Gran reto
LUNES POLÍTICO
Lunes 16 de Agosto de 2021 7:59 am
LA gobernadora electa de Colima, Indira Vizcaíno Silva, previó que el gobierno de José Ignacio Peralta Sánchez le heredará una deuda de más de 8 mil 500 millones de pesos en pasivos. Señaló que la situación de las finanzas estatales es peor que el más negativo de los escenarios que pudo haber previsto. La deuda a corto plazo que dejará la administración estatal, en conceptos como proveedores, salarios, transferencias, retenciones, ISR y lo que no se previó para el pago de aguinaldo, llegará a 4 mil millones de pesos. Refiere que si a eso se le suman los pasivos a largo plazo, será una deuda equivalente al 50 por ciento de presupuesto anual del estado, mismo que en 2021 fue de 17 mil 500 millones de pesos. Vizcaíno Silva sostuvo que será su obligación actuar de manera estricta y responsable a partir de que asuma la titularidad del Poder Ejecutivo; “tendremos que llevar a cabo las auditorías que sean necesarias y en caso de encontrar irregularidades, vamos a actuar en consecuencia”. Aseguró que no será cómplice ni comparsa de nada que se haya hecho en contra del patrimonio de los colimenses. Adelantó que una vez que tome posesión tendrá que recurrir a los créditos de corto plazo, la reestructuración del gasto y los recursos, así como a un estricto plan de austeridad. Sobre la reunión con funcionarios de la Secretaría de Hacienda, para el pago de la nómina de los trabajadores, se acordó una primera entrega de recursos para cubrir la segunda quincena de julio y la primera de agosto de los burócratas y el magisterio del SNTE 39. Es un acierto que Indira Vizcaíno desde ahora se interese en conocer los pormenores de cómo recibirá las finanzas estatales, pues esa información es fundamental para saber qué terrenos va a pisar y será la base para empezar a definir las prioridades del estado. En campaña, declaró que estaba consciente de que recibiría una difícil situación financiera; sin embargo, ahora que conoce los números, señaló que el escenario es más negativo de lo que pudo prever, por lo que desde el primer día que tome posesión, deberá hacer esfuerzos extraordinarios para componer las finanzas, los ingresos, egresos, el gasto, pasivos, pago a proveedores, impuestos y demás. La semana pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a los 15 gobernadores y gobernadoras que en unos meses más tomarán posesión no ser “tapadera” de los mandatarios salientes. Ese mismo día, Indira Vizcaíno reiteró que realizará las auditorías necesarias y, en caso de encontrar irregularidades, se actuará en consecuencia contra los responsables. La Gobernadora electa deberá integrar a su Gabinete a los profesionistas más capaces y con experiencia para lograr equilibrar las finanzas estatales en el corto y mediano plazo, pues será indispensable oxigenar la administración para poder cumplir sus promesas de campaña y atender las crecientes demandas de seguridad, servicios, salud, educación, obra pública y demás. En la pasada elección, los electores votaron por un cambio, por la alternancia, con la esperanza de que puedan mejorar sus condiciones y elevar su calidad de vida, por lo que Indira Vizcaíno tiene un enorme reto y deberá estar a la altura de las expectativas de los colimenses. El peor momento A más de 17 meses de iniciada la pandemia de Covid-19 en nuestro país, estamos en el peor momento de ella. La semana pasada se presentaron días con nuevos récords de contagios tanto a nivel nacional como en Colima, donde incluso la capacidad de los hospitales está casi rebasada, al grado de que en la Unidad Deportiva Morelos se instala un Hospital Covid. A la par, se agudiza la crisis financiera en diversos sectores sociales y productivos, y como señalaron los presidentes de Canirac y Canaco, en entrevista con Diario de Colima, la economía no aguanta más cierres, como se contemplan en los protocolos por el color rojo en el Semáforo Epidemiológico. Todo esto sucede cuando la campaña de vacunación avanza en la entidad, no con la celeridad deseada, pero desde hace tiempo se vacuna ya a jóvenes de 18 años en adelante. En eso estamos actualmente en algunos municipios. Por estas