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Mucho por mejorar



LUNES POLÍTICO


Lunes 16 de Mayo de 2022 8:36 am


MUCHA polémica ha generado el funcionamiento del Centro de Coordinación, Control, Comando, Comunicación, Cómputo e Inteligencia (C5i) de Colima.

Debido a la creciente violencia que se sufre en el estado, existe la percepción social de que no está dando buenos resultados, pues son muy pocos los detenidos en comparación con el elevado número de delitos de alto impacto cometidos en los últimos meses.

Sin embargo, en entrevista concedida a Diario de Colima la semana pasada, el director del C5i, Julio César Gómez Torres, afirmó que dicho centro funciona bien y ha dado buenos resultados, aunque también reconoció carencias, falta de personal y equipo para ser todavía más eficiente.

De entrada, hay que señalar que quien está al frente del C5i es un funcionario capacitado para el cargo. Es capitán de Navío de la Armada de México. En la Infantería de Marina estuvo asignado a las Fuerzas Especiales. Ha sido comisionado de Seguridad Pública en el municipio de Oaxaca de Juárez y en la Policía Estatal, de ese mismo estado.

Además, comisionado por 2 años como director de Operaciones de la Policía Estatal en Tamaulipas, donde no hay policías municipales.

Así es que no se trata de ningún improvisado ni mucho menos, es una persona con el perfil idóneo para el cargo y seguramente su experiencia y capacidad puestas al servicio de los colimenses, pueden dar mejores resultados, de combinarse otros factores que él mismo ha señalado como áreas de oportunidad para mejorar.

Por lo pronto, se cuenta ya con más personal que el que había en noviembre para monitorear. Eran cuatro monitoristas para 285 puntos de monitoreo. Esto implicaba que sólo se reaccionaba ante los delitos de alto impacto. Hoy, con el apoyo que se recibió de la Guardia Nacional, Marina, Sedena, Fiscalía General del Estado, para monitorear tanto en el centro estatal, como en los regionales, se tienen de 12 a 14 cámaras por monitorista y eso definitivamente se refleja en una respuesta más rápida a cualquier incidente.

Ciertamente el punto débil que se aprecia, sin ser especialista, es la falta de videocámaras de vigilancia, pues se cuenta solamente con 855 para todo el estado, lo que evidentemente es muy poco, así haya más en los municipios más grandes y con mayores índices delictivos.

Algo importante y que también destacó Julio César Gómez es que se debe invertir siempre en seguridad. Existe la idea de que el gasto en el edificio del C5i fue exagerado y mejor hubiera sido fortalecer el C4 y Centros de Mando en los municipios; sin embargo, más temprano que tarde sería necesario tener un C5i en Colima y si ya se dio el primer paso, toca a la actual administración reforzarlo y hacerlo cada vez más eficiente.

Se debe aprobar más inversión, adquirir más equipo tecnológico y cámaras de videovigilancia, más personal, capacitación y todo lo necesario para que funcione al 100 por ciento y sus resultados sean palpables para la sociedad.

El desarrollo del estado y, principalmente la crisis en seguridad que se padece desde hace años y se ha agudizado en este, demandan la máxima atención de todas las autoridades y en ese combate a la delincuencia, el C5i juega un papel preponderante.


Gobierno eficiente


A partir de que fue ratificada en su cargo con un amplio respaldo popular, en la elección de 2021, la alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martínez Martínez, ha desarrollado una intensa actividad en materia de obras, servicios y otros rubros que impactan de manera favorable a los habitantes de ese municipio.

Mediante el ejercicio riguroso del presupuesto público, la Alcaldesa implementó un ambicioso programa de rehabilitación de la infraestructura pública, así como de mejoramiento de las condiciones en que operaban los cuerpos de seguridad locales.

Para este año y de acuerdo al Programa Anual de Obras 2022, la administración manzanillense invertirá más de 227 millones de pesos, provenientes de recursos propios, en diversas acciones de infraestructura, sociales, deportivas y de fomento al turismo. 

Refiere ese documento que la mayor inversión, un total de 65 millones 340 mil pesos, se realizará en el rubro de vialidades, banquetas y andadores; mientras que otros 39 millones de pesos serán destinados a la rehabilitación de redes de drenaje y obras complementarias.

