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Letras y números



JOSÉ ÁNGEL BRAMBILA LEAL

De Colima a Guadalajara… ¡en 7 horas!


Lunes 22 de Noviembre de 2021 8:33 am


ESE era el tiempo estimado de viaje que aquellos lindos autobuses de la línea Tres Estrellas de Oro hacían desde el Jardín Núñez, hasta la legendaria Terminal de Autobuses de Guadalajara, donde tan sólo al llegar a ella nos empezábamos a saborear aquellos enormes birotes que luego, forzosamente, teníamos que traer a nuestras casas, como un trofeo de que habíamos estado en la capital mundial de las tortas ahogadas.

Eran siete o más horas de una aventura que a leguas se veía que todos los viajeros disfrutaban. Y viajar en Tres Estrellas de Oro era un privilegio que no cualquiera podía disfrutar. La gente de más “prosapia”, diría mi ilustre amigo Toño Ramos Salido, aun y cuando era un viaje nocturno, se ponía guapa, como porcelana china y, algunos, hasta se vestían de pipa y guante, porque al llegar a La Perla Tapatía tenían desayunos con amigos a quienes no veían desde hacía largo tiempo o con personajes con los que algún negocio iban a concretar.

La salida de esos autobuses era por el Hotel Costeño, rumbo a Pihuamo, Tecalitlán, Tuxpan y Zapotiltic, para rematar en Ciudad Guzmán, donde forzosamente había que degustar algunos de sus deliciosos taquitos de canasta, una buena birria y después unos ricos buñuelos y panes de horno, acompañados de un café calientito, cuando en el bello Zapotlán el Grande hacía un frío que calaba hasta los huesos. Satisfecho el apetito, era hora de volver a subir al camión y enfilar rumbo a Sayula, Zacoalco de Torres y Acatlán, para no volver a voltear el monte hasta llegar a Guadalajara.

Y sí. Dependiendo de la temporada, era inconfundible el olor a tierra mojada, a barro de Tlaquepaque, a flores de mil aromas y a dulces de arrayán, a borrachitos y a charamuscas. Luego, era cosa de sentarse en cualquier banca de un parque para ver desfilar aquellas mujeres que tenían fama de ser las más bellas de México, escuchando a lo lejos las 19 campanas de su catedral, distribuidas en aquellas inigualables torres que, en los años de 1851 a 1854, construyera para gloria de Guadalajara el arquitecto Manuel Gómez Ibarra, a un costo inimaginable de 33 mil 521 pesos, más 7 mil 166 pesos de sus honorarios.

Bueno, aquí me detengo. Todo lo anterior era sólo para decirle que hoy volvemos a realizar aquel viaje interminable en las mismas 7 horas, sin importar si es autobús, auto o motocicleta y cuando el recorrido se ha reducido quizás a la mitad de kilómetros, además de contar con una autopista de primer mundo, aunque de autopista sólo tiene el elevado precio que, por atascarse y correr altos riesgos, ahí se paga.

El presidente López Obrador recorrió ya esa autopista hace apenas unos cuantos días. Ojalá y la Gobernadora no quite el dedo del renglón, ya que el primer Mandatario vivió en carne propia los enormes riesgos que esa carretera tiene para quienes la transitan. Es inconcebible que una obra concebida para beneficiar a millones de habitantes de los estados de Jalisco y Colima, así como para todo aquel que hace uso de ella no haya podido concluirse, debido a los amparos obtenidos por ejidatarios que con justicia defienden lo suyo. El asunto es que sí tienen la razón, pues que el gobierno les pague lo que por derecho les corresponde. En caso contrario que se actúe apegado a la ley, pero, sobre todo, a lo que dicte la justicia.

No es justo, por más romántico que resulte, que un viaje a la ciudad de Guadalajara se realice en tantas horas. Es tiempo de que los colimenses elevemos la voz y protestemos. El presidente López Obrador trae en estos momentos a Colima entre sus quereres. ¡Aprovechémoslo! Si ese tramo se logra terminar en un tiempo récord, que no exceda de 8 meses, Colima habrá dado un gran paso al frente y muchas vidas humanas se habrán salvado. Con un empujoncito que la Gobernadora dé a este proyecto, el mismo quedará destrabado, y de Colima a Guadalajara viajaremos en apenas dos horas y cachito. ¡Que así sea!

¿Gusta opinar? Lo espero en Las Mentadas.


jbrambilaleal@yahoo.com.mx