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Malas compañías



MARIO ALBERTO SOLÍS ESPINOSA

Cómplices


Miércoles 15 de Septiembre de 2021 7:44 am


COLIMA se encuentra sumido en una de sus peores crisis en la historia moderna, a pesar de ello, los responsables de las instituciones guardan un silencio negligente que raya en la complicidad, la negligencia y el abandono de sus responsabilidades con la sociedad.

Si bien el gobernador Ignacio Peralta Sánchez es señalado como el principal responsable de la quiebra y la parálisis del Gobierno Estatal, tuvo muchos cómplices para llegar a este punto de quiebre, los mismos que ahora lo desconocen y miran hacia otro lado.

En esa larga lista están líderes de sindicatos, empresarios, alcaldes, políticos y por supuesto los diputados locales, quienes todavía en este momento del desastre, protegen al Mandatario estatal y se niegan a exigirle cuentas sobre el destino de miles de millones de pesos.

Ese mismo manto de impunidad que en el pasado protegió a Mario Anguiano Moreno, el ex gobernador que debe a las arcas públicas más de 500 millones de pesos, ahora cubre a Ignacio Peralta Sánchez y sus principales colaboradores, algunos de ellos incluso listos para seguir cobrando en la nómina pública.

A pesar de sus delitos confesos, como el desvío de recursos públicos y la retención de cuotas de los trabajadores, el Mandatario estatal duerme tranquilo porque sabe que entre la clase política colimense abundan figuras corresponsables del colapso de las finanzas.

Por eso, enfrenta tranquilo a líderes sindicales que durante años vivieron al amparo del poder e incluso disfrutan de jugosas pensiones que no merecían; sabe que las protestas no llegarán más allá de unos cuantos gritos y declaraciones estruendosas; al final, todos crecieron en la impunidad.

Esa es la misma razón por la que hasta ahora, tras revelar con desfachatez que a medio año se había gastado todo el presupuesto de 2021, el titular del Poder Ejecutivo libra cualquier proceso judicial o político, pues nadie se atreve a enfrentarlo a través de los procedimientos jurisdiccionales que corresponden.

También por esos motivos, Peralta Sánchez se plantó frente a los diputados, dijo lo que se le antojó y salió bien librado de la comparecencia en el Congreso del Estado; no hubo, entre los legisladores, quién representara la indignación que sienten en estos momentos los colimenses por el abandono de sus autoridades.

No podría ser de otra manera, pues en el Poder Legislativo tuvo el Gobernador a sus principales aliados, diputados que aprobaron créditos cuyo destino es todavía desconocido y que ante el desastre actual no han dicho una palabra, ya no digamos emprendido acciones contundentes para evitar la impunidad.

Ese mismo silencio se extiende a las alcaldías, a los partidos políticos, a las cámaras empresariales, donde los tentáculos de la corrupción están tan arraigados, que señalar al Mandatario colimense por sus errores sería como darse un balazo en el pie.

Por todo eso, el gobernador Ignacio Peralta Sánchez luce tranquilo, sabe que habita en un enorme edificio de corrupción que le garantiza un futuro tranquilo, si acaso sujeto a juicios apócrifos, como el que se montó en contra de su sucesor y que al final resultó una burla para los colimenses.

Queda, como último recurso, una persecución judicial promovida desde el Gobierno Federal o la próxima gobernadora, Indira Vizcaíno Silva; ya se verá si desde el nuevo gobierno existe una intención real de romper la cadena de impunidad o por el contrario, se repetirá la historia.


BREVE HISTORIA PARA CAMILA


Ha pasado la etapa en que enseñaba un mundo nuevo a la moconeta, donde cada día era un descubrimiento para ella, ahora es la princesa quien me instruye en temas como la vida sustentable, denominada con el anglicismo eco friendly, el lenguaje inclusivo y otras tendencias de la modernidad en las que estoy desfasado. Se siente bien aprender juntos, avanzar y comprometerse en causas que para ella son ya la normalidad; pronto llegará el día en que no tenga más para mostrarle, eso no es malo, pues la aspiración de todo padre es que sus hijos vayan mucho más lejos que donde uno llegó.