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El amor y el vacío existencial



RUTH HOLTZ*


Sábado 11 de Septiembre de 2021 9:45 am


MUCHAS personas experimentan un vacío en sus vidas. A pesar de que en algunas ocasiones cuentan con tratamientos psicoterapéuticos y algunas opciones de desarrollo espiritual o religioso, sin embargo no dejan de tener “arrebatos” de hastío, de sin sentido de la vida y de tristeza, fastidio o descontento inexplicables.

Si estas personas no han vivido “la experiencia que devela su ser”, en el caminar totalmente entregado a su opción de desarrollo espiritual o religioso, más aún el sin sentido de la existencia y la falta de conexión íntima con Dios o con lo más elevado de la existencia, la desazón es mayor.

Muchas personas se entregan a la vida cotidiana y sus problemas como lo único en la vida. Pero llegan a decepcionarse porque tampoco eso llena. Sobre todo porque los problemas siempre se presentan y es un ir y venir para resolver las finanzas, satisfacer necesidades materiales y lograr organizarse amablemente con sus familiares y compañeros de trabajo.

Encontrarle sentido a la existencia puede resolver una parte de ese vacío: ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué sentido tiene la existencia? ¿Qué da base definitiva a nuestras decisiones? ¿En qué se basa la autoridad de nuestros valores morales para juzgar nuestra conducta? En medio de esto los psicoterapeutas nos encontramos con que muchos problemas emocionales, trastornos del estado de ánimo y otros problemas psicológicos, como ansiedad, fobias, angustia, ataques de ira no necesariamente tienen solamente una causa en traumas vividos en la infancia o en dificultades nacidas de sus relaciones con las personas más significativas en su vida, sino por la apatía, el descontento y la desazón que surgen cuando se vive el absurdo de todo, la insatisfacción que queda después de haber alcanzado metas que prometían hacernos sentir muy bien o ante la decepción de que nada es como queríamos, no hay ni la perfecta relación ni el perfecto trabajo y ni siquiera algunas adicciones nos resuelven la sensación de vacío.

El ser humano es el perfecto descontento porque su condición es trágica: es un ser en camino de plenitud y necesita aceptar su ser en proceso de completarse y vivir, crecer, construir y experimentar vivencias que lo vayan acercando a su plenitud. Las personas que profesan ciertas religiones hablan de vivir la experiencia de conexión viva con Dios para en ello encontrar esa plenitud. Aparte de lograr esto, es necesario simultáneamente “vivir el amor”, que el amor “fluya en nuestras relaciones” para que la sensación de vacío se reduzca y sea tolerada en lo que el proceso de maduración de nuestro ser transcurre en el tiempo y se completa.

El amor es una parte fundamental de la existencia humana. Gran parte del vacío existencial puede ser llenado si en nuestras relaciones fluye el amor. Inclusive las experiencias espirituales o religiosas dan fruto, permiten que vivamos esa experiencia que devela nuestro ser sólo cuando amamos con todo nuestro ser a Dios, cuando nos entregamos de todo corazón a vivir el proceso que estas opciones nos ofrecen para experimentar esas experiencias únicas que nos conectan con el todo, con el universo, con la energía del cosmos, con Dios mismo.

Las personas se dejan llevar por su egoísmo, por su envidia, por sus celos, por su orgullo van poniendo obstáculos a amar de verdad.

La “hambruna de amor” es peor que no encontrar sentido para qué hacemos las cosas. Finalmente, la razón más sólida que ha habido para vivir es “vivir por amor”. Cuando nuestra vida es un desierto donde todo está seco, las ganas de morir, de no querer vivir, la sensación de vacío existencial, moral, amoroso se deja sentir. Y el dinero, los bienes materiales, todas aquellas cosas a las que podamos ser adictos no nos suplirán nuestra necesidad de amar y ser amados. Es preciso “curar nuestras relaciones”, sanar el amor, ablandar nuestro duro corazón, vaciarlo de amargura, celos, envidia, venganza, odio, apatía, egoísmo, orgullo, miedo.

Todo esto no es fácil de lograr. Necesitamos de Dios, de un camino espiritual, de una decisión de crecimiento personal y por supuesto que una psicoterapia puede ser un instrumento de gran utilidad para despejar el camino.

 

*Psicoterapeuta

 

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