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Cervantes llora



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 23 de Noviembre de 2021 8:44 am


REFERIRSE a Miguel de Cervantes Saavedra es escarbar en la historia y costumbres de la España del año 1500 d.C., aquella sociedad que apenas se quitaba la camisa de fuerza del medievo; materializada por una religión que atenazaba de manera brutal a los seres humanos de aquel tiempo.

Miguel de Cervantes Saavedra, significa la voz del habla española, la luz de la inteligencia y la sensibilidad que no ha dejado de brillar desde que apareció, en 1616, la primera edición de Don Quijote de la Mancha, libro de su autoría.

Cervantes, en su impetuosa juventud, se vio envuelto en un crimen en Madrid, España. Como la pena era inminente, huyó a Italia, permaneciendo en aquel país durante 5 años. El cardenal Giulio Acquaviva lo tuvo bajo su protección y lo describió como una persona que no era común y corriente.

Cervantes añoraba a su patria, por lo que al llegar un barco a un puerto italiano, desea regresar a España. Los cristianos y los musulmanes se despedazaban en mar y tierra. Cuando iba atravesando la galera el Sol, el Mar Mediterráneo, en el Golfo de Lepanto, hubo una fuerte batalla entre moros y cristianos. En la pelea Cervantes pierde el brazo izquierdo y es secuestrado por unos musulmanes de Argelia, que era un enclave turco al norte de África.

Miguel de Cervantes trató de escapar del cautiverio de Argelia, convocó a algunos cristianos presos y esclavizados; cuando ya terminaban los preparativos de la fuga, un cristiano los denunció. El dueño de los esclavos, un jeque cruel y despiadado, los iba a ejecutar a todos, pero Cervantes sacó su estirpe y enfrentó al jeque diciéndole que nada más lo matara a él, porque él los convocó para escapar.

El déspota se impactó de la entereza de Cervantes, y cuando esculcaron su historial, comprobaron que traía cartas importantes. El sultán dijo que lo apartaran porque ese hombre servía para educar a sus hijos, y como el manco de Lepanto era orgulloso le dijo “y a vos también”. Esto le costó meses en una prisión de las más crueles. Posteriormente fue rescatado y regresado a España, hizo memoria de sus 10 años de exilio, donde hubo todo tipo de ultrajes, privaciones y demás desgracias. Al mirar los muros de su patria, Cervantes lloró. El resto de su vida prácticamente lo pasó en una cárcel de España.

Esto lo escribo porque hace unos días leí un artículo de Sergio Ramírez, que ya tiene años peregrinando por varias partes del mundo. México lo ha protegido y ha vivido sin ningún problema en nuestro país, pero algo ominoso está sucediendo en Nicaragua: ha sido agredido y perseguido por el gobierno de izquierda, dirigido por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo. Este es un síntoma del nepotismo despreciable que germina cuando el poder se deposita en líderes hipócritas. Sergio Ramírez apoyó a la revolución nicaragüense hasta las últimas consecuencias; hoy está pagando eso, las consecuencias.

Sergio dijo lo siguiente: “Pero yo, con mi lengua recorro todo un continente, atravieso el mar y siempre me dejaré escuchar. Y si mis libros están prohibidos en Nicaragua, las veredas clandestinas de las redes sociales hacen que lleguen a miles de lectores, igual que pasaba antes con los libros inscritos en las listas negras de la Inquisición”.

México se perfila ante el mundo como una nación que sí logra derrotar a la corrupción que ha estrangulado a la sociedad entera; las nuevas generaciones tendrán un futuro mejor, y esto duele decirlo, pero a los jóvenes en las escuelas de educación básica no se les explica en qué consiste la corrupción, porque los grupos conservadores y corruptos temen ser desenmascarados. Colima puede ser un estado piloto, para que a través de la Secretaría de Educación Pública, concientice a los jóvenes de lo grave que es la corrupción.

Finalmente, leamos este párrafo de Donatien Alphonse Francois de Sade, que circuló en plena Revolución Francesa: “Si la calumnia cae sobre un hombre virtuoso, que no se alarme: que se muestre y todo el veneno del calumniador caerá enseguida sobre él mismo”.

Adelante AMLO.