Indicador político
CARLOS RAMÍREZ
Militares en seguridad
Jueves 11 de Agosto de 2022 7:48 am
LA participación de
militares en labores de apoyo a la seguridad pública y en función de una crisis
de seguridad interior ha tenido dos etapas: el uso de las Fuerzas Armadas a
partir de diciembre de 2006 y la transformación de la Policía Federal en
Guardia Nacional con personal y formación militar. La diferencia entre
la administración civil y militar de agrupaciones de seguridad pública está
determinada por los rangos de disciplina al interior de las corporaciones: la
militar es muy estricta y la civil está dominada por mecanismos
administrativos. Las dos policías federales de 1998 al 2018 tuvieron mayores
rangos de perversión interna que las de la policía militar que se movía en el
cumplimiento de las reglas castrenses. Las Fuerzas Armadas
participaron en labores de seguridad ante la incapacidad