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Hay que decirlo



CARLOS GARCÍA LEMUS

Amar a los asesinos


Martes 17 de Mayo de 2022 8:02 am


UÉ triste vivir en un país en donde el Presidente de la República protege más a delincuentes sanguinarios, aquellos que con toda crueldad asesinan, mutilan a sus víctimas, secuestran, extorsionan y amenazan a cualquiera, incluidas autoridades y ahora hasta elementos de las Fuerzas Armadas, que a las personas de bien.

A más de la mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es evidente el fracaso de su ridícula política de abrazos y no balazos contra el crimen organizado que tiene secuestrado al país, ante la tolerancia, pasividad y complicidad del Gobierno Federal.

No son sólo las simplezas y payasadas de la máxima autoridad del país de llamar a los delincuentes a portarse bien, a pedirles a sus mamás y abuelas que les pidan eso o los castiguen, o a decir que con sus programas populistas les va a arrebatar a los jóvenes a las bandas de criminales.

La incapacidad, indolencia, cobardía y complicidad del Presidente para hacer frente al crimen organizado tiene al país hundido en su peor crisis de inseguridad. A lo largo y ancho del territorio nacional vemos el dominio de los criminales sobre las personas de bien y, lamentablemente, incluso ya del Ejército Mexicano.

En las últimas semanas vimos, por ejemplo, en Marquelia, Guerrero, amenazas directas de personajes oscuros contra elementos de la Guardia Nacional, a quienes incluso les dijeron que les perdonaban la vida, pues pensaban ponerlos en un puente, pero gracias a la intervención de un Presidente Municipal, que “es nuestro amigo y nuestro mando aquí, vamos a dejar esto así”.

Y qué decir del caso más reciente, en Nueva Italia, Michoacán, donde sujetos fuertemente armados a bordo de varias camionetas, persiguieron e hicieron huir a miembros del Ejército Mexicano.

López Obrador aseguró, al día siguiente, que así como su gobierno cuida a los elementos de las Fuerzas Armadas, también lo hace con los miembros de las bandas, pues son seres humanos. “Cuidamos a los elementos de las Fuerzas Armadas, de la Defensa, de la Guardia Nacional, pero también cuidamos a los integrantes de las bandas, son seres humanos. Esta es una política distinta, complemente distinta”, dijo.

Eso lo sabíamos desde el 17 de octubre de 2019, cuando soldados mexicanos, arriesgando sus vidas, detuvieron a Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo Guzmán, en un domicilio de Culiacán, pero tuvieron que dejarlo libre por órdenes del Presidente.

¿Cómo se sentirán miles de familias mexicanas que han perdido a algún ser querido a manos de delincuentes desalmados, al escuchar a López Obrador decir que hay que cuidarlos? A esos que quizás se metieron a una casa a robar, violar y asesinar a un ser querido. A esos que tienen al país en medio de una lucha de terror, sangre y muerte.

¿Cómo se sentirán las Fuerzas Armadas, desde los elementos que enfrentan cara a cara a esos maleantes, hasta los mandos, de tener que huir, aguantar humillaciones y no poder actuar contra aquellos que están dañando a los mexicanos?

Muy diferente sería todo si esa política estuviera dando buenos resultados, pero las cifras son abrumadoras, aunque López Obrador y su gente caigan en absurdo de que “ellos tienen otros datos”: de diciembre de 2018, y hasta febrero de 2022, en México se habían registrado más de 110 mil homicidios dolosos y más de tres mil 100 feminicidios, según datos proporcionados por la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez.

Luego, se informó que marzo ha sido el mes más violento de 2022. A tasa mensual, los homicidios dolosos registraron un alza de 17.5 por ciento, de acuerdo a datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

El Informe de Seguridad mensual, registró que durante el tercer mes de 2022, hubo dos mil 657 homicidios dolosos, 396 más que los contabilizados en febrero del mismo año y los homicidios aumentaron respecto a los cuatro meses anteriores.

Como referencia, durante los seis años de gobierno de Felipe Calderón, hubo 102 mil muertes violentas; con Enrique Peña Nieto se registraron 123 mil homicidios dolosos. Hoy, a poco más de la mitad del gobierno de López Obrador, las cifras rebasan los 120 mil, pero para él vamos “requetebién”.

Así es que eso de que ama al pueblo bueno de México, no es más que palabrería. En los hechos, su querencia está con los asesinos.