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De ayer y de ahora



ROGELIO PORTILLO CEBALLOS

Cuatro amigos


Domingo 28 de Noviembre de 2021 7:58 am


HORACIO, Adolfo, Miguel y yo nos reunimos a desayunar el domingo pasado. Teníamos ya tiempo sin vernos por lo que el encuentro fue aprovechado para actualizarnos en los pormenores familiares, laborales o de jubilación de cada quien. En el transcurso de aquel desayuno recordamos algunos episodios  escolares, juveniles, de estudios, y de una que otra hazaña o travesía. Hicimos también un recuento de nuestras familias e hijos e hijas de cada uno y de compañeros(as) de la preparatoria.

En mi mente retrospectiva me vi de niño cuando inicié mi amistad con dos de ellos en la primaria y con otro en la secundaria. ¿Te acuerdas del Colegio Anáhuac que estaba por la calle Zaragoza, allá por 1959, cuando cursábamos segundo año de primaria? Estábamos con la señorita Genoveva Sánchez, que ahora tiene su nombre una calle de nuestra ciudad. Les comenté: no me van a creer pero conservo una libreta de calificaciones de aquel año escolar; les voy a mandar una foto por whatsapp, voy a seleccionar una hoja donde no aparezca una anotación que una vez me puso la maestra Genoveva sobre mi conducta infantil. Se acuerdan qué adusta y regañona era, pero aun así guardo buenos recuerdos de ella y de la maestra Esperanza Rodríguez, de primer año. Desde esa época y aún desde antes, en el jardín de niños empecé mi amistad con Horacio.

Horacio Rivera Ramírez es actualmente un gran investigador y maestro en Genética. Estudió medicina en la UNAM. Desde sus primeros años como médico quiso especializarse en Genética y estudió tanto en Francia como en Italia e Inglaterra. Ha hecho carrera en la ciudad de Guadalajara en el Centro Médico de Occidente  y se ha destacado en ese campo tanto por sus estudios como por la docencia y la investigación. 

Los cuatro fuimos compañeros en la secundaria Fray Pedro de Gante (1964-67) y en  la única  preparatoria (1967-69) que había en Colima: la de la Universidad. Tenía su edificio en lo que había sido Hospital Civil y que ahora es el IUBA. En esta última etapa escolar recordamos a varios de nuestros(as) compañeros(as) como a Guille Cuevas, Amalia de la Madrid, a Martha Zorrero, Ruth Pinto, Lucrecia de la Mora, Celia Mendoza, así como a Luis Bueno, Víctor Aguilar, Víctor Cárdenas, Benjo Zamora, Carlos Ochoa y muchos más. Y referíamos con afecto y con nostalgia a nuestros maestros como Gregorio “Goyo” Macedo, Carlos Torres Téllez, Jorge y Gabriel Portillo del Toro, Mario y Hugo Enríquez, Salvador Rodríguez, entre otros.

Los cuatro amigos estamos rondando los setenta  años, pero no digo quién es el mayor porque se podría enojar Adolfo y a propósito de Adolfo Pineda Larios, quiero decirles que es un hombre íntegro, responsable, muy metódico y estudioso que hizo su carrera de Matemático en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Ejerció la docencia durante cuarenta años en el Tecnológico Regional y en la Universidad de Colima. Es el hombre más metódico y perseverante que conozco, como ejemplo les refiero que empezó en clases de karate desde adolescente y todavía va al gimnasio de artes marciales haciendo gala de su elasticidad.

Por los años setenta del siglo pasado, los cuatro emigramos a la Ciudad de México a estudiar y labrar nuestro porvenir. Cada quien lo hizo a su modo y circunstancias. Con el tiempo tres regresamos a Colima y uno se fue a Guadalajara. 

Miguel Santana Rodríguez es un hombre con facetas que admiro. Trabajó arduamente en México, estudió su carrera de Ciencias Políticas en la UNAM y en la ENEP de Acatlán. Tiene una facilidad para hablar y para escuchar; es sencillo en su trato y en su forma de vida. Ha sido luchón y ha sabido salir adelante y desempeñar puestos directivos de importancia. Ha sido Director del Tecnológico Regional en Colima y en otros lugares, funcionario de educación y maestro, entre otras ocupaciones.

Terminaré diciendo que la amistad es un tesoro. Y es una de las necesidades más apremiantes de la vida, nadie aceptaría ésta sin amigos.