Indicador político
CARLOS RAMÍREZ
Los mitos geniales de la revolución cubana
Lunes 20 de Septiembre de 2021 7:41 am
LA crisis de Cuba no tiene que ver con Estados Unidos,
sino con el mito de la revolución cubana. El general Cárdenas, por ejemplo, admiró al movimiento revolucionario,
pero nunca quiso fundar un Estado comunista en México ni imitar a La Habana. La revolución cubana
se inició en 1953 con el asalto
al Cuartel Moncada que llevó a prisión a Fidel y luego al exilio mexicano y terminó en octubre de 1968, cuando el comandante
Castro como jefe del Estado cubano apoyó
la invasión soviética a Praga para aplastar
con tanques rusos la experiencia de socialismo democrático. Como producto de un pacto secreto de la Casa Blanca con el
Kremlin en 1962, el gobierno estadounidense se comprometió a nunca invadir Cuba. Las restricciones
a una parte del comercio con Estados Unidos fueron idealizadas por Fidel como un bloqueo que, a su parecer, ha mantenido a Cuba en la miseria. Sin
embargo, La Habana puede
comerciar con cualquier país del mundo. La crisis de producción y bienestar de
Cuba se debe al modelo económico comunista de Estado absoluto –“el sistema
socialista es irrevocable”, señala el artículo 4 de la Constitución cubana– y no al bloqueo, con un partido “único, martiano,
fidelista, marxista y leninista –artículo
5– y una economía operada por el Estado sin
empresa privada. La esencia de la propuesta de Fidel
Castro fue la configuración de un país con una doble dimensión: la simbólica
con la revolución cubana que ha idealizado el mundo y la real con un Estado con funciones institucionales
nacionales e internacionales. La estrategia
del Comandante en Jefe fue imponer al Estado cubano como una revolución en acto y a la revolución como un
Estado institucionalizado. La revolución cubana
determinó la esencia de la izquierda
mexicana del PRI nacionalista revolucionario y de la socialista –México y la
revolución cubana, Olga Pellicer, 1972, El Colegio de México– de los años
60 y 70, sobre todo los gobiernos de Adolfo López Mateos –“mi gobierno es,
dentro de la Constitución, de extrema izquierda”, 1 de julio de 1960–, Luis
Echeverría y José López Portillo. El neoliberalismo De la Madrid-Salinas manipuló a Castro para negociar
relaciones con Estados Unidos, Zedillo lo desdeñó y Fox humilló a Fidel con el “comes y te vas”. En los hechos, Cuba,
la revolución cubana y Fidel fueron una moneda
de negociación de México en sus relaciones bilaterales con EUA: administrar la revolución cubana para
abandonar su línea guevarista de
exportación y hacerle el trabajo de obra negra a los servicios de inteligencia estadounidenses. La
influencia ideológica de Cuba fue simbólica
en las revoluciones de Nicaragua, Panamá, Granada, El Salvador y Chile. Y Cuba
aceptó el control diplomático de
México porque lo necesitaba como escudo ante las tentaciones invasoras. El simbolismo de la
revolución cubana no convenció a
latinoamericanos de imitar la vía marxista-leninista de partido único. La
relación de protección mexicana
a Cuba terminó aquí con el emblema
de la revolución cubana, cuando Fidel Castro arribó a la toma de posesión de
Carlos Salinas de Gortari en diciembre de 1988, para avalar sin rubores el
fraude electoral contra el candidato de la izquierda que representó Cuauhtémoc Cárdenas
Solórzano, hijo del Lázaro Cárdenas, que apoyó sin condiciones a la revolución y que inclusive estuvo a
punto de ir a pelear en En este contexto, muchos mexicanos
progresistas simpatizantes de la revolución cubana tienen razones reales para corresponsabilizar
a Fidel Castro de la entronización
del neoliberalismo salinista y de la traición
histórica al socialismo cardenista. Y hoy la revolución cubana del dictador y represor
Raúl Castro –el hermano incómodo
de Fidel– está gastando sus últimas fichas
en el apoyo del presidente López Obrador, adversario histórico del neoliberalismo
salinista. Hoy como antes, los apoyos oficiales a la revolución
cubana no representan un
compromiso de aplicación absoluta de ese modelo marxista-leninista en México por la sencilla razón de que
la revolución cubana hace tiempo murió y los cubanos comienzan a rebelarse. Política
para dummies: La política es una machincuepa
ideológica.
@carlosramirezh