Cargando



Inbox



SERGIO BRICEÑO GONZÁLEZ

El ahijado


Martes 18 de Enero de 2022 8:33 am


BRYANT Alejandro García Ramírez es “ahijado y cercano colaborador” de la gobernadora Indira Vizcaíno Rodríguez, leo en una página informativa y me pregunto si eso de ahijado le favorece o no a Bryant, independientemente de que sea “cercano colaborador” y hasta que haya estudiado “en la misma universidad” en la cual cursó su licenciatura Vizcaíno Rodríguez.

Eso de ser ahijado de alguien me trae a la memoria para empezar un fiestón, uno de esos convivios que se organizan ya sea en un casino (de los Burócratas, del ISSSTE, de los Pensionados, de los Jubilados) o en un rancho o en una exhacienda, en donde el ahijado va de ropón blanco porque lo acaban de bautizar, lo que significa que la madrina también es católica, en este caso la propia Indira, en lo cual nada hay de malo, pues cada quien puede profesar el credo que le plazca.

Donde sí veo problema es en el hecho de que las madrinas, tanto como los padrinos, suelen reemplazar las funciones de la madre o del padre (de ahí su nombre y hasta su adjetivación: madrinazgo y padrinazgo), dentro de las cuales se pueden contar las de regañar al ahijado, proponerle retos, hacerle observaciones, y en una de esas hasta chicotearlos, chanclearlos o darles unos fajazos en el supuesto de que no obedezcan a la primera.

Si esto es así, es decir, que Bryant se comporte como verdadero ahijado, entonces tendría que escuchar y obedecer a Indira casi como si fuera su mamá. Pero ojo, la educación no depende de ir a la escuela juntos, como ocurrió con ambos, que fueron a la Universidad de Colima, sino en predicar con el ejemplo, de modo que la Gobernadora tendría que hacer lo propio para que el ahijado entienda cómo debe conducirse.

Siguiendo una educación cristiana, no mentir sería una de las primeras enseñanzas que debería inculcarle Indira a Bryant, sobre todo cuando se incendian unos coches nomás porque no había extintores en una carne asada o porque el pasto se quema con el calor de la luna. Esta primera falta, o pecado, podría conducir a Bryant a cometer otras si alguien no le advierte que en el ejercicio de la función pública tampoco se deben cometer actos impuros ni tolerar malos pensamientos, entre otras desviaciones de la correcta conducta que nos muestran las tablas de la ley.

Ahora bien, si Bryant es ahijado de bodas, de primera comunión o de confirmación de Indira, la cosa cambia. Ahí sí el madrinazgo solo alcanza para ponerle unos cuantos billetes con broches de seguridad al traje del interfecto y que la suerte lo acompañe. O en su defecto participar en la manteada que le ponen los amigos al novio, lanzándolo por los aires con la esperanza de que sus propios cuates lo cachen.

Esperemos que la madrina le jale las orejas, por lo menos, a su ahijado, ahora que la violencia sigue en aumento en Colima y no parece que vaya a parar, menos aun cuando a 2 meses y 18 días de haber asumido el cargo de Fiscal, Bryant no sabe ni por dónde darle y si pasar por debajo en la víbora de la mar o mejor aventar el ramo, aunque no sea la novia.