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Estado de incertidumbre



EDITORIAL


Viernes 20 de Mayo de 2022 7:36 am


UNA nueva jornada sangrienta se vivió ayer en la entidad, con el asesinato de siete personas en los municipios de Manzanillo y Colima; un recrudecimiento de la violencia que no cede desde hace casi 4 meses, luego del motín en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Colima.

En diferentes hechos violentos, hombres y mujeres fueron ejecutados en plena vía pública, algunos de ellos en lugares bastante concurridos y ante la mirada de la población civil.

Las características de los ataques del crimen organizado han variado en las últimas semanas, ya no son perpetrados en la oscuridad y en zonas alejadas de concentraciones de personas, por el contrario, parece que la intención es atacar a la vista de todos, en horarios de amplia circulación.

Además de infundir miedo e incertidumbre, ese modus operandi de la delincuencia organizada ya no solo atenta contra integrantes de bandas rivales, sino que en muchos casos afecta a la población civil que tiene la mala fortuna de estar en el lugar y momento equivocados.

Por ese motivo, la sociedad ha cambiado sus hábitos y costumbres; cada vez es más la gente que evita salir por la noche, transitar por sitios donde se han registrado homicidios o simplemente hacer una vida normal, pues eso ya no es posible en un estado cooptado por la delincuencia.

Las autoridades de los tres niveles de gobierno no han sido capaces de garantizar la seguridad de las personas, por lo que en lo individual, cada quien toma sus propias medidas para protegerse, mientras las células delictivas parece que son dueñas de las calles.

Hay miedo y zozobra, condiciones inaceptables de vida, pues se han trastocado las libertades básicas; Colima es una zona de guerra y los colimenses saben que sin autoridad que ponga freno a la situación, en cualquier momento puede tocar la mala fortuna de convertirse en una víctima colateral. Así son nuestros días.