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Hay que decirlo



CARLOS GARCÍA LEMUS

El economista insensible


Martes 03 de Agosto de 2021 7:38 am


UN rotundo fracaso ha resultado el gobierno de José Ignacio Peralta Sánchez, que dejará un estado endeudado, ensangrentado, con primeros lugares a nivel nacional en índices de diversos delitos, con muertes cada día, feminicidios y ahora, sin poder siquiera pagarles a los trabajadores al servicio del Gobierno del Estado, jubilados y pensionados, ni a los de instituciones públicas descentralizadas y órganos autónomos.

Un desastre por donde se le vea, sin ninguna obra trascendente en 6 años. Hoy, aquel slogan de campaña “Vas a vivir feliz, seguro”, es una burla para los colimenses que padecieron a un Mandatario ausente, que jamás tuvo empatía con sus gobernados.

De nada sirvió su alta preparación académica, incluso en una universidad extranjera. Tampoco sus cartas credenciales como gran economista y destacado joven a nivel global. En los hechos, fue incapaz de sacar adelante al estado, aunque presume que saneó las finanzas, lo cierto es que al final, deja una entidad con una enorme deuda y a una clase trabajadora afectada.

Hay que decirlo, Nacho no pudo con el paquete y ésta no es la única ocasión en que con la mano en la cintura deja a miles de familias sin el dinero que les corresponde, porque ya trabajaron para ganárselo.

Durante su sexenio, cada fin de año los empleados gubernamentales sufrieron para que les pagaran sus prestaciones. Siempre pretextos y querer mostrarse como el salvador de la clase trabajadora, cuando en realidad ha sido su verdugo.

El jueves de la semana pasada, tarde, dio un mensaje en redes sociales en el que, además de reconocer su incompetencia para pagar lo que por ley le corresponde, advirtió que no solamente habrá problemas en esta quincena, sino que “la única manera de poder cumplir con el pago de ésta y las siguientes quincenas es si el Gobierno Federal autoriza recursos extraordinarios para el estado”.

Dijo ahí mismo que salía a dar la cara, pero eso no es lo que quieren los trabajadores. Lo que ellos necesitan y es su derecho, es que les paguen, sin demagogia, sin discursos ni pretextos. La mejor forma de dar la cara es simple y sencillamente cumpliendo con su responsabilidad de pagar en tiempo y forma, de nada sirven explicaciones ni decir que comprende totalmente los problemas que implican el impago.

Falso, Peralta Sánchez por muy economista súper preparado que sea, nada sabe ni entiende de la angustia de una familia cuyo único sustento (que ya se ganó), se los niega un Mandatario insensible. ¿Qué va a saber él de las presiones de un banco, tiendas departamentales y otro tipo de acreedores a los que se enfrenta un trabajador y su familia cuando se atrasan un día en el pago de un crédito hipotecario, automotriz o de algún otro bien o servicio?

¿Acaso el trabajador, con la misma desfachatez podrá subir a sus redes sociales un mensaje a sus acreedores diciendo que no les puede pagar, porque la situación financiera del estado es muy delicada o porque la pandemia pegó muy fuerte, como se quejó Nacho?

Claro que no, en la vida de miles de personas, atrasarse un día, sí, un sólo día, en el pago de sus compromisos, genera de inmediato intereses y presiones al deudor.

El que el Gobernador salga con que entiende y sabe de las repercusiones que su incumplimiento les genera a miles de familias, parece más una burla que otra cosa.

Se lamenta de que ya no tiene acceso al mercado de crédito, pues qué bueno, de lo contrario metería en más problemas al estado. Por lo pronto, ya quiere vender el estacionamiento Constitución y el rancho Buenos Aires para pagarle al Ipecol.

¿Alguien podrá mencionar tres obras importantes en el sexenio?, no creo. A lo más que llegó fue a adquirir La Campana, en Villa de Álvarez, y cambiar terrenos a la Secretaría de la Defensa Nacional para el traslado de la 20ª Zona Militar.

Si esto fuera box, hace tiempo que el manager de Nacho Peralta habría tirado la toalla. Nada se sabía del Gobernador en semanas recientes, hasta que hace unos días circularon en redes sociales fotografías de su paseo en kayak, en Manzanillo.

Lo único positivo es que en octubre termina la pesadilla. Al menos no le dio tiempo de vender Palacio de Gobierno.