Momentos
EVA ADRIANA SOTO FERNIZA
Ciclos
Sábado 10 de Abril de 2021 9:29 am
Todo tiene su tiempo, y todo lo que
se quiere debajo del cielo tiene su hora… Eclesiastés 3:1 NUNCA como ahora hemos vivido tan intensamente el cambio de
ciclos. En todos los campos, científico, económico, cultural y humanístico los
cambios son profundos y fundamentales. Para muestra tenemos la pandemia que ha
abanderado las transformaciones que estamos viendo venir en oleadas, y con tal
rapidez que no nos dan tiempo de procesarlas. Hay una especie de caos general
que ha distorsionado nuestra capacidad para asimilar las fluctuaciones del
diario vivir. Que parecen, por cierto, proyecciones de películas de ciencia
ficción con sus utopías y distopías: viajes a Marte, virus mutantes, evolución
de los robots, realidad virtual, inteligencia artificial, impresión 3D,
extinción y mucho más. Ya que somos capaces de alterar nuestra realidad de
formas tales que todavía estamos por descubrir. Ya Ray Bradbury, Isaac
Asimov y J.G. Ballard, imaginaron un futuro de pandemias, distancia social y
redefinición del ser humano. Sin ir más lejos, el submarino, la computadora, el
helicóptero, lnternet, la tecnología multitáctil, entre muchos otros inventos
comparten el haber existido primero en las páginas de una historia de ciencia
ficción. Así como la era espacial y la energía atómica le deben a H.G. Wells y
la exploración submarina a Julio Verne. Bien dicen entonces los expertos en el
tema, “la ciencia ficción da a quien la lee, la posibilidad de pensar fuera de
la caja. Su capacidad de crear mundos futuros o mundos posibles le permite
funcionar como una especie de laboratorio donde no sólo se generan ideas o
inventos, sino escenarios en los que se mide su futuro impacto”. Como arriba menciono, la
rapidez con que hemos estado experimentando el devenir de los acontecimientos
nos inclina a observarlos dentro de un enfoque comparable a la ciencia ficción.
Quizá porque de esta manera sea más digerible su comprensión. Si nos detenemos
a imaginar la figura de un junco creciendo a la orilla del Nilo en el antiguo
Egipto, más la importancia de esa especie conocida como papiro (Cyperus
papirus) en la creación del papel; de manera inmediata podemos también
imaginar toda la sabiduría que llegó a estar contenida en pergaminos,
manuscritos y libros que hasta hace muy poco parecían llamados a ser eternos y
a seguir llenando kilómetros de estantes y maravillosas bibliotecas. En consecuencia, cabe
aquí de igual manera la figura de Ray Bradbury, que imaginó y escribió su Fahrenheit
451 en el que la cultura de verdad, la que contienen los libros, siempre es
la gran amenazada. Su odio por la tecnología era general y trascendente. Temía
intensamente –a lo cual me uno– que la modernidad enterrase nuestra cultura y
quemara nuestros libros; entiéndase esto último de una manera literal o
simbólica. Cuenta la leyenda que
mientras Bradbury redactaba su Fahrenheit 451 en el sótano de la
universidad pública de Los Ángeles (la famosa UCLA), llamó al departamento de
bomberos de la ciudad, y preguntó a qué temperatura se quemaba el papel sin
estar expuesto a una llama. Alguien respondió: 451. Desde entonces y de acuerdo
al relato de su icónica novela, ese número ha permanecido como un símbolo del
peligro que corren los libros –y obviamente el papel– en un universo
tecnológico. En este punto es que hago hincapié para señalar el fin de un ciclo
ya vaticinado por Bradbury, el de los libros y el papel del que están hechos. Y
especialmente quiero mencionar aquí, el de la información en los diarios o
periódicos plasmados en ese material inflamable a 451 grados. Y que actualmente
está sucediendo aunque de una manera simbólica. Diario de Colima, pasa a ser parte de
este fin de ciclo. Es pues, necesario poner un punto final para llevar al
futuro una historia nueva. He tenido la fortuna de colaborar con una mínima
parte en este espacio durante 12 años ininterrumpidos, gracias a la generosidad
de Héctor Sánchez de la Madrid, Presidente del Consejo de Administración.
Expreso por lo tanto, mi afecto y agradecimiento, deseándole junto a su familia
el emprendimiento feliz de nuevos ciclos. Empieza una nueva época
de Diario de Colima, por lo que agradezco a propietarios y directivos de
esta empresa periodística el formar parte de ella, mediante mi colaboración
semanal, Momentos. Comienza ya la nueva historia, gracias y éxito.
bigotesdegato@hotmail.com