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Malas compañías



MARIO ALBERTO SOLÍS ESPINOSA

Una generación perdida


Miércoles 13 de Octubre de 2021 6:55 am


ESTA semana concluirá la gestión de los alcaldes que iniciaron su periodo en 2015, aunque en la realidad, muchos de ellos dieron por terminada su gestión o más bien abandonaron a sus municipios desde marzo pasado, cuando arrancaron las campañas electorales.

La total indolencia de las autoridades es un mal generalizado en la entidad, no solamente el Gobierno Estatal entró en una parálisis operativa en los últimos 6 meses del año, sino que el mal ejemplo cundió en las administraciones municipales.

Varios fueron los alcaldes que renunciaron tácitamente a sus funciones, en la mayoría de los casos por razones político-electorales, como es el caso de Leoncio Morán Sánchez, en Colima; Elías Lozano Ochoa, en Tecomán; Rafael Mendoza Godínez, en Cuauhtémoc; así como Salvador Bueno Arceo, en Armería.

Todos ellos se postularon para nuevos cargos o reelegirse en la alcaldía; a excepción del tecomense, el resto fracasó en las urnas por su mala actuación, reprobaron la evaluación a la que se expusieron y tal vez en venganza, algunos de ellos se desentendieron por completo de sus obligaciones.

Otros, aun sin competir, por indolencia o pereza llevaron a sus ayuntamientos al colapso, como es el caso de Felipe Cruz Calvario, en Villa de Álvarez, municipio que apenas sobrevive a la desastrosa actuación de sus autoridades, por la pura inercia de una sociedad que literalmente se gobierna sola.

Ciudades sucias, llenas de maleza, con calles en total estado de desastre, sin alumbrado público, carentes de seguridad pública y en un brutal rezago social son la norma en la entidad; no hay gobierno en muchos municipios y eso precariza la vida cotidiana de los colimenses.

Los informes de la cuenta pública 2020, elaborados por el Órgano Superior de Auditoría y Fiscalización Gubernamental (Osafig) revelan que al menos los cuatro municipios más grandes del estado recibieron recursos excedentes el año pasado, por lo tanto no se entiende la parálisis de los ayuntamientos.

Si hubo más recursos de los proyectados en las leyes de ingresos, ¿a dónde se fue ese dinero?, ¿por qué la calidad de los servicios públicos registró una pauperización alarmante? Son cuestionamientos que seguramente tienen su respuesta en la indolencia, la incapacidad y el desaseo financiero que priva en las comunas.

Pero también debe buscarse el origen del colapso institucional en la mediocridad y el perfil de la clase gobernante, integrada por políticos rapaces, ambiciosos e insensibles que llegaron a los cargos públicos con la intención de beneficiarse económicamente o satisfacer proyectos personales, nada más.

El costo de esa generación de gobernantes corruptos, depredadores de los presupuestos e indolentes se paga ahora, con la quiebra de las arcas públicas y la claudicación de las instituciones como entidades del Estado responsables de proporcionar bienestar a los gobernados.

Costará mucho salir de este periodo de oscuridad, pero queda la lección para que los ciudadanos elijan con cuidado a los personajes que encumbran; la circunstancia actual no puede repetirse y en ese objetivo también es fundamental que quienes fallaron, reciban el castigo que merecen.

A partir del viernes, nuevas autoridades municipales recibirán ayuntamientos en ruinas, tienen la complicada tarea de iniciar la reconstrucción, pero si piensan hacerlo sobre los cimientos de la corrupción, la deshonestidad y la codicia que distinguió a sus antecesores, es probable que vayamos por otros 3 años perdidos.


BREVE HISTORIA PARA CAMILA


En unos cuantos días la princesa concluirá su tratamiento de ortodoncia. Hace más de un año y medio lo comenzó, unas cuantas semanas antes del inicio de la pandemia. Mucho tiempo y más cosas han pasado en este periodo. Cumplió con disciplina el tratamiento y vio pasar la vida con sus brackets puestos. Creemos mucho en los símbolos y la conclusión de este ciclo es significativa, también representa la esperanza de ir dejando atrás los momentos de zozobra y angustia vividos, para dar paso a una nueva etapa de su vida, más luminosa y feliz.