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Mantente sano



RUTH HOLTZ*


Sábado 18 de Septiembre de 2021 3:48 pm


LA salud es un derecho y a la vez una obligación de todo individuo. Y aunque tenemos un entorno que depende de muchos factores, tanto sociales, culturales, políticos, económicos, biológicos, etcétera, de todos modos es nuestro derecho y obligación velar por nuestra salud. Que decidamos hacerlo implica madurez.

En psicoterapia nos solemos enfrentar con el hecho de que los consultantes no siempre asumen su vida de manera independiente y autónoma. En general “esperan” que otros les prodiguen cierto bienestar, les “respondan” de cierta manera, les protejan como guías o autoridades a quienes recurrir para que les garanticen su bienestar.

Las condiciones para que sea factible que una persona esté saludable y pueda encargarse de su salud nos dan en cierta forma un fruto del bien común y por lo tanto algo consensuado por una comunidad. Aún así y de todos modos, el bienestar de cada uno depende de cada uno.

“Saberse cuidar” es una habilidad que se aprende de la madre “suficientemente buena” que ha criado a su hijo o hija con esa disposición a quererse y a velar por su bienestar porque ella lo hizo primero y en ello establecieron una relación de amor-cuidado que serviría de ejemplo, de impronta, de introyección de una actitud de autocuidado. Estar sano, mantenerse así, buscar soluciones, decidir tratamientos, evitar o no ciertas experiencias debe estar en las manos de cada uno de manera libre y favorecida y sostenida por esas condiciones consensuadas de su comunidad.

Estar sano y permanecer así es asunto de varios factores, pero por encima de alimentación, ejercicio, virus y bacterias, está la fuerza emocional. Es fundamental entender que el sistema inmunológico, la salud de una persona es el vivo reflejo de su estado emocional, de la manera como “se trata”, de la expresión abierta o nula de sus emociones, de la satisfacción de sus necesidades afectivas y sexuales, de su fortaleza interna, de su identidad y de su motivo de vida.

Cada uno es responsable de educar su inteligencia emocional. Es preciso reconocer que las emociones tienen unas bases fisiológicas que debemos respetar y saber manejar. Hay respuestas de nuestro sistema nervioso que dependen casi en su totalidad de lo que sentimos, cómo lo evaluamos y cómo decidimos reaccionar. Y es que aún una respuesta automática precisó de una primera vez en la que la experiencia imprimió un rumbo de reacción de nuestro cerebro y de nuestro sistema bioenergético.

En la terapia psicocorporal es fundamental comprender que las enfermedades, todas tienen un factor emocional coadyuvante que contribuye a que la enfermedad se dispare si estaba latente o simplemente a que mengue el sistema inmunológico. No sólo es querer vivir y tener motivos elevados para ello por encima de las circunstancias que no siempre salen como esperamos, sino inclusive la manera en la que reaccionamos, decidimos sentir o no sentir, expresar y de qué manera nuestras emociones. Es bien sabido que una persona que de todo grita, que entra en cólera fácilmente será fácil blanco de un infarto, así como alguien que vive triste y no cambia su situación, cueste lo que cueste será propensa a problemas en los pulmones o si alguien se la vive encontrando dulzura sólo en lo que come y no en sus relaciones será diabética o la que busca con la comida apaciguar sus pasiones porque su vida se ha reducido y no tiene otras puertas de placer. En fin,  depende de la historia familiar. Hay quienes se sienten morir a la misma edad que murieron sus padres o sus abuelos o de las mismas enfermedades.

Hacernos cargo de nuestra salud es un derecho y una obligación. Estamos obligados a conocernos, a educar nuestras emociones, a superar el dolor en nuestra historia de vida y sabernos abrir al placer. Saber escuchar los mensajes de nuestras emociones que son órganos de percepción que nos dan información que debe ser enfocada a la toma de decisiones. Y también necesitamos una comunidad que proteja las condiciones que permitan la salud y respete la libertad de cada uno de encontrar el camino hacia sí mismo y su modo de mantenerse sano, feliz y con ganas de vivir. Por supuesto que la psicoterapia es un camino para asumir esta responsabilidad de forma autónoma e independiente.

 

*Psicoterapeuta

 

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