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Bioenergética y salud emocional



RUTH HOLTZ*


Sábado 02 de Octubre de 2021 10:39 am


LA bioenergética es un enfoque de psicoterapia que surgió de los planteamientos de Wilhelm Reich, un discípulo disidente de Freud, que propuso una base física para el concepto de libido. Aunque inicialmente asociado al deseo sexual, es una energía que está presente en toda emoción y en nuestro cuerpo por el sólo hecho de estar vivo. La diferencia de opinión que le valió a Reich el ser vetado por Freud y por otros muchos. La libido es una energía especial, que influye en nuestra fisiología, presente en todo lo existente.

La manera en que la energía circula en el cuerpo de pies a cabeza y de cabeza a pies y permite que nuestras emociones se manifiesten con una fuerza que impregna hacia afuera de nosotros y que si nuestras emociones no son expresadas o se reprimen a medio camino de ser generadas producen contracturas musculares, estrés y desequilibrios químicos y hormonales. Por ello sabemos que una emoción reprimida con mucha frecuencia puede generar enfermedad.

Para Wilhelm Reich toda enfermedad es psicosomática, es decir, las personas se enferman no sólo porque existan los patógenos, sino porque seamos medios propicios a ellos por el estado de nuestro organismo. Y la salud se mengua en un cuerpo que no se expresa, en un corazón que no ama, en una persona que no vive con plenitud y no es receptiva a su percepción emocional para satisfacer sus necesidades afectivas.

La bioenergética es una técnica para liberar la bioenergía bloqueada por problemas emocionales, trastornos del estado de ánimo, enfermedades y falta de expresión emocional. Por supuesto que todo conflicto, situación crítica que atraviese una persona en su vida puede generar estados de tensión, estrés y emociones disruptivas que puedan depletar la bioenergía.

Cuando una persona acude a consulta no siempre tiene claro su problema. Generalmente cuando relata sus problemas suele dar una versión consciente, lógica y global. Pero “el cuerpo recuerda” tal como ocurrió, incluyendo el dolor corporal, lo oculto a la conciencia y la manera en que se “acordó” resolver la reacción ante esa situación. De manera que cuando se practica la bioenergética es posible “conectar” con memorias, con emociones o con la huella que dejó en lo profundo la vivencia que bloqueó la bioenergía. Romper los bloqueos puede llevar a recuperar la vitalidad, la expresión emocional y lanza el conflicto afuera para que se pueda decidir, “ahora sí” cómo afrontarlo, diluirlo, aceptarlo. Es decir, no basta con desahogar la emoción, sino que hay que decidir qué se hace con lo que surgió. A veces la persona puede estar sorprendida de lo que sintió como si al olvidarlo y hacer que su cuerpo se hiciera cargo hubiera desaparecido. Suele ser un mecanismo de supervivencia. Y puede llegar a conformar en nuestro cuerpo una “coraza o armadura” de tensiones musculares y reacciones fisiológicas para defenderse, esconder lo que se siente, reprimirse a actuar o hasta irse matando o bajando la vitalidad poco a poco, generando depresión.

La bioenergética es una forma de leer en nuestro cuerpo nuestro inconsciente, de que se “desencarne” nuestra manera de ser para que podamos cambiar y no se quede sólo en hablar, mientras por inercia nuestro cuerpo nos lleva a actuar con las mismas actitudes mentales y emocionales.

De hecho la coraza o armadura conforma un “carácter”, una forma de ser que difícilmente cambia. Al menos que se haga el proceso en el que se “desencarne”. Wilhelm Reich fue un pionero de este enfoque que conecta cuerpo-mente-corazón-sistema nervioso. Creó la “vegetoterapia caracteroanalítica” que es llamada de otra manera la bioenergética, que en su antiguo nombre significa la terapia del sistema nervioso autónomo que es el que controla nuestras reacciones involuntarias que están al servicio de nuestra expresión emocional como el latido del corazón, el ritmo respiratorio, las contracciones musculares, la sudoración, el azúcar en la sangre, la liberación de hormonas como la adrenalina u otras dependiendo de lo que se vive. Si la persona tiene un cierto carácter, ese requiere una cierta fisiología y cierto funcionamiento del sistema nervioso. Es una técnica muy adelantada de la que tenemos ahora muchos que han dado con bases científicas más sólidas por los nuevos descubrimientos del genoma humano y de la física para confirmar que Reich tenía razón.

 

*Psicoterapeuta

 

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