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La madre Tierra es nuestro hogar



RUTH HOLTZ*


Sábado 25 de Septiembre de 2021 9:02 am


NUESTRO hogar es el lugar más determinante de nuestro futuro y trayectoria de vida. En nuestro hogar se dan los fundamentos, los cimientos, la base de nuestra vida. Y el hogar de la humanidad es la madre Tierra. Somos seres corporales, somos un campo de energía cuántica, pero sin nuestra conexión con la Tierra simplemente estamos muertos. La energía, la sensibilidad y la compasión, el amor y el entusiasmo por la grandeza, la belleza de lo vivo nace en nuestro corazón cuando caminamos por la tierra, la arena, el pasto, cuando vemos el atardecer, el poder del mar, la grandiosidad de los abismos, la intrincada e increíble vida en cada rincón, los animales y su cariño, la diversidad vegetal que nos alimenta con sus colores. Simplemente, el aire que respiramos, el agua que tomamos son como la madre que nos alimenta y esta dependencia es en todo momento. Podemos prescindir en una cierta etapa de la madre que nos engendró, pero nunca de la madre Tierra.

En la psicoterapia nos concientizamos de la energía que fluye en nuestro cuerpo. Somos como árboles que asentamos nuestros pies en la tierra de la que tomamos energía. Mucha gente ha perdido la conciencia de la forma en que absorbe energía del lugar donde vive, de dónde se mueve y de qué manera estimula su vitalidad. Nuestro cuerpo tiene centros de energía llamados chakras que son conexiones con la energía de nuestro entorno y una de las raíces fundamentales es tomar energía de la tierra, del agua, del aire, de los elementos que sólo están en nuestro hogar que es la madre Tierra, la naturaleza. Es cuando entendemos que parte de nuestra energía brota de ella que podemos encontrar el equilibrio en una sana relación, que no sea destructiva, sino abierta a la conservación, el cuidado y el cultivo de más vida.

La gente que ha perdido conexión con sus fuentes de energía vital es más frágil no sólo en su salud física, sino emocional, por no decir que ambas están íntimamente entrelazadas. En la terapia bioenergética podemos comprobar una y otra vez que una persona con baja energía es más propensa a la depresión, los miedos y las actitudes negativas y destructivas. La contemplación de la belleza natural puede devolver el entusiasmo, las ganas de vivir y el sentirnos conectados con todo nos invita a ser mejores y más amorosos. Cuando cuidamos de animales, de plantas nos volvemos más sensibles y respetuosos de lo vivo y despertamos nuestro corazón al amor incondicional. Los elementos, el agua, el aire, el sol, las distintas texturas de la tierra, las rocas, la vegetación tienen una influencia directa en nuestra energía vital. Los ciclos de la naturaleza son los que gobiernan nuestro cuerpo y sus procesos. Por eso también influyen en cómo nos sentimos y que tan felices somos. El solo sentirte vivo y vibrante, sano y abrazado por hermosos paisajes y tocado por el mar, la tierra o el viento puede traernos la pasión por vivir.

Las relaciones interpersonales no son lo único importante para la estabilidad emocional. También importa el entorno en el que vivimos, la vitalidad de nuestros espacios, el contacto con la naturaleza es fundamental para evitar la deshumanización. Es decir, la madre Tierra nos hace más humanos, amables, compasivos, amorosos, nos obliga a tener respeto a las fuerzas que nos rebasan, nos confronta con nuestra pequeñez y nos nutre. Agradecer sus regalos es parte de lo que se ha perdido. El ser humano se ha vuelto engreído, que por controlar ciertos procesos de la naturaleza está por encima de ella y puede pisotearla. Pero es una locura destruir la tierra que nos da sustento, la madre que nos da el lugar donde nos hemos desarrollado y aquello que nos ha dado los frutos de los que nos alimentamos.

Por eso es tan importante recobrar nuestras conexiones fundamentales con la madre Tierra. En la terapia psicocorporal se busca esa conexión a través de nuestro propio cuerpo porque sabemos que somos como los árboles, en ella estamos enraizados y sin raíces nos venimos abajo. Reconéctate con tu naturaleza.

 

*Psicoterapeuta

 

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