Cumbre de líderes de América del Norte
ALEJANDRO BERNAL ASTORGA
Sábado 20 de Noviembre de 2021 10:25 am
Uno de los principales desafíos
económicos que enfrenta México, es el
reposicionamiento de las relaciones con el exterior. DIFÍCILMENTE un país es autosuficiente y esto se puede constatar
hoy más que nunca; si bien es cierto el exterior puede presentar amenazas,
también representa oportunidades y un ejemplo muy palpable ha sido la
cooperación científica y económica para el desarrollo de una vacuna contra el
SARS-CoV-2 en un tiempo récord. En el caso de México, el
T-MEC, el fortalecimiento de las relaciones con sus socios comerciales, la
participación en negociaciones y organismos internacionales deben ser
instrumentos de política económica que potencialicen el alcance de las acciones
tomadas desde el interior, de ahí la importancia de la participación en la cumbre
de líderes de américa del norte. El 18 de noviembre, el
presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro de Canadá,
Justin Trudeau y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador,
celebraron la primera Cumbre de Líderes de América del Norte desde 2016. El objeto de la cumbre
fue reafirmar los lazos de integración, trazar una nueva ruta de colaboración
centrada en poner fin a la pandemia de Covid-19 y promover la seguridad
sanitaria; impulsar la competitividad y el crecimiento equitativo, con
inclusión del cambio climático y generar en una visión regional de la
migración. Esta es una oportunidad
ideal para desahogar temas estratégicos de la agenda nacional para mejorar el
desarrollo (elevar el nivel de vida de la población) y el crecimiento económico
(incremento de los indicadores económicos de un país). Sentarte a negociar con
los clientes (Estados Unidos y Canadá) que compran el 85 por ciento de tus
exportaciones es fundamental y requiere una visión de Estado, más allá de
convicciones personales, ideológicas o políticas. Programar actividades de
cabildeo previas a la realización de la reunión, con el Poder Legislativo,
cámaras empresariales y líderes de opinión, suma al logro de los objetivos que
en el protocolo oficial se pretenden alcanzar. En ocasiones los intereses
económicos derivados del intercambio comercial suman voluntades y facilitan la
toma de acuerdos entre los países. Acordar el protocolo y
la agenda oficial en la que se desarrollan los encuentros binacionales y
trinacionales, requiere de inteligencia comercial antes, durante y después del
evento; es un acierto prever reuniones iniciales con el país económicamente
menos desarrollado para encontrar puntos de interés común, unificar criterios,
sumar esfuerzos y presentar a posición unificada con el socio económicamente
más poderoso. Las agendas de los
países puedan mostrar asimetrías, producto de sus necesidades, prioridades y
visión en torno a las acciones de integración, pero es labor de sus equipos
trabajo encontrar puntos iniciales de acuerdo, que grupos de trabajo
desarrollarán y traducirán en acciones y resultados. Entre los acuerdos
alcanzados en la IX Cumbre destacan: Reforzar las cadenas de
suministro médico; el reconocimiento de vacunas contra Covid-19 consideradas
seguras y eficaces por la OMS, así como la donación de vacunas a América Latina
y el Caribe. Buscar un enfoque
coordinado para resolver el problema de que cientos de miles de armas de fuego
crucen hacia México anualmente; unir esfuerzos en tecnología, desarrollo económico,
cadenas de suministro y competitividad en sectores prioritarios. Abordar la crisis
climática y atender causas de origen de la migración e invertir en la región,
priorizando la cooperación para el desarrollo; aumentar protección a víctimas
de trata y tráfico de personas, buscando justicia racial, equidad e inclusión
para todos.
Si
bien el encuentro trinacional siempre será positivo, el reto será obtener
resultados que contribuyan a elevar el nivel de vida de la población de América
del Norte, generando pertenencia a la región.