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De ayer y de ahora



ROGELIO PORTILLO CEBALLOS

Haz todo bien con solo tres palabras


Domingo 15 de Mayo de 2022 8:25 am


EN una clase con adolescentes, que tuve hace algunas semanas, tocamos el tema del desempeño en las tareas y en las actividades de la vida; el de hacer las cosas bien, como se requiere y a tiempo.

Empecé explicando así: en la vida tenemos que hacer muchas cosas. Tanto en el hogar, como en la escuela y en el trabajo, llevamos a cabo tareas y actividades. Cada uno de nosotros, si queremos lograr algo, nos vemos en la necesidad de realizar las tareas que nos lleven a conseguir lo que queremos. De hecho, el eficaz desempeño de las tareas, responsabilidades u obligaciones que nos corresponden o de actividades que nos propongamos, es una habilidad social muy importante que nos permitirá crecer y desarrollarnos.

Desde niños se nos va enseñando a ejecutar tareas y actividades que nos van capacitando para hacer mejor las cosas. Este es un proceso permanente para poder ser, ya de adultos, hombres y mujeres responsables capaces de tener un buen desempeño laboral y en la vida en general.

Pero la realidad a veces nos presenta dificultades o nosotros mismos tenemos limitaciones para hacer bien las cosas. Luego les dije: “les voy a revelar un secreto para hacer bien las cosas que emprendan. Tan solo consiste en tres palabras. La primera es: planear”.

Cualquier actividad, proyecto o meta que tengamos, sea construir una casa, hacer un viaje, encontrar un trabajo o estudiar una carrera implica que pensemos en cuál es el plan para lograrla, es decir, en qué tengo que pensar previamente para realizar mi cometido.

Pongamos un ejemplo: supongamos que vamos a hacer una excursión al Volcán de Colima. ¿En qué tenemos que pensar antes de ir?, ¿qué tenemos que llevar?, ¿qué ropa, abrigo o equipo necesito?, ¿qué alimentos, dulces o chocolates sería bueno llevar?, ¿quién conoce el camino o si necesitamos un guía?, ¿cómo está el clima?, en caso de una emergencia, ¿hay auxilio cerca?, etcétera.

Es muy conocido el hecho de improvisar, de hacer todo a las carreras o a última hora. También los que piensan que planear algo es quitarle espontaneidad a la vida. Así muchos se “avientan a lo gorras” y generalmente no logran su objetivo. En el caso del paseo al Volcán imaginemos que salimos de paseo y no llevamos comida o chocolates, o que a alguien se le olvidó la chamarra. También puede pasar que los excursionistas se pierdan en el bosque o veredas porque no saben la ruta y no cuentan con guía; o si alguien se siente mal o se accidenta, no saben qué hacer. Está comprobado que las cosas salen mejor cuando se planean y se anticipan posibles dificultades.

La segunda palabra es organizar. Al organizar estamos poniendo orden a lo que vamos a hacer. Estamos coordinando, ya sea a las personas, o a los medios adecuados para lograr el fin. O sea, ordenamos las actividades o distribuimos los tiempos o nos allegamos de los recursos para que todo salga bien. La tercera palabra es ejecutar, poner por obra lo planeado. Es poner en ejecución, llevar a la práctica, realizar las cosas.

Cuando se trata de actividades que queremos aprender y que tengamos que hacer repetidamente se requiere sin duda el ejercitar, el poner en práctica lo que se ha aprendido.

Si queremos que nuestras actividades rindan fruto se requiere que muchas de ellas las hagamos con un programa, es decir tener un proyecto ordenado de actividades. Una distribución del tiempo y hacerlas con un método, o sea, con un determinado modo ordenado de hacer las cosas.

Si queremos dominar algunas actividades o realizarlas con destreza tenemos, sin duda, que ejercitarnos en ellas. El tener una práctica cotidiana, el usar o ejercer algo continuadamente; el ensayar, entrenar, repetir algo varias veces nos llevará a perfeccionar la actividad en cuestión. Planear, organizar y ejecutar son las tres palabras que nos permiten hacer bien las cosas.