En materia de seguridad pública, Griselda Martínez afirmó que se han invertido 121 millones de pesos en el reforzamiento de ese sector, además que realizó un proceso de depuración policial que incluyó el cese de más de 100 elementos que no aprobaron los exámenes de control y confianza.

También de manera reciente, la Munícipe entregó nuevas instalaciones en el Complejo de Seguridad Pública de esa ciudad, consistentes en comedor, gimnasio, almacén y taller equipados, todo con una inversión superior a un millón de pesos.

En materia cultural, la Presidenta Municipal desarrolla un intenso programa de actividades con motivo de la feria local, además que en noviembre pasado inauguró un mural en lenguaje de señas que es considerado el más grande de todo el país.

Una de las acciones más importantes en los últimos meses es la compra de una máquina compactadora con un valor de 12 millones 500 mil pesos, misma que permitirá el manejo adecuado de los residuos sólidos y ampliar más de 10 años la vida útil del relleno sanitario.

Con esa importante lista de logros, la alcaldesa Griselda Martínez Martínez ha logrado que el presupuesto de Manzanillo, superior a los mil millones de pesos, se refleje en obras que benefician a la población, algo que no sucedía en ese municipio desde hace muchos años.

Alejada de las disputas políticas, la Edil se enfoca en atender las principales necesidades de los gobernados y hasta ahora la apuesta es correcta, como lo demuestra el hecho de que en las pasadas elecciones venció con comodidad sus adversarios, entre ellos Jorge Luis Preciado Rodríguez.

Si continúa con esa sólida gestión de la gobernanza, Griselda Martínez se convertirá en uno de los activos más fuertes de Morena en el estado, adquiriendo un boleto para disputar un cargo importante en la elección del 2024 y, por supuesto, enfilada para ser una próxima aspirante a la gubernatura.


Cereso


ANUNCIADA por la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, la inversión federal de 200 millones de pesos para mejorar las instalaciones del Cereso de Colima es una buena noticia, pues desde hace mucho tiempo el lugar ha permanecido en el abandono, sin mejoras ni mantenimiento alguno, ante la indiferencia de las autoridades.

Durante su visita a Manzanillo, la funcionaria federal destacó las inversiones que se han realizado en la entidad en programas de bienestar, especificando que “uno de esos beneficios es que para este año se tramitó por parte de la Secretaría de Seguridad una entrega de 200 millones de pesos a Colima, para mejorar las condiciones de uno de sus penales”.

Habrá que recordar que fue precisamente en el Cereso, el pasado 25 de enero, donde estalló la violencia criminal que luego se extendió a todo el estado y hasta hoy no ha terminado, pero que desde años atrás se venían presentando algunos hechos delictivos como asesinatos de reos, de celadores, pleitos y amotinamientos. 

Especialistas del sistema penitenciario como José Abel Saucedo Romero, exdirector del Cereso entre 2016 y 2018, señaló a un medio nacional que ya había alertado sobre el potencial peligro que existía al interior del penal por la falta de personal capacitado, la inexistente clasificación criminológica de los internos y la total indiferencia de autoridades y gobernadores.

En otras palabras, destacó que la infraestructura del lugar está rebasada por el número de internos, que no existe la separación de espacios suficientes para dividirlos por su clasificación criminológica o nivel de peligrosidad, están todos revueltos, algunos en hacinamiento. Tampoco hay personal especializado ni suficiente para garantizar la seguridad y rehabilitación de los internos.

Es importante también que se destine una parte del recurso para la adquisición de equipo de seguridad, como arcos detectores de drogas o armas, pues resulta inconcebible que dentro del penal se hayan encontrado pistolas, cuchillos, celulares y otros objetos punzocortantes.

El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima, Roberto Ramírez, indicó que lo sucedido en el Cereso fue una situación que se venía arrastrando con anterioridad porque no se dio seguimiento a los diagnósticos nacionales penitenciarios que emite la Comisión Nacional de Derechos Humanos de manera anual, en áreas de seguridad, áreas de clasificación de internos y las medidas que debe tomar la autoridad al momento de que ingresan las personas, que detonaron de manera trágica el 25 de enero, con nueve muertos y varios heridos.

Es necesario que las autoridades también homologuen los niveles de seguridad de los Cereso de Colima y de Manzanillo, garantizar las medidas de seguridad al ingreso, que se adopte la tecnología para evitar la invasión de los cuerpos de las personas cuando ingresan al penal, reforzar la seguridad interna y perimetral, rediseñar y clasificar los dormitorios, así como contratar personal especializado.


