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Apuntes



MARIO CÁRDENAS DELGADO (ACPE)

Savater, reflexiones sobre corrupción y política


Jueves 25 de Noviembre de 2021 8:41 am


“La corrupción es lo más desmoralizador que puede sufrir la sociedad. Cuando los políticos incurren en actos de corrupción y no son sancionados, hay desmoralización porque no se aplican las leyes a quien las infringe y entonces provoca que una gran parte de la sociedad se sienta sin la obligación de cumplir las leyes, puesto que ve que quienes deben de acatarlas no las cumplen y produce un efecto de desesperanza de que las leyes sólo están hechas para castigar a los peces chicos y no a los grandes”.

Esta sentencia la pronunció con puntería de etarra, al fin y al cabo es vasco de origen y luchador permanente por la libertad, la justicia, la paz, la convivencia humana, la ética, la cultura y la educación, Fernando Fernández Savater Martín, durante la sesión solemne en que la Universidad de Colima le honró con el Doctorado Honoris Causa.

Si bien este hecho ocurrió hace más de 11 años, la afirmación del filósofo y académico español tiene plena vigencia en la actualidad. Desde que asumió la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador se la ha pasado acusando de corruptos a expresidentes, exfuncionarios, empresarios, científicos, académicos y a todos los que no comulgan con su ideología.

No obstante los reiterados dichos presidenciales, la pesca de los supuestos pillos ha sido miserable, con el agravante de que varios de los corruptos más notables de ese pasado que vilipendia están en su gobierno y él los absolvió de todo pecado e incluso los elevó al altar de los servidores de la patria. Además, ha promovido hasta más no poder la opacidad en el manejo de los recursos públicos, lo que aquí y en China es corrupción. De hecho, somos bastantes los que creemos que en este gobierno el manejo de los recursos públicos se ha convertido en albañal.

Espero que en Colima, la gobernadora Indira Vizcaíno Silva, que también se la pasa acusando de corrupto a su antecesor, pase de los señalamientos y las notas periodísticas a los hechos y si José Ignacio Peralta y otros miembros de su gobierno cometieron irregularidades, que respondan por ello y reciban el castigo que merecen. De no ser así, de resultar que todas las acusaciones que se hacen contra el exgobernador son llamaradas de petate, tan comunes en el cuatroteísmo, e incluso le tengan que decir, usted perdone, qué mal quedaría IVS, aunque en descargo podría argumentar que así se la gasta su guía moral. Ojalá no sea así.

A propósito del tema que nos ocupa, pongo a su consideración varias de las reflexiones que Savater hizo en la Universidad de Colima, porque, reitero, a mi juicio siguen vigentes y dan pie para la reflexión.

“Uno de los males de los políticos es que sean corruptos, pero lo malo también es que exista la impunidad y que se castigue a los peces chicos y no así a los grandes… Lo malo es que el corrupto quede impune y falte a la palabra que tiene con el pueblo… La corrupción es uno de los males que bloquean el desarrollo y que nuestro país, como otros del mundo, es víctima de este mal.

“La corrupción es la falta más grave contra la sociedad y el deber de los ciudadanos es luchar contra ella y no permitir que quien es corrupto siga ejerciendo el poder; el hecho de que alguien utilice los mecanismos y las garantías sociales en su beneficio va en contra del pacto que tiene con sus gobernados, sobre todo si ocupa un espacio público”.

Los políticos también fueron aludidos por Savater en estos términos: “Hay quien cree que algunos seres humanos nacen con una silla de montar en la espalda y otros con espuelas para subirse encima y gobernar; no es así, nadie nace ni con espuelas ni con sillas de montar; en una democracia no es así, afortunadamente.

“Los políticos no son seres de otros planetas que llegan al poder por casualidad para destrozarnos la vida, sino que son personas a las que nosotros hemos elegido, que hemos mandado a mandar y, por lo tanto, si ellos hacen mal, peor hacemos nosotros que los hemos elegido si no los destituimos. No hay personas que hayan nacido para mandar y otras para obedecer, todos hemos nacido para compartir las obligaciones del gobierno y también la obediencia a las leyes.

“Entre esos políticos los habrá muy decentes y otros caraduras y aprovechados, como ocurre entre los bomberos, los profesores, los sastres, los futbolistas y cualquier otro gremio. Entonces, ¿de dónde viene su notoria mala fama? Sus defectos son más públicos que los de las restantes personas; además, tienen más ocasiones de incurrir en pequeños O grandes abusos que la mayoría de los ciudadanos de a pie.

“¿Por qué tienen tan mala fama los políticos? A fin de cuentas, en una democracia, políticos somos todos, directamente o por representación de otros. Lo más probable es que los políticos se nos parezcan mucho a quienes les votamos, quizá incluso demasiado; si fuesen muy distintos a nosotros, mucho peores o exageradamente mejores que el resto, seguro que no les elegiríamos para representarnos en el gobierno”.

Quedan para su análisis las afirmaciones de este librepensador, en el entendido de que la opinión del lector es la más importante.


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