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Drogas, el otro negocio



ALBERTO MAGALLÓN ESTRADA


Sábado 05 de Junio de 2021 6:45 am


EN el país crece de forma alarmante el problema de las adicciones y ninguna de las autoridades de los tres niveles de gobierno le toma la importancia necesaria, pareciera que prefieren voltear la vista hacia otro lado y cuando emprenden algún programa o acciones, son meros formulismos para aparentar que se está trabajando.

No hay atención al fenómeno de las adicciones, no obstante que impacta de manera negativa en todos los ámbitos de la sociedad, repercute en un incremento de la delincuencia, de la descomposición social, de la desintegración familiar. Además de aumentar el gasto en salud y en los sistemas penitenciarios.

En las últimas dos décadas ha habido un aumento exponencial del consumo de drogas en el país, a partir de la entrada de sustancias altamente adictivas al mercado negro, particularmente las llamadas drogas de diseño, como el ice y cristal. Además de que se mantienen las altas ventas de la mariguana, cocaína y heroína.

No existe en México un programa efectivo por parte de los gobiernos federal, estatal y municipal para combatir este flagelo, no se destinan los recursos económicos y humanos necesarios para por lo menos frenarlo, evitar que siga creciendo a pasos acelerados.

Al ser prácticamente nula la participación de las instituciones de salud en la atención a personas con adicciones, particulares han empezado a acaparar a ese sector de la población abriendo “clínicas” de rehabilitación para enfermos.

La intención pareciera buena, sin embargo, en muchas de esas clínicas no hay una verdadera recuperación de los enfermos, pues son meros anexos, albergues, espacios carcelarios donde mantienen a los adictos encerrados, pero sin un programa realmente efectivo que trate su salud mental, física y emocional.

Esos particulares han encontrado una beta de oro, por lo que algunos no tienen una sola “clínica”, tienen hasta dos o más, pues se aprovechan de la necesidad de las familias que quieren que el enfermo se rehabilite.

Los costos son variables, van de los 4 mil hasta los 10 mil pesos mensuales o más. Muchas familias pasan estrecheces económicas por tratar de que el enfermo se recupere, cuando muchas veces en dichos centros solamente se les mantiene encerrados y bajo algunos sedantes para que se mantengan tranquilos.

Es necesario que la Secretaría de Salud, el Consejo Estatal Contra las Adicciones y Protección Civil, mejoren la revisión a las llamadas clínicas de rehabilitación, pues es un hecho que muchas de ellas incumplen los requisitos que exige la Ley para poder operar.

Además de que los enfermos no reciben los tratamientos médicos, psicológicos y psiquiátricos adecuados, muchos de esos albergues operan en casas habilitadas; en un cuarto de 3 por 3 metros conviven y duermen hasta cinco personas. La alimentación que reciben es de pésima calidad, con muy bajo valor nutricional.

En este contexto, la subdirectora de Epidemiología de la Secretaría de Salud, Diana Carrasco Alcántara, señaló que de acuerdo a la Encuesta Hemisférica sobre Patrones del Consumo de Sustancias Sicoactivas, durante la pandemia por el Covid-19, se detectó en Colima un incremento en el consumo de drogas, tabaco y alcohol, así como episodios de depresión y ansiedad, principalmente en el grupo de edad de entre 20 y 40 años. 

La encuesta realizada por la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), refiere que el incremento en el consumo de alcohol fue de entre el 20 y 30 por ciento; de tabaco, entre el 10 y 12 por ciento, y de drogas ilegales como mariguana y estimulantes, entre el 3 y 5 por ciento.

Instituciones como Centros de Integración Familiar hacen una gran labor en la atención a farmacodependientes, pero desafortunadamente trabaja con poco presupuesto, por lo que sus acciones se ven limitadas. 

Una persona que desgraciadamente ha caído en las garras de las drogas, no solamente ella se hace daño, destroza la convivencia y la economía de la familia. No hay dinero que ajuste para su rehabilitación o para estar pagando multas y fianzas en las cárceles preventivas o en el penal. 

En unos meses más estarán asumiendo sus cargos nuevas autoridades estatales y municipales. Será el momento propicio para exigirles lo que prometieron en campaña, que cumplan con el establecimiento de clínicas y programas para la atención a enfermos de adicciones.