Regreso a clases
ALBERTO MAGALLÓN ESTRADA
Sábado 28 de Agosto de 2021 7:05 am
LOS líderes del SNTE 6 y 39, Jaime Núñez y Heriberto Valladares,
respectivamente, declararon esta semana que no hay las condiciones sanitarias y
de salud en cientos de escuelas del estado para regresar a clases presenciales,
pues se pondría en riesgo a alumnos y maestros, sobre todo porque en estos
momentos Colima vive uno de los picos más altos de contagios de Covid-19. Las autoridades
educativas, el magisterio y el SNTE no han logrado ponerse de acuerdo en el
regreso a clases, pues mientras la Secretaría de Educación pide que los
planteles educativos se mantengan abiertos, los maestros temen que la movilidad
y la asistencia presencial provoquen un repunte de contagios. Los mismos padres
de familia fueron encuestados y un 70 por ciento votó por continuar las clases
a distancia, como el ciclo pasado, por lo menos mientras las escuelas están en
condiciones adecuadas y disminuyen los contagios y muertes. Y no es para menos que
los maestros y padres tengan temor de regresar de forma presencial, pues en las
últimas semanas se han registrado hasta más de 600 contagios en un solo día y
el jueves pasado se reportaron 26 personas fallecidas por coronavirus, en una
sola jornada. A esto se agrega que los
maestros estatales no tienen certidumbre de su pago, pues no obstante que el
presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a enviar recursos
extraordinarios a Colima para el pago de la nómina, la primera quincena de
agosto la cobraron una semana después. Y por si esto fuera poco, no tienen
prestaciones médicas, porque los doctores y clínicas que están en el Sistema de
Pensiones se niegan a atenderlos argumentando que el gobierno estatal no les
paga desde hace muchos meses sus honorarios. No basta, pues, con
emitir un decreto y ordenar el regreso a clases presenciales, se debe
garantizar la salud y la vida de estudiantes, maestros, directivos y padres de
familia, que a final de cuentas, es lo único que importa. ¿PERSEGUIDO POLÍTICO? No hay plazo que no se
cumpla y el excandidato presidencial, Ricardo Anaya, sabía desde hace meses que
él aparecía en la lista de los señalados por el exdirector de Pemex, Emilio
Lozoya de haber recibido sobornos millonarios para aprobar la reforma
energética impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto, pero diseñada desde
el gobierno de Felipe Calderón. Hoy que la Fiscalía
General de la República (FGR) va por Anaya y lo acusa de cohecho, delincuencia
organizada y lavado de dinero, el panista ha preferido poner tierra de por
medio y huir a Estados Unidos, para estar lejos del brazo de la justicia, pues
sabe que en México, en cualquier momento
podrían apresarlo y ponerlo tras las rejas. La única salida que le
quedó fue hacerse la víctima y llamarse perseguido político. De todos sus males
y desventuras culpa al presidente Andrés Manuel López Obrador, pero éste ya le
respondió que él nada tiene que ver en los trabajos de la FGR y que, además, él
no lo mandó a cometer todos esos delitos que le imputan los fiscales. El juez de control lo
citó a comparecer, de forma virtual, el próximo 4 de octubre, pero aclaró que
las partes, el acusado y los acusadores, deben encontrarse en territorio
mexicano, por lo que Anaya deberá cruzar la frontera nuevamente, sin embargo,
si lo hace, seguramente se establecerá por algunas horas en alguna ciudad
fronteriza, como Ciudad Juárez, lejos de la Ciudad de México y cerca de Texas,
donde fue localizado por la FGR, para regresar lo más pronto posible a la Unión
Americana, donde, por ahora, se siente a salvo. Si la Fiscalía no logra
demostrar plenamente los delitos y Anaya no es procesado, eso lo fortalecerá
rumbo al 2024, pues lo habrá convertido en víctima. La persecución por sus
pillerías la utilizará a su favor y podría fortalecerse como candidato de la
oposición. Sin esperar a que haya convocatorias, él ya se les adelantó al resto
de los aspirantes del PAN y PRI y se ha movido por la libre, tratando de emular
lo que hizo en su momento López Obrador. Aún está muy lejos de conseguirlo,
pero está haciendo su luchita. Ricardo Anaya tiene a su
favor que en el Poder Judicial, muchos de sus miembros son del ala conservadora
y ante la postura del presidente López Obrador, de sanear ese poder,
magistrados y jueces han optado por llevarle la contra en todo al Mandatario.
En este juego de vencidas, el panista puede resultar beneficiado, sin embargo,
nada está dicho y las audiencias apenas comienzan.
En
los próximos meses se verá el desenlace de este caso, en el cual también se
encuentran involucrados otros panistas que habrían recibido sobornos
millonarios, con dinero proveniente de la empresa brasileña Odebrecht. Si cae
Anaya, seguramente también, como piezas de ajedrez caerán sus compinches
albiazules.