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La palabra del domingo



ÓSCAR LLAMAS SÁNCHEZ

Un lenguaje duro


Domingo 26 de Septiembre de 2021 7:08 am


PARA Jesús, lo primero dentro del grupo de sus seguidores es olvidarse de los propios intereses y ambiciones y ponerse a servir, colaborando juntos en su proyecto de hacer un mundo más humano. No es fácil. A veces, en vez de ayudar a otros creyentes, les podemos hacer daño.

Es lo que preocupa a Jesús. Que entre los suyos haya quien escandalice a uno de esos pequeños que creen. Que entre los cristianos haya personas que con su manera de actuar, hagan daño a creyentes más débiles y los desvíen del mensaje y el proyecto de Jesús. Sería desvirtuar su movimiento.

Jesús emplea imágenes extremadamente duras para que cada uno extirpe de su vida aquello que se opone a su estilo de entender y de vivir la vida. Está en juego entrar en el reino de Dios o quedar excluido, entrar en la vida o terminar en la destrucción total. El lenguaje de Jesús es metafórico. La mano es símbolo de la actividad y el trabajo. Jesús empleaba sus manos para bendecir, curar y tocar a los excluidos. Es malo usarlas para herir, golpear, someter o humillar. Si tu mano te hace caer, córtatela y renuncia a actuar en contra del estilo de Jesús.

También los pies pueden hacer daño si nos llevan por caminos contrarios a la entrega y el servicio. Jesús caminaba para estar cerca de los más necesitados, y para buscar a los que vivían perdidos. Si tu pie te hace caer, córtatelo, y abandona caminos errados que no ayudan a nadie a seguir a Jesús.

Los ojos representan los deseos y aspiraciones de la persona. Pero si no miramos a las personas con el amor y la ternura con las que miraba Jesús, terminaremos pensando sólo en nuestro propio interés. Si tu ojo te hace caer, córtatelo y aprende a mirar la vida de manera más evangélica.

¿Cómo se le ocurrió a Jesús esa figura trágica y, al mismo tiempo, cómica de un hombre manco, cojo y tuerto entrando en la plenitud de la vida?, ¿qué sintió la gente al oírle hablar así?, ¿cómo podemos reaccionar nosotros? Por muy dolorosas que sean, si los cristianos no hacen opciones que aseguren la fidelidad a Jesús, su proyecto no se abrirá camino en el mundo.

Amigo(a): Jesús nos enfrenta con nosotros. Usa la comparación de los miembros del cuerpo. El cuerpo es lo más íntimo que tenemos, es el lugar desde donde salen las acciones. No es el pecado que viene de fuera el que preocupa a Jesús, sino el pecado que nace de adentro, de nuestro interior, de nosotros. En otras palabras, seguir a Cristo sin pecado significa abandonar lo malo que sale de nosotros. ¡Animo!, con su gracia podemos lograrlo.