libra de carne al mercader, pero le dijo que si le sale una gota de sangre, o si le falta o sobra un gramo a la libra, él sería condenado. “Entonces que me den los 6 mil ducados”; le decían: “¡No, le vas a cortar!”. El público no daba crédito, gritaban “córtale perro, perverso y malvado judío”. Al ver esto, Shylok dijo que no quería nada. El juez ordenó le quitaran todos sus bienes por atentar contra la vida de un veneciano.

Otro clavo ardiendo. Cambises II, rey de Persia, tuvo un juez en su corte que aceptó un soborno. El rey ordenó que se le despellejara vivo, puso la piel del juez en el sillón donde se sentaba a dictar sus injustas sentencias. Un hijo del juez llegó al puesto, se sentaba donde lo hacía su padre, nunca pronunció ni dictó sentencia injusta, ni permitió actos de corrupción. ¿Estarán Diego y canallín de acuerdo en estas medidas?

La Constitución Mexicana fue infringida arteramente por los sobornos que dieron a los diputados del PAN y del PRI, para quitarle la rectoría a Pemex y CFE, que se trasladó a los privados nacionales y extranjeros. Esta vil traición a la patria será cobrada con pudor por el pueblo de México el próximo 6 de junio; la voluntad popular será la silla eléctrica, de ahí la baratija política, a la basura de la historia.

En su momento, Diego quemó todas las boletas que acreditaban el fraude de Salinas de Gortari; se considera así mismo la punta del diamante que recibió como pago por aquel hecho abominable. Sin embargo, él y Anaya el maravilla, a través del vituperio, son racistas, traidores, viles traficantes de influencias, procaces, ejemplos de la falsedad e hipocresía, opuestos a la justicia y a la Constitución. Siempre a favor de la prevaricación y el pillaje contra el pueblo de México.

Hoy, los diputados y aspirantes del PRI-PAN-PRD andan dictando reglas para la dirección del espíritu a las futuras generaciones. Considero que son más culpables los diputados, senadores y políticos que participaron en el Pacto por México, que los empresarios voraces que los sobornaron para cambiar el espíritu de la Constitución, y así traicionar al pueblo de México. ¿Qué sería mejor?, ¿quitarles una libra de carne, desollarlos vivos o darles nuestro voto? He aquí la alternativa para que nos quiten la comida, se roben el dinero y lo depositen en Andorra, financiar todas las tiendas de conveniencia y demás emporios, a costa del hambre del pueblo de México.

Idea contra el neoliberalismo. Se le hará un reconocimiento oficial al banco que cobre menos comisiones y costos por el envío de remesas de mexicanos y mexicanas hacia sus familias. Este sería un banco humanitario que despellejará a los voraces emporios.