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Apuntes



MARIO CÁRDENAS DELGADO (ACPE)

Fiestas Patrias, poco que celebrar


Jueves 16 de Septiembre de 2021 7:28 am


MILLONES de familias mexicanas y miles de colimenses no celebraremos con el júbilo acostumbrado el 211° aniversario del inicio de la Guerra de Independencia de México, porque además de las restricciones que nos impone la pandemia del coronavirus, hay muy poco que festejar, nuestros gobernantes nacional y estatal tienen mucho que ver en esto.

Andrés Manuel López Obrador ha sido un desastre como Presidente de la República y por ello el grito de angustia, dolor, desesperación e impotencia de las familias de los 3.5 millones de contagiados por el Covid-19 y los más de 300 mil fallecidos por esta causa; los 400 mil muertos y desaparecidos en este gobierno por las bandas del crimen organizado; los más de 2 millones de familias afectadas por el desempleo, y por el endeudamiento del gobierno de la 4T por casi 1.5 billones de pesos que, esclavizados, acabaremos pagando todos los mexicanos.

José Ignacio Peralta Sánchez, gobernador de Colima, que durante su campaña prometió a los colimenses que vivirían felices y seguros, ha realizado una administración desastrosa: frívola, insensible, ineficaz, ineficiente e incapaz de contener la ola de violencia que amenaza permanentemente a sus gobernados, mientras él, como AMLO, dice tener otros datos y excusa su ineptitud, irresponsabilidad e incapacidad culpando de todos los males a sus antecesores y a otras circunstancias.

Pero el responsable de todos los problemas que aquejan al Gobierno Estatal es él, y por eso escucha el grito de reclamo de los cientos de familias que han sufrido la pérdida de alguno de sus miembros a manos de los criminales; los cientos de despedidos del gobierno durante su administración, y el clamor de los burócratas estales, el personal del Poder Judicial, de la Fiscalía General del Estado y de la comunidad universitaria, que al unísono exclaman: “¡Paga, Nacho!”.

Por estas y otras razones no hay mucho que celebrar en estas Fiestas Patrias, pero sí mucho que lamentar, tanto Andrés Manuel como Nacho son, reitero, responsables de ello. Por eso aseguro que en lugar de algún día reposen en el altar de la patria o en otro sitio donde son venerados los próceres nacionales y locales, ambos serán borrados de la historia. Al tiempo.


GRILLETES QUE ESCLAVIZAN


“Hidalgo, el cura humilde de Dolores/ a su patria le dio nueva existencia,/ oyendo de sus hijos los clamores;/ su grito fue la voz de su conciencia/ y a los esclavos convirtió en señores/ dándoles con su voz la independencia.” 1810, Juan de Dios Peza (1852-1910).

Con la ejecución del cura Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor, el 30 de julio de 1811, el gobierno español quiso apagar el fuego libertario que él y otros patriotas encendieron el 16 de septiembre de 1810, impulsados por el ideal de que los mexicanos tuvieran libertad, independencia, prosperidad e igualdad de derechos, propuesta con la que desafiaron al gobierno español y al clero de esa época.

La lucha insurgente arrancó bien, pero vino a menos debido a deficientes estrategias militares, diferencias irreconciliables entre los principales caudillos y a la muerte de algunos de ellos. Tras 11 años de lucha, Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero pactaron el final de la Guerra el 24 de febrero de 1821, mediante la suscripción de un acuerdo político al que denominaron Plan de Iguala.

Tres años después, tras el establecimiento del Supremo Poder Ejecutivo, el Congreso General Constituyente de la Nación Mexicana expidió la primera Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, que en su artículo 1 establecía: “La Nación mexicana es para siempre libre e independiente del gobierno español y de cualquiera otra potencia”, y el 4 establecía una república representativa, popular y federal como forma de gobierno.

La celebración de los 211 años del inicio de la Guerra de Independencia no llega en el mejor momento. A la pandemia, la pobreza, la falta de oportunidades para progresar, la incapacidad de los gobernantes para enfrentar y resolver los grandes problemas nacionales, estatales y municipales, se eslabonan otros lastres que tenemos que cargar o enfrentar como mejor podamos: la inseguridad pública, el narcotráfico, la impunidad y la opacidad.

A estos grilletes puede usted agregar otros; pero lo más importante es que los mexicanos no perdamos la fe en que algún día los anhelos de los insurgentes se harán realidad y tendremos un México más justo, democrático, esperanzador y mucho mejor gobernado. En nosotros está que se dé ese cambio, sigamos luchando con las armas pacíficas de que disponemos.

Para vitorear. “Sonaron las campanas de Dolores/ Voz de alarma que el cielo estremecía,/ y en medio de la noche surgió el día/ de augusta Libertad con los fulgores./ Temblaron de pavor los opresores/ e Hidalgo audaz al porvenir veía,/ y la patria, la patria que gemía,/ vio sus espinas convertirse en flores./ ¡Benditos los recuerdos venerados/ de aquellos que cifraron sus desvelos/ en morir por sellar la independencia;/ aquellos que vencidos, no humillados,/ encontraron el paso hasta los cielos/ teniendo por camino su conciencia!”. Hidalgo, Manuel Acuña (1849-1873), poeta mexicano.


apuntesmario@hotmail.com