circunstancias y todo lo que ha implicado soportar la pandemia, resulta inaceptable e increíble que aún haya personas que se niegan a que les apliquen la vacuna anticovid. Es verdad que cada quien es libre de hacer lo que considere lo mejor para su bienestar y que hay quienes por falta de información, por ideas antivacuna, no sólo de Covid, sino de todas, o por la razón que se quiera, no se dejan vacunar, pero en este caso comprobado está que es precisamente ese sector de la población el que en estos momentos está sufriendo el peor embate de la enfermedad. En medio de esta crisis, sin duda, quienes no se han querido vacunar están contribuyendo al agravamiento de la pandemia; es necesario hacer conciencia que vacunarse, debe existir responsabilidad de las personas y cuidar así a su familia, amigos, compañeros de trabajo y con toda la sociedad con quien tiene contacto. A finales del mes pasado, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, informó que los jóvenes y las personas que aún no han recibido la vacuna contra la Covid-19 son víctimas de la tercera ola de contagios en México, y la edad promedio de los contagios se ha reducido en las últimas semanas y ya ronda los 38 años, en comparación con la que se había registrado en las dos olas anteriores, de 44 años. La edad media de hospitalizaciones ha caído también drásticamente, al pasar de 59 a 50 años, mismo caso que la de defunciones que pasó de 65 a 59 años. Lo mismo hay ya muchos casos de niños. Según información oficial, durante la última semana de julio, se reportaron mil 637 nuevos infectados, cifra que no se observaba desde diciembre pasado, cuando se alcanzaron mil 672 casos infantiles, de acuerdo con el reporte más reciente del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), con datos de la Secretaría de Salud. Desde el comienzo de la pandemia y hasta el 8 de agosto, se han reportado 613 defunciones de niños y 60 mil 928 contagios. De ellos, 30 mil 683 casos pertenecen al sexo masculino y 30 mil 245 al femenino. Por edades en total, a la misma fecha de corte, se han registrado 35 mil 20 contagios en adolescentes entre los 12 y 17 años; 14 mil 526 casos en niños de 6 a 11 años, y 11 mil 382 en infantes de 0 y 5 años. Y todo esto, a 2 semanas de que los niños y adolescentes regresen a clases presenciales, con los altos riesgos que eso conlleva. Protocolos desfasados DESDE el 9 de agosto pasado se aplican en Colima las medidas sanitarias correspondientes al color rojo en el Semáforo Epidemiológico estatal, mismas que restringen la actividad económica en el afán de reducir la movilidad de personas y con ello la circulación del coronavirus. Los protocolos señalan que los establecimientos considerados no esenciales solamente podrán operar de lunes a viernes, con un horario de 7 de la mañana a 8 de la noche, con un aforo del 20 por ciento. Mientras que los restaurantes abrirán los 7 días de la semana, de 7 de la mañana a 10 de la noche. En tanto que los negocios que tienen como actividad preponderante la venta y consumo de alcohol deberán permanecer cerrados mientras que la situación sanitaria de la entidad se encuentre en máximo nivel de riesgo, como es el caso actual de la entidad. Al respecto, líderes de cámaras empresariales subrayaron que la economía de diversos sectores productivos ya no aguanta más cierres y suspensiones de actividades, como lo plantean los protocolos sanitarios publicados en el Periódico Oficial El Estado de Colima, el pasado 8 de agosto. Felipe Santana Linares, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), y Luis Hurtado Anguiano, dirigente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Colima, exigieron una mejor articulación entre los tres niveles de gobierno, para evitar mayores afectaciones económicas. Consideraron inaceptable que luego de más de un año y medio, en este momento se sigan aplicando las mismas medidas que en el pasado afectaron drásticamente al sector productivo, provocaron el despido de trabajadores y el cierre de muchos negocios. El diagnóstico de los empresarios es correcto cuando señalan la necesidad de actualizar las medidas sanitarias, pues de otra forma, muchos propietarios de negocios