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El reto de iniciar un tratamiento psicoterapéutico



RUTH HOLTZ*


Sábado 05 de Junio de 2021 6:45 am


LLEVAR a cabo un tratamiento no es cosa fácil para algunas personas, cuando para otras es el lugar donde pueden encontrarse a sí mismos y descansar del estrés a través de ser escuchados. Como sea, para cada uno depende de las expectativas que tengan de los tratamientos de este tipo, así como del dolor que dentro de ustedes sea necesario enfrentar y que no para todos resulta fácil soltarse frente a alguien y buscar resolver y no sólo autoconmiserarse.

Todo tratamiento psicoterapéutico debe llenar al menos tres características: ser voluntario, ser privado y ser profesional. No todas las personas acuden a psicoterapia de manera voluntaria. Si son menores o tienen una adicción, una enfermedad mental o una situación límite como divorcio, depresión o pérdida de un ser querido, pueden estar acudiendo por presión de otras personas, por quienes les ayudan o les aconsejan venir. Lo ideal es que sea como sea el comienzo de sus sesiones, después continúen voluntariamente, pues es muy importante la disposición de quien quiere y desea cambiar y que se proponga aprovechar al máximo esta oportunidad. 

Un tratamiento debe ser privado. Todo lo que se trabaje y se diga queda entre el consultante y el psicoterapeuta. Eso garantiza que la información más sensible, el dolor vertido o las confesiones de la persona no sean divulgados. Además de que estando en el espacio privado del consultorio puede darse esa confianza que lo dicho no será usado “en su contra” en una discusión de pareja o de familia o ser parte del chisme de las amistades. El psicoterapeuta se compromete por ética profesional a mantener el secreto de sus comunicaciones que si acaso llegaran a divulgarse sería sin ningún dato personal ni ninguna información que pudiera identificar de quién se trata y sólo con fines didácticos en medios profesionales para mejorar la capacidad del psicoterapeuta para su mejor atención. 

Y este es el tercer punto, precisamente el nivel profesional en el que debe ser tratado. Psicoterapias y enfoques de atención de la salud mental y emocional hay muchas. Es importante saber como consultante qué tipo de psicoterapia prefiere o le puede ser de mayor utilidad de acuerdo a su forma de ser o de su problema. El nivel profesional debe medirse no sólo de acuerdo a los títulos, sino a la fama que tiene el psicoterapeuta ante los consultantes que han acudido con éste, así como su trato, su forma de desenvolver la sesión y el respeto a la privacía del espacio, así como el tacto para cuidar del consultante, del respeto y de la disposición a cuidar de la emotividad de quien se pone en sus manos. A veces esto sólo se puede averiguar iniciando la relación psicoterapéutica.

Acudir a un tratamiento psicoterapéutico es una oportunidad de poder iniciar un proceso de cambio, de encuentro con uno mismo y de recapitulación de la historia personal con el fin de sanear nuestra vida de conflictos emocionales, quizá originados en el pasado o en nuestro carácter y la forma en que éste ha sido moldeado por patrones inconscientes, por costumbres, por promesas de amor y por el temperamento único de cada uno. El reto que se impone a quien decide iniciar un tratamiento psicoterapéutico es no sólo la aceptación de necesitar ayuda, sino la renuncia a seguir usando nuestra propia tragedia personal para conseguir apoyo o vivir en esa actitud de autoconmiseración que puede ser la excusa perfecta para no hacer uno su vida, lo cual implica responsabilidad y enfrentar los desafíos, los dolores y los errores sin pretender achacárselos a nuestros padres, nuestra pareja o a alguien a nuestro alrededor. 

Sabemos que iniciar un tratamiento psicoterapéutico implica un acto de valentía: recordar momentos dolorosos, decidir sufrir para recordar para dejar de sufrir inútilmente y volver eso que vivimos un camino de crecimiento. Dicen que quien no conoce su historia podría repetirla y además de que es mejor cosechar los frutos de las adversidades por las que hemos pasado. Eso es madurar. El psicoterapeuta es sólo un ayudante que acompaña y da las herramientas, que es testigo y apoya con lo que sabe para digerir lo que en otro tiempo no se pudo.


*Psicoterapeuta


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