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Sentido común



PATRICIA SÁNCHEZ ESPINOSA

AMLO no es Morena


Lunes 05 de Abril de 2021 7:29 am


AUN cuando el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador es triunfalista, su creciente agresividad contra periodistas, medios de comunicación, empresas, instituciones, organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales y otros partidos políticos fuera del suyo, hacen sospechar que no está tan seguro de que los datos le sean favorables el siguiente 6 de junio. Perder la mayoría en la Cámara de Diputados es un escenario que aterra al Mandatario, pues esto pondría en riesgo su estilo de gobernar, en el cual su poder se extiende más allá del Poder Ejecutivo, teniendo una influencia tal en el Legislativo, que le es posible pasar proyectos de ley sin que nadie les mueva ni siquiera una coma, a pesar de que estos resulten unos bodrios inconstitucionales que después tenga que enmendar el Poder Judicial, último bastión de nuestra democracia.

No es para menos, si bien sus números de aprobación siguen siendo positivos, éstos sí han bajado. Actualmente, la empresa Mitofsky anuncia que López Obrador cerró marzo con una aprobación promedio del 58 por ciento, la cual no es tan alta si se compara con la que gozaba Felipe Calderón al cierre de su segundo año de gobierno, que era del 65 por ciento, de acuerdo a la revista Expansión, ni había tanta diferencia con Vicente Fox, quien cerró 2002 con una aprobación del 56 por ciento. Más aún, si comparamos sus números actuales con los que tenía a finales de 2018, poco después de asumir la Presidencia de la República (83 por ciento de acuerdo a Parametría), vemos una caída de 25 puntos porcentuales.

Pero esto no es todo. El reporte de Gobernabilidad de la firma Grupo de Economistas y Asociados (GEA) informó que, de acuerdo a un sondeo, el 43 por ciento de las y los mexicanos desaprueba al Presidente, cifra que aumentó respecto al 39 por ciento que habían registrado en noviembre.

No obstante, la aprobación del Mandatario no forzosamente se traduce en votos para su partido, Morena. Actualmente este abanderamiento tiene el 39 por ciento de las preferencias electorales, con lo que encabeza las encuestas respecto a otros institutos políticos, pero está muy lejos del 53 por ciento que Andrés Manuel obtuvo en las elecciones presidenciales. La diferencia entre lo que hoy es Morena y lo que obtuvo cuando el Presidente estaba en la boleta es de 14 puntos, lo que nos indica que muchos de los que votaron en 2018 lo hicieron por López Obrador y no forzosamente por Morena.

Lo anterior nos muestra que el partido Morena llegó ya a su tope y está sufriendo el desgaste de la conducta y los pleitos entre sus militantes, por lo que no existe la seguridad de que, aunque al día de hoy encabecen las encuestas, esta tendencia se mantenga a lo largo de la jornada electoral. La aprobación que tiene Andrés Manuel no equivale a la que tiene su partido político y él lo sabe, por lo que ha regresado a su perfil de candidato, para intentar transfundir su popularidad a la de Morena.

El problema es que López Obrador ya no es candidato, es el Presidente de un país que actualmente se encuentra sumergido en sus peores crisis, tanto de salud como económica, a quien se le están agotando los recursos para evadir su responsabilidad sobre los resultados actuales, los cuales han sido señalados por instancias nacionales e internacionales. Cuando Andrés Manuel ataca a organismos que previamente han defendido a periodistas que hoy él apoya, como  Article 19, no se muestra como el ciudadano preocupado por el manejo del poder, sino como un Mandatario autoritario que no tolera la crítica, interna o externa. Cuando ataca al INE por sancionar a sus postulantes por caer en actos que él mismo señaló en otros abanderamientos en el pasado, no lo hace como el dirigente de un partido minoritario al que buscan erradicar, sino como un aprendiz de dictador preparando el terreno para robarse las elecciones ante una derrota inminente.

El Presidente está preocupado y con justa razón, pues sabe que la población está dividida, pero que la parte que está molesta con él, porque considera que no ha hecho lo suficiente para apoyar a los grupos vulnerables ni a los pequeños empresarios durante esta pandemia, está dispuesta a salir a votar para evitar que la siguiente Legislatura federal esté bajo su mano. Está preocupado porque sabe que lo sucedido en 2018, cuando Morena arrasó en las elecciones, fue debido a que él estaba en la boleta, un fenómeno que no se volverá a repetir. Está preocupado porque la gente que lo sigue a él, no forzosamente simpatiza con su partido. Porque sabe que a pesar de ser su fundador, AMLO no es Morena.


P.S. Hoy podría formalizarse la transferencia de Diario de Colima.