y establecimientos incurrirán en la desobediencia de las normas, tomando en cuenta que la otra opción es la quiebra. La aplicación de protocolos descontextualizados y la negligencia gubernamental está generando una inconformidad que puede conducir a la anarquía, es decir, que cada empresario haga lo que mejor considere para la sobrevivencia de su negocio. Los dirigentes de la Canirac y la Canaco afirman que están a favor de la aplicación de protocolos que garanticen la salud de las personas; sin embargo, estos deben actualizarse y tomar en cuenta la situación económica actual, no la de hace 17 meses, como está sucediendo. Conviene más el rediseño de las medidas sanitarias que su aplicación a rajatabla a sabiendas de que nadie las respetará y que las autoridades tendrán que hacerse de la vista gorda para no sancionar; ese círculo de laxitud a nadie beneficia, pues se está simulando justo en un momento donde el riesgo sanitario es muy alto. Por eso es indispensable que los gobiernos elaboren una estrategia específica para este momento de la pandemia; urge que se combine con eficacia la necesidad de proteger la salud, pero también de garantizar que no haya nuevas afectaciones a los diversos sectores productivos. Demanda histórica LA Universidad de Colima registró la mayor demanda de estudiantes de nuevo ingreso en toda su historia, por lo que para el inicio de este ciclo escolar 2021-2022 han sido aceptados 9 mil 100 estudiantes en los niveles Medio Superior, Superior y Posgrado. El rector de la UdeC, Christian Torres Ortiz Zermeño, a través de un mensaje a la comunidad universitaria y a la sociedad, destacó que se está realizando un importante esfuerzo para dar cabida a la mayor demanda que se ha registrado en la historia de esa Casa de Estudios. En el nivel Medio Superior, la Universidad de Colima tuvo una cobertura del 100 por ciento, es decir, todos los aspirantes tienen un lugar asegurado en alguno de los 37 bachilleratos en la entidad. A nivel Licenciatura fueron aceptados 3 mil 900 aspirantes, lo que representa el 69 por ciento de la demanda de nuevos ingresos en este año. De las 30 facultades que ofrecen 67 carreras universitarias, 44 de ellas tienen una demanda superior a la capacidad, algunas superan hasta dos o tres veces el número de solicitantes. No obstante, todavía hay 18 carreras que tienen lugares disponibles, “lo que nos dará oportunidad de sumar 271 espacios más, si todos son solicitados”, destacó el Rector. A nivel de Posgrado, la Universidad de Colima ofreció 23 programas; aceptando a 210 aspirantes, lo que representa el 60 por ciento de la demanda. Esto demuestra la importancia de la máxima Casa de Estudios en la formación educativa en el estado, su constante desarrollo y crecimiento para atender a miles de colimenses que desean continuar con su preparación académica, y que a la postre, como las generaciones actuales y anteriores, serán el pilar de sostenimiento, estabilidad y progreso de la entidad, en lo laboral, económico, social, político, científico y cultural. Es un acierto que la gobernadora electa, Indira Vizcaíno Silva, haya tenido un primer acercamiento con la UdeC, el pasado 7 de julio, donde destacó que la cobertura educativa es uno de los ejes importantes de su administración, asegurando que sí cumplirá a la Casa de Estudios, “seguramente tendremos una buena relación para lograr lo mejor para Colima, porque si le va bien a la Universidad, le va bien a todo el Estado”. Se debe conservar y estrechar una buena relación entre el Gobierno del Estado y la Universidad de Colima. Actualmente, la asignación presupuestal para la Casa de Estudios del ejercicio 2021 es de 2 mil 14 millones 197 mil 271 pesos, de los que mil 672 millones 591 mil 999 pesos son recursos de la Federación y 341 millones 605 mil 272 pesos del estado. Es fundamental que las autoridades gubernamentales del Estado y la Federación sigan brindando el apoyo necesario a la Universidad, para su permanente crecimiento y ampliación de infraestructura, de equipamiento y de personal, respetando además la autonomía universitaria, pues hoy en día es sin duda la institución más sólida y vital para el desarrollo del estado.