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Malas compañías



MARIO ALBERTO SOLÍS ESPINOSA

Los retos de la Cuarta Transformación


Miércoles 27 de Octubre de 2021 7:53 am


ESTA semana llega a su fin la administración de Ignacio Peralta Sánchez, un gobierno que en los hechos concluyó desde hace varios meses, cuando el Mandatario estatal renunció a sus responsabilidades y dejó la entidad a la deriva, sumida en un caos sin precedentes.

Fueron, como se anticipaba incluso desde antes de que el Gobernador se convirtiera en el blanco de todos los ataques, casi 6 años perdidos, en los que campeó la superficialidad, el derroche y a todas vistas, la corrupción generalizada de la cúpula gobernante.

Con evidencias irrefutables, se sabe ahora que Ignacio Peralta Sánchez generó una deuda superior a los 11 mil millones de pesos, además que provocó un daño a la hacienda pública por un monto que excede los mil millones de pesos, según la Auditoría Superior de la Federación.

Los anteriores son datos generales, sin embargo existen afectaciones en todas las áreas de la gobernanza, así lo reflejan las recientes declaraciones de funcionarios de primer nivel que comparecieron ante el Congreso del Estado, donde una tras otra, se revelaron estadísticas que sólo muestran un gobierno fallido.

Abundar sobre el desastre que hereda el Mandatario estatal a Indira Vizcaíno Silva es desviar la atención de lo que ahora resulta fundamental: cómo se solucionará el colapso de la administración pública, qué medidas tendrán que implementarse a partir del próximo lunes y cómo se castigará a los responsables.

Precisamente en esos objetivos deberá centrarse la actuación de la nueva clase gubernamental que inicia funciones el 1 de noviembre. No servirá de nada ahondar en el desorden de sus antecesores si no existe una estrategia clara para enderezar las finanzas públicas y la vida institucional de Colima.

Indira Vizcaíno Silva asumirá las funciones de gobernadora con una deuda de tres quincenas a miles de empleados del Gobierno Estatal, millonarios cobros de proveedores y transferencias pendientes a poderes u organismos descentralizados, una pesada carga que deberá resolver en sus primeros días de gobierno.

¿Tendrán ella y sus colaboradores, noveles en su mayoría, la capacidad para recuperar la operatividad del entramado institucional en Colima?, la respuesta podría radicar en el apoyo que reciba del Gobierno Federal, al que parece que se está confiando por completo el rescate de la entidad.

La otra misión impostergable es fincar responsabilidades y castigar a los autores de la ruina financiera y la parálisis operativa del estado, dos en particular, Ignacio Peralta Sánchez y Carlos García Noriega, este último impune e impasible en su curul del Congreso del Estado.

Otra vez la pregunta es si el círculo más cercano de la Gobernadora Electa, así como sus operadores en el Congreso del Estado, tendrán la estatura para iniciar un maxi proceso judicial y administrativo que lleve ante la justicia a la rapaz generación de políticos que expolió las arcas públicas en los últimos años.

La lista de personajes que deben comparecer ante los tribunales es larga, no sólo integrantes del Gabinete estatal, también hay diputados que ahora despachan en otros cargos, empresarios de todos los ramos que se prestaron a torcer la ley, organizaciones civiles que solaparon la corrupción, en fin, toda una estructura creada durante años que tiene que desmontarse de inmediato si, como se dice, se quiere iniciar la transformación de Colima.

Es momento de que termine la condena verbal, cebarse con declaraciones sobre los funcionarios que se van no tiene ya sentido, resulta impostergable pasar a la acción; la legitimidad y viabilidad de la Cuarta Transformación en Colima pasa obligatoriamente por saldar cuentas con el pasado, con el régimen moribundo que todavía apuesta al olvido y la impunidad.


BREVE HISTORIA PARA CAMILA


Una relación padre-hija es de ida y vuelta, lo he aprendido con la princesa. Ahora y ante el inminente regreso a las clases presenciales, la moconeta me ha dado clases intensivas en el uso de las nuevas tecnologías. Con admiración, veo que la princesa maneja esas herramientas con naturalidad y se da el tiempo para instruirme. Eso me gusta, con naturalidad entiendo que los padres aprendemos de los hijos, así crecemos juntos.