Indicador político
CARLOS RAMÍREZ
Pensamiento neoliberal
Miércoles 07 de Abril de 2021 7:36 am
La revisión del conflicto
neoliberalismo-posneoliberalismo en las figuras de Salinas de Gortari y López
Obrador, ha tenido el propósito de presentar el trasfondo real de la disputa actual por el Congreso, los
municipios y 15 gubernaturas. A diferencia del proceso integral de relevo de clase política con Salinas, hoy el
lopezobradorismo carece de cuando menos tres variables fundamentales: pensamiento-ideología antineoliberal, clase política y representación social. Salinas asestó el golpe mortal al progresismo económico
y político en 1981 para perfilar
la candidatura presidencial de Miguel de la Madrid. La lucha la cuentan Carlos
Tello y Rolando Cordera en un libro que debe ser fundamental para entender el quiebre de proyectos de desarrollo y
de gobierno: La disputa por la nación (Siglo XXI editores), que explica
la lucha entre el proyecto popular (Colegio de Economistas, Congreso del
Trabajo y nacionalismo revolucionario priista) y el proyecto neoliberal (FMI,
grupos empresariales y funcionarios-economistas educados en universidades de
Chicago y Harvard). La lucha ideológica por el pensamiento
dominante del Estado se ha contado de manera fragmentada: los economistas de la
UNAM y su propuesta nacionalista y los economistas del ITAM y su venero con la
Universidad de Chicago y Milton Friedman. La historia del pensamiento progresista la cuenta Leopoldo Solís
en su libro Controversia sobre el crecimiento y la distribución (Fondo de Cultura Económica, 1972) y
el lado del ITAM se encuentra en Proyecto México: los economistas del
nacionalismo al neoliberalismo (Fondo de Cultura Económica, 2003). En la
realidad, economistas neoliberales, al mando de Francisco Gil Díaz, jefe de los
economistas del Banxico, educado en la Universidad de Chicago y profesor
adjunto de Friedman, fueron usados por Salinas para asumir las oficinas
principales de Hacienda y Programación, incluyendo
como asesor fiscal a Arnold Harberger, socio de Friedman en la asesoría al
gobierno dictatorial de Pinochet en Chile. Los economistas neoliberales llegaron a la
Secretaría de Programación y Presupuesto en 1979, comandados por Salinas de
Gortari como director general de Política Económica y Social, para redactar el
Plan Global de Desarrollo 1980-1982, como el eje del cambio de rumbo de la posrevolución al mercado, en ellos
operó como jefe ideológico
Joseph Marie Córdoba Montoya, militante de la derecha fondomonetarista del
Partido Socialista Francés de Mitterrand. La clave de la jugada estratégica de
Salinas estuvo en la configuración
de una lista de economistas neoliberales que no sólo tomaron las oficinas de
diseño de la política del Estado, sino que Salinas los fue colocando en
1978-1988 en diputaciones y jefaturas de comisiones. Como el golpe final estaba en las reformas
legales, Salinas logró una mayoría
de economistas neoliberales en la Cámara de Diputados y desde ahí potenció las
reformas del Estado que le dieron el giro a México del populismo
Echeverría-López Portillo al neoliberalismo privatizador. En este sentido, las posibilidades de López Obrador para
consolidar su proyecto posneoliberal van a descansar en las reformas integrales
a las reformas neoliberales salinistas-zedillistas-peñistas de 1978-2018 que
pueda hacer en la próxima Legislatura. Salinas tuvo la habilidad de crear un bloque de poder político en dos
figuras que operaron en la administración de la clase neoliberal salinista:
Luis Donaldo Colosio en el PRI para reformarlo,
quitarle la Revolución Mexicana y garantizar candidaturas a neoliberales, y
Manuel Camacho Solís, en la estrategia política general de negociación con el
PAN por la afinidad de proyectos
ideológicos. Al proyecto
posneoliberal lopezobradorista le falta
pensamiento ideológico, clase operativa, economistas en posiciones de poder y
representación legislativa de esos grupos. Morena, a diferencia del PRI
salinista, es una casa de encuestas que ha escogido disciplina y no capacidad de gestión de las reformas
posneoliberales que deben hacerse a las leyes y a la Constitución, para lograr
la base fundamental del nuevo proyecto. Salinas pensó en un grupo ideológico de poder en el
Congreso; hoy Morena se queda en un reparto
de posiciones a figuras menores. El papel del Congreso
en las reformas de Estado no
depende sólo de mayorías, sino de figuras de pensamiento estratégico que gestionen las nuevas leyes y que
reformen las anteriores. Al posneoliberalismo lopezobradorista le faltan operadores legislativos y la
lista de candidatos de Morena garantiza obediencia y no enfoques reformistas. Política
para dummies: La lucha política se
da en los proyectos, no en las masas.
@carlosramirezh