Malas compañías
MARIO ALBERTO SOLÍS ESPINOSA
El olvido será su legado
Miércoles 01 de Septiembre de 2021 7:27 am
AYER concluyó el último periodo ordinario de sesiones de la 59ª Legislatura, sin duda una de las más decepcionantes de la historia moderna de Colima, pues se convirtió en un apéndice del peor gobierno que ha tenido la entidad y en cómplice del desastre que amenaza con colapsar las instituciones locales. Los diputados fallaron, pero no solamente eso, traicionaron la voluntad popular que votó por una mayoría de izquierda y progresista que devino en una coalición pluripartidista agachona, sorda y muda que convalidó los excesos del Gobierno Estatal. Es lastimoso que una coalición progresista que llegó a tener 16 diputados termine como una fracción marginal de siete legisladores, a la sombra de una mega bancada que caricaturizó la representación popular y se convirtió en oficialía de partes del Poder Ejecutivo. Las ambiciones y las traiciones pervirtieron el voto ciudadano; diputados saltimbanquis que pasaban de una fracción a otra puerilizaron la función legislativa y echaron por la borda las esperanzas de contar con una Legislatura soberana, independiente y profesional. Pero no solo es cuestionable la mediocridad y la vulgar rapacidad con que se condujeron, sino también el silencio que guardan ante el desastre en que se encuentra Colima, porque eso sí, son fieles al gobernador Ignacio Peralta Sánchez, ellos sabrán por qué. Su negligencia para legislar no extraña, ni siquiera las más de 200 iniciativas que dejan pendientes indigna tanto como el hecho de que no sean capaces de realizar un pronunciamiento respecto a la crisis que vive Colima, por el manejo discrecional de los recursos públicos en el Gobierno Estatal. Ningún diputado ha sido capaz de subir a tribuna para cuestionar por qué el gobernador Ignacio Peralta Sánchez despide a cientos de empleados de confianza, algunos de ellos con muchos años de antigüedad, pero al mismo tiempo basifica a más de 200 funcionarios con cargos directivos. Menos han requerido la información sobre el uso del crédito de 740 millones de pesos que ellos mismos aprobaron al Gobierno Estatal, con el compromiso de que vigilarían el uso de cada peso, a través de una Comisión de Seguimiento encabezada por los propios legisladores. Ni siquiera la fracción de Morena da la cara; por extrañas circunstancias olvidaron su postura crítica hacia el PRI-gobierno y tampoco se acuerdan de que hace unas semanas anunciaron que presentarían una denuncia de juicio político en contra del Mandatario estatal. Pareciera que en estos momentos de zozobra el Poder Legislativo no existe, aun cuando le cuesta a los colimenses casi 100 millones de pesos al año; al final llegamos a la conclusión de que otra vez, los diputados se convirtieron en un lastre para la sociedad, una pantomima que a nadie le sirve. A donde vayan, los actuales diputados llevarán el estigma del fracaso, pues solo se representaron a sí mismos, sus intereses y vulgares ambiciones, nunca supieron convertirse en los representantes populares que demanda el momento histórico de Colima; están condenados al olvido, en el mejor de los casos. BREVE HISTORIA PARA CAMILA La princesa se está adaptando con facilidad a la dinámica de trabajo a distancia en el bachillerato. Muestra una vez más su resiliencia y compromiso con su instrucción académica. Dedica estas tardes de pandemia a elaborar con cuidado y esmero sus trabajos escolares y a cargar como bebé, de cuando en cuando, al Tiberius, quien se deja querer y se acomoda en el regazo de la moconeta. Estoy orgulloso de ella, es una chica fuerte que enfrenta los retos que le ha puesto la vida, infinitamente mayores a los que yo había pasado a los 15 años, por eso seguro estoy de que le espera un futuro luminoso; creo que será capaz de tomar las riendas de su destino con independencia y prudencia, pues he tratado de mostrarle que siempre se debe buscar en uno mismo la fortaleza para avanzar, a pesar de que el camino sea tortuoso y a veces parezca instransitable.