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Victoria democrática



MARTÍ BATRES*


Viernes 11 de Junio de 2021 6:49 am


LA democracia es el gobierno del pueblo, cuyo mandato se expresa en mayorías y minorías parlamentarias y en los gobiernos que emanan de las urnas.

El pasado 6 de junio, dos coaliciones contendieron en la competencia electoral. La coalición encabezada por Morena ganó 12 de 15 gubernaturas. La otra coalición alcanzó dos gubernaturas. El voto ciudadano refrendó la mayoría legislativa encabezada por Morena, la otra coalición se mantuvo como la primera minoría. Diversos medios han querido regatear el reconocimiento de esta victoria, pero la verdad es que es un triunfo democrático ganado a pulso.

Se unieron casi todos los partidos de oposición y además, muchos poderes fácticos, muchos medios, organismos empresariales, órganos autónomos y hasta entes extranjeros como el semanario The Economist o la OEA, que se metieron en nuestro proceso electoral nacional.

Sin embargo, no pudieron ganarle a Morena y, sobre todo, no pudieron ganarle la partida política al presidente Andrés Manuel López Obrador, que era uno de sus objetivos.

Podrán decir que Morena no ganó la mayoría calificada o que no obtuvo el 100 por ciento de los espacios en disputa, que no ganó el Premio Nobel, el Pulitzer, el Grammy o los Óscares… Y no. Simplemente ganó la mayoría de la Cámara de Diputados y la mayoría de las gubernaturas, que es lo que estaba en disputa.

La militancia de ese partido y la ciudadanía tienen mucho que celebrar. Por ejemplo, la enorme ventaja en Baja California, el único estado gobernado por Morena que estaba en juego y que fue refrendado en las urnas. También, entre otros triunfos: Sinaloa, con un porcentaje electoral altísimo.

Nayarit, con enorme distancia respecto al segundo lugar. Guerrero y Michoacán, triunfos que trató de evitar el INE. Tamaulipas, la mayoría del Congreso local. Veracruz, victoria generalizada. Chiapas, mayoría en el Congreso local.

Baja California Sur, gubernatura que fue regateada por casi todas las encuestadoras. Tlaxcala, Colima, Campeche, triunfos con liderazgos de mujeres honestas. Y también Zacatecas y Sonora en batallas electorales, democráticas, ciudadanas, competidas.

Otras fuerzas perdieron todas sus gubernaturas o la mitad de las mismas. Están obligadas a hacer su propio balance autocrítico antes de lanzar la crítica contra la fuerza mayoritaria o dejarse llevar por el triunfalismo discursivo.

Hubo otra victoria, que no es menor: la ciudadanía participó y votó libremente, ejerció su derecho a votar por quien quisiera. Lo anterior es un hecho digno de destacar en un país con larga tradición de defraudación electoral y antidemocracia.

La mayoría tendrá que dialogar con los demás partidos, como lo hizo en los tres primeros años del sexenio, construyendo acuerdos para sacar adelante las reformas necesarias. Porque no hay que olvidar que 90 por ciento de las reformas constitucionales y legislativas aprobadas en la legislatura saliente han contado con el voto de todas las fuerzas políticas.

Victoria de Morena, victoria democrática, victoria ciudadana. Así fue la jornada electoral del domingo pasado.


*Senador de la República