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Enheduanna: la primera escritora



JULIO CÉSAR ZAMORA VELASCO


Martes 28 de Diciembre de 2021 9:01 am


EN la historia del arte, se conocen infinidad de nombres que han sobresalido por sus obras, creaciones y aportaciones artísticas que han enriquecido la literatura, música, pintura, escultura, danza, cine, arquitectura, pero si se hiciera una retrospectiva del papel de la mujer en este noble quehacer humano, fuera del referente como musa o modelo, encontraríamos pocos registros hasta antes del Siglo 20.

Uno de estos casos, correspondiente al Siglo 17, es el de Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), emblema de las letras mexicanas, pero también un ejemplo de las mujeres que se abrieron paso ante las adversidades de aquel mundo –que no ha sido aún erradicado– que las relegó por su género. Desde luego, los motivos son de sobra conocidos, pues, lamentablemente, en cualquiera de las bellas artes, las escuelas, talleres de oficios y conservatorios fueron, durante siglos, para la instrucción masculina.

Si le escarbamos todavía más a la historia, por ejemplo, a la era antes de Cristo, hallaremos otro caso notable en la poeta griega Safo de Mitilene, más conocida como Safo de Lesbos (ca. 650/610–580 a. C.). Y contrario a lo que muchos pueden pensar, de acuerdo a los hallazgos arqueológicos, no fue un hombre el primer escritor en la historia, sino una mujer, llamada Enheduanna.

Se sabe de ella por los textos antiguos que se han encontrado, poemas y demás trabajos escritos en cuneiforme sobre tablillas de barro. Además, por el disco de alabastro que fue descubierto en la excavación de Gipar en Ur, por el arqueólogo británico Sir Leonard Wooley en el año 1928, llamado el Disco de Enheduanna, que tiene grabada la inscripción: “Enheduanna, sacerdotisa-zirru, esposa del dios Nanna, hija de Sargón, rey del mundo, en el templo de la diosa Inanna”.

De acuerdo a esos hallazgos arqueológicos, se cree que la poeta Enheduanna vivió aproximadamente desde el 2285 a.C. hasta el 2250 a.C., por lo que se le considera la autora más antigua conocida, quien ostentó además un cargo político-religioso importante, de Suma Sacerdotisa en el templo del dios Nannar (la Luna). Por ello mismo, los historiadores no han definido con precisión si su nombre era tal o una especie de título, toda vez que transliterado puede tener varias interpretaciones.

En-hedu-anna: En, era el título para los sacerdotes o sacerdotisas de Ur (ciudad sumeria en la antigua Mesopotamia), mientras que Hedu en el idioma sumerio significa ornato (o adorno), y An, cielo, o dios del cielo. Por lo tanto, se podría traducir como “la alta sacerdotisa del dios del cielo (An)”, o “la alta sacerdotisa ornato del cielo”, incluso como “la alta sacerdotisa de la Luna”.


OBRA LITERARIA


Habría que destacar que parte de sus escritos tuvieron una intención más que estética y religiosa, pues Enheduanna era además una princesa, hija del rey Sargón I de Acad, quien tuvo un reinado bélico, por lo que se cree que requería de la ayuda de los dioses. Así que mientras el rey y su ejército se hallaban al frente de las batallas, su hija escribía cánticos a los dioses para venerarlos, para que en reciprocidad brindaran ayuda divina a su padre y los soldados. 

Por ello, no extraña que los temas de esta poeta acadia hayan sido religiosos: himnos al dios Nannar y a su templo de Ur, mas también a la diosa Inanna, protectora de la dinastía de Akkad. Escribió 42 cánticos dirigidos a templos de Sumer y Acad, incluyendo Eridu, Sippar y Esnunna. 

Los textos se han reconstruido a partir de 37 tabletas de Ur y Nippur, la mayor parte de las cuales datan de los periodos Ur III y Viejo Babilonio (Sjöberg y Bergman 1969:6–7). Esta colección se conoce generalmente como Los himnos de los templos sumerios, considerados como uno de los primeros intentos de una teología sistemática. Su otra obra famosa es la Exaltación de Inanna o Nin-Me-Sar-Ra, que es una devoción personal a la diosa Inanna.

De acuerdo a un artículo publicado por Natalia Klimczak, en www.ancient-origins.net, “la versión más popular en inglés de los poemas de Enheduanna es obra de la Dra. Annette Zgoll, investigadora alemana que tradujo las antiguas inscripciones”. Estos son los primeros versos de un total de 153 que conforman la Exaltación a Inanna:


1. Reina de todos los ME, demasiado numerosos como para contarse,/ te elevas como luz resplandeciente

2. Mujer, la más decidida, ataviada de un terrible fulgor,/ amada de Anu y Uras,

3. Nugig de Anu,/ que estás por encima de todas las grandiosas corazas-SUHkese,

4. Tú, que amas la justa corona de Aga,/ digno del sacerdocio de En,

5. investida del poder de los siete ME, los siete,

6. ¡reina mía! ¡Guardiana del gran ME!

7. Has elevado el ME,/ has tenido el ME en tu mano.

8. Has reunido el ME,/ lo has abrazado contra tu pecho.

9. Como un dragón has arrojado veneno sobre territorio enemigo.

10. En las regiones en las que has tronado como Iskur,/ Asnan ya no existe gracias a ti.

11. Las aguas se abaten sobre esta tierra enemiga y la inundan.

12. ¡Tú la más alta en Cielo y Tierra,/ Tú eres su Inanna!


El escritor uruguayo Eduardo Galeano, en su libro Los hijos de los días hace referencia a la poeta Enheduanna:

“Vivió en el reino donde se inventó la escritura, ahora llamado Irak, y ella fue la primera escritora, la primera mujer que firmó sus palabras, y fue también la primera mujer que dictó leyes, y fue astrónoma, sabia en estrellas, y sufrió pena de exilio, y escribiendo cantó a la diosa Inanna, la luna, su protectora, y celebró la dicha de escribir, que es una fiesta, como parir, dar nacimiento, concebir el mundo”.