Medicina alternativa
PATRICIA MENDOZA ROMERO*
La salud en nuestra mente, boca y entorno
Sábado 14 de Mayo de 2022 8:43 am
Parte II EN un mundo que ha cobrado una especial aceleración y ha
incrementado el nivel de exigencia, la aparición del estrés parece natural y
vinculada a la mencionada somatización de emociones y, por secuencia, a
enfermedades de dicha índole. Es importante señalar
que hay dos maneras de ver las enfermedades psicosomáticas: la primera de ellas
es la que contempla la idea principal en la que la enfermedad, en términos de
síntomas y signos, sólo reside en el imaginario del paciente, a pesar de que
éste tenga las evidencias de lo mencionado; lo cual lleva a pensar sobre que es
una enfermedad imaginaria, irreal, es decir, únicamente existe a partir de la
experiencia del paciente, puesto que no existe dato que indique que dicha
enfermedad se origine en lo interno o externo de biológico –órganos atrofiados
o acción bacterias o viral–. Así pues, el tratamiento que suele derivar es a
tranquilizar las emociones o estado psíquico del paciente. La segunda manera de ver
la enfermedad psicosomática es en la que prevalece la idea principal en la que
ciertamente el origen de la enfermedad reside en la psique, en la mente del
paciente, a partir de diversos factores: como lo social, lo material, lo
emocional, etc. Y hace suponer que el malestar está ahí y en diversos casos
llega a afectar el funcionamiento de los órganos o sistemas biológicos del
cuerpo. Ciertamente situarse en
el extremo de ambas posturas implicará que únicamente se contemple una parte de
la realidad, cuando esta es mucho más basta que una mirada parcial, reducida y
hasta ignorante de la existencia del resto; peor aún, desestimando el sentir y
experiencia del mismo paciente llegando a negar su experiencia, diciendo “no
tiene nada, todo está en su cabeza”. Sin embargo, la realidad
es incluyente y, deseemos aceptarla o no, contempla la experiencia de
enfermedades reales que tienen origen en la psique, en la mente, y no por esto
no existan, por el contrario, hay un campo en la investigación médica que
asevera que toda enfermedad se origina en la mente. En dicho sentido, el
investigador de la UNAM, Óscar Pérez Liberato, en el año 2015 publicó el
artículo “Hacia las psicosomáticas: algunas consideraciones epistemológicas”,
donde señala de manera específica que: “Datos arrojados por Inegi y la OMS
indican que las principales causas de muertes son debidas a padecimientos
crónicos-degenerativos, de modo que existe una necesidad social que no está
siendo atendida. La realidad corporal ha rebasado los conceptos y límites entre
perspectivas, de eso se trata la problemática de lo psicosomático […] Los
modelos han arrojado destellos de realidad psicosomática, sin embargo, no han
sabido establecer la ruta que sigue la emoción, es decir, en qué momento afecta
más un órgano y no otro. Las cifras dan cuenta que las enfermedades deben tener
un tratamiento holístico, integrativo y no sólo atender al paciente desde una
postura médica tradicional”. De acuerdo con el
reporte realizado por la OMS, el 13 de abril de 2021, las enfermedades
crónico-degenerativas también llamadas No Transmisibles (NT), matan a 41
millones de personas cada año, lo que equivale al 71 por ciento de las muertes
que se producen en el mundo. Cada año mueren por ENT
15 millones de personas de entre 30 y 69 años de edad; más del 85 por ciento de
estas muertes “prematuras” ocurren en países de ingresos bajos y medianos. Las enfermedades
cardiovasculares constituyen la mayoría de las muertes por ENT (17,9 millones
cada año), seguidas del cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes.
Estos cuatro grupos de enfermedades son responsables de más del 80% de todas
las muertes prematuras por ENT. El consumo de tabaco, la
inactividad física, el uso nocivo del alcohol y las dietas malsanas aumentan el
riesgo de morir a causa de una de las ENT. La detección, el cribado
y el tratamiento, igual que los cuidados paliativos, son componentes
fundamentales de la respuesta a las ENT. La experiencia
profesional me permite constatar una realidad mucho más alarmante que los estudios
mencionados, la cual tiene que ver que hay una tendencia marcada en tratar de
resolver los cuadros de enfermedades con la misma medida: consumo de fármacos. Gran parte de la
solución para revertir esta tendencia es que los pacientes, o la población, se
informen de las alternativas médicas para la salud, revise a detalle su
fundamento y resultados. Se dice que la demanda es quien dicta la oferta. Así
pues, en este mundo comercializado, la alternativa es que la población
demande una medicina holística, integrativa y no sólo dé preferencia
absoluta a un enfoque médico; las llamadas medicinas alternativas hoy están más
presentes al alcance de muchas personas y pueden estarlo más si son mayormente
demandadas. Hoy, como seguiremos
revisando, la salud radica en la mente y se vincula fuertemente con la boca,
aspecto para la tercera parte mi columna. Teléfono: 3121334989
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