Cuidar a criminales


UNA andanada de críticas ha recibido el presidente Andrés Manuel López Obrador luego de haber señalado que “cuidamos a los elementos de las Fuerzas Armadas, de la Defensa, de la Guardia Nacional, pero también cuidamos a los integrantes de las bandas, porque son seres humanos”. Sus palabras son una grave afrenta a miles de familias que han perdido seres queridos asesinados por delincuentes. 

En la conferencia mañanera del pasado jueves le preguntaron al Mandatario su opinión sobre los hechos ocurridos en Nueva Italia, Michoacán, donde un convoy de vehículos de un cártel del narco correteó y expulsó de la comunidad a varias unidades del Ejército Mexicano. Las imágenes de los criminales persiguiendo a los militares que ya le dieron la vuelta al mundo son grotescas, vergonzosas. El mundo al revés ha sido el sello del gobierno de la autoproclamada 4T; ahora los criminales persiguen a los policías y los agentes.

Pero lejos de corregir, al siguiente día, el viernes, López Obrador machacó y dijo que no se trató de un desliz el haber dicho que “se debe cuidar la vida de los criminales”. El Mandatario expresó categórico: “así pienso”.

Sus declaraciones confirman la inacción del gobierno contra el crimen organizado que se ha apoderado de grandes regiones del país. Nadie le ha pedido que torture o asesine a los delincuentes, simplemente que cumpla con la obligación del Estado Mexicano, de capturarlos, llevarlos a juicio y ponerlos tras las rejas. Su falsa fraternidad y “amor al prójimo” más se asemeja a la conocida “pax narca”; es decir, dejarlos operar a los cárteles a cambio de paz en las calles. Pero en el país operan esas células del crimen, venden drogas, exportan, cometen homicidios, feminicidios, extorsionan, y son los principales generadores de la violencia que afecta en gran medida a millones de ciudadanos.

Por sus declaraciones, ahora se entiende por qué tanta deferencia y hasta sumisión para bajarse de su vehículo e ir a saludar con gran reverencia a la mamá del Joaquín Chapo Guzmán y haber liberado también a Ovidio Guzmán, luego de que fuera capturado por marinos en un exitoso operativo en Culiacán, Sinaloa. En esa ocasión trató de justificar y dijo que evitó un baño de sangre, nadie se lo creyó.

El secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, ha reiterado que la instrucción del Presidente es que se respeten los Derechos Humanos de los detenidos. Eso no está a discusión, eso es lo correcto que deben hacer los policías y militares. Lo que se cuestiona es la inacción del Ejército, la Marina y Guardia Nacional, pues ya son muchas ocasiones en que se ha humillado a los soldados de esas corporaciones; hay videos donde se observa cómo los desarman, les gritan, los golpean y en general les dan un trato como si fueran basura. 

Se dice que en política la forma es fondo y López Obrador desde que inició su gobierno le ha dado más valor a la vida de los criminales que a los cientos de miles de víctimas inocentes que han perdido la vida en las calles de México.

Su pueril justificación de que “ya no es como antes”, no se sustenta, en su gobierno ya van más de 110 mil personas asesinas, miles de ellas víctimas inocentes que nada tenían que ver con la guerra entre cárteles del crimen organizado. El promedio mensual de homicidios dolosos durante el gobierno de López Obrador se ha incrementado 40 por ciento respecto al sexenio anterior. Asimismo, en esta administración suman ya 151 los periodistas y activistas sociales que han sido privados de la vida. 

Dice que en 2011, en el gobierno de Felipe Calderón hubo mil 76 enfrentamientos que derivaron en mil 127 heridos y detenidos y mil 412 muertos, “más muertos que heridos y detenidos”. Afirma que en lo que va de su gobierno van solamente 94 fallecidos. Sin embargo, omite señalar que los homicidios dolosos registrados durante los tres primeros años de su administración superan a la suma de los contabilizados en el mismo periodo de los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, quien comenzó la llamada “guerra contra el narco”.

Mientras él y su familia estén a salvo y el pueblo de México siga poniendo los muertos, como falso mesías seguirá hablando del “amor al prójimo”, de lo que dice el Nuevo Testamento y rogándole a los criminales “que se porten bien”. Deplorable.