Innovemos algo, ¡ya!
MARÍA EUGENIA GONZÁLEZ PEREYRA
Pascua y resurrección
Domingo 11 de Abril de 2021 6:17 am
Permíteme
por favor, que te comparta lo que un día a mí me contaron sobre la Pascua y la resurrección,
y sí, las separo con propósito, ya que aunque solemos identificarlas como sucesos
iguales, la realidad es que son diferentes. La
Pascua es una festividad judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de
la esclavitud de Egipto, relatada en el Pentateuco, fundamentalmente en el
Libro del Éxodo. El pueblo hebreo ve la salida de Egipto como el inicio de la
consciencia de los descendientes de Jacob, en términos de haber adquirido en
dicha liberación, la identidad de ser una Nación libre y provista de una ley;
son los hijos de Israel que se asumen como el pueblo elegido por Dios, y que
durante 40 años caminó errante por el desierto hasta llegar al territorio que
les había sido prometido. Los judíos, al llegar a la tierra de la leche y miel,
como le decían, se establecieron y llamaron a esas tierras como Judá. Muchos
años después, en un establo de la ciudad de Belén de Judá, nació un niño, hijo
de padres judíos, que creció y murió conforme a la ley de los judíos. Lo nombraron
Yeshua, nosotros lo conocemos como Jesús, nombre que se derivó de Yeshua o
Joshua; se sabe que la palabra Cristo no es un nombre pero sí un adjetivo que proviene
del griego y se traduce como Messiah, que en hebreo a su vez significa “el
ungido”, el hombre que es Dios entre nosotros. Aquí cabe destacar que el
vocablo “Emmanuel” es una construcción hebrea, un adjetivo calificativo que se
traduce en “Dios es con nosotros”. Pues
bien, durante la Pascua, se llevan a cabo celebraciones y tradiciones para no
olvidar el Éxodo del pueblo judío, para celebrar el favor de Dios; agradecen
haberlos protegido y acompañado durante su errático andar por el desierto: en
las negras noches del desierto nunca les faltó una penumbra para poder ver en
medio de la obscuridad; al caminar, durante el día hacia su destino, hubo una
buena sombra que los seguía para resguardarlos en todo momento del inclemente
sol; y cada día, sin falta, durante esos 40 años, también del cielo y por la
mano de Dios tuvieron el Maná, el sustento del cuerpo y del espíritu… Pasaron
los años, y lo que conocemos como la Última Cena, ocurrió durante las fiestas
judías de la Pascua, donde se acostumbra, como en el día de guardar, del
Shabat, partir, repartir y comer el pan, es decir, que durante la pascua judía,
el pan que se utiliza para partir y repartir es un pan ácimo, es decir, sin
levadura o sin leudar. También se acostumbra beber y compartir el vino de la
misma copa. En aquellos días, mientras se hacía esto, Cristo le pidió a sus
acompañantes y discípulos que, toda vez que en día santo o de guardar el pan
fuese partido y el vino bendecido, le recordaran a él y a sus palabras. Como
la gran mayoría ya lo sabemos, fue justo durante la Pascua que las personas en
el poder decidieron detener a Yeshua, porque temían que fuese a traerles
problemas con las autoridades del Imperio Romano. ¡Sí!, ¡Jesucristo era judío!
Y todo esto tenía que haber sido así, para que él resucitara al tercer día y se
cumplieran las promesas en las profecías. Algunos
días después de Pascua y justo durante al Shavuot, de la tradición judía, y del
día de pentecostés para otros, los discípulos de Yeshua atestiguaron el milagro
del espíritu que llegó con ellos. Él ofrece, según la Torá, valentía y
libertad, posibilita la comprensión y fortifica una comunidad universal. Ese
día ellos, entonces, comprendieron y se levantaron para llevar las buenas nuevas
a todas las Naciones. Este
relato nos permite indagar más allá de los unos y los otros, no hay diferentes
y sí complementarios. Si tú quieres mirar, en todo hay razón de crecimiento y
entendimiento, porque al atravesar el desconocido túnel encontraremos una luz,
que se traduce en un nuevo despertar. Te conmino a buscar ampliar nuestros
marcos de referencias, para conocer de lo extraño, escuchar de nuestra historia
y aceptar que el principio está en el ahora. Innovemos algo, ¡ya! *Terapeuta psicoemocional innovemosalgoya@gmail.com