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Malas compañías



MARIO ALBERTO SOLÍS ESPINOSA

El amanecer de un régimen


Miércoles 09 de Junio de 2021 7:15 am


POR primera vez en su historia, Colima será gobernado por la izquierda, tras más de 90 años de hegemonía priista y décadas de un grupo de poder dominante que rigió la vida pública local, controló los espacios de decisión y administró los bienes públicos a su antojo.

La victoria de la candidata de Morena-Nueva Alianza en la elección por la gubernatura resulta histórica, dado que significa el ascenso al poder de la izquierda en uno de los últimos reductos intocados del binomio PRI-PAN en todo el país.

La trascendencia de los resultados electores del domingo está todavía por verse, pues la virtual ganadora, Indira Vizcaíno Silva, debe mostrar, en la práctica, su identificación y lealtad con el proyecto lopezobradorista, cuya influencia modeló los resultados del domingo.

Una responsabilidad enorme tiene la próxima gobernadora de Colima, pues no solamente le corresponderá un cambio de administración, sino también la erradicación de un régimen que vivía horas extras desde hace 3 años, cuando fue borrado en las elecciones presidenciales.

A la virtual triunfadora le tocará desmontar el arraigado aparato de corrupción y privilegios que prohijó, durante años, una casta dorada de gobernantes, funcionarios y empresarios que se convirtieron en nuevos ricos a costa del erario público o de los negocios a la sombra del poder.

El bipartidismo en Colima estancó el desarrollo, ahuyentó las inversiones y sumió a la entidad en la mediocridad generalizada; camadas de políticos ineptos se encumbraron hasta lo más alto de escalafón gubernamental, precarizando la vida pública en detrimento de la población.

Los espacios académicos, empresariales, sociales y culturales fueron cooptados por empleados del régimen, sofocando cualquier disidencia que permitiera un necesario relevo en los espacios de poder; así, fue fosilizándose la dinámica de la gobernanza hasta convertirse en el desastre que es actualmente.

Por eso, es relevante que desde las urnas, único espacio inconquistable para las oligarquías locales y nacionales, se haya dado un golpe de timón, en este caso a favor de Indira Vizcaíno, quien mejor representó el mensaje de la alternancia para la entidad.

El éxito de la futura mandataria estatal no se medirá tanto por las acciones que realice en materia de administración pública, casi cualquier cosa superará lo hecho por Ignacio Peralta Sánchez, sino en la construcción de un nuevo andamiaje democrático para Colima.

Tan alto objetivo es impostergable, pues de la desarticulación del régimen actual depende la viabilidad de políticas públicas incluyentes, eficientes y acordes con las necesidades colectivas; la simulación o la continuidad disfrazada solamente llevarán al fracaso.

La oxigenación de las instituciones deberá ser el fundamento del nuevo gobierno; sólo una nueva visión del ejercicio del poder eliminará del imaginario colectivo los paradigmas de corrupción, transa y agandalle que impusieron, con su actuar, los gobiernos del PRI y sus adláteres del PAN desde diversos cargos públicos.

En el diseño de un gobierno democrático y acorde a los nuevos tiempos, Indira Vizcaíno no está sola, tiene el respaldo de casi 100 mil colimenses que la apoyaron en las urnas, y seguramente de miles más que desde hace años, décadas, aspiran a un entorno más justo, democrático e incluyente.


BREVE HISTORIA PARA CAMILA


Hace años, les comenté a varios compañeros y amigos, en una de esas discusiones interminables de política y futbol, que seguramente no vería tres cosas en mi vida: la asunción de la izquierda al poder en el ámbito nacional, la derrota del PRI en Colima y un campeonato del Aclas. Ya se cumplieron dos, por más imposible que en algún tiempo pareciera, así que no pierdo la esperanza de que mis rojinegros logren el título en breve, así quedará confirmado que en esta vida todo es posible, hasta lo que parece más complicado y alejado de la realidad, las cosas llegan tarde o temprano, nada es eterno ni inmutable, ni siquiera la mala suerte de los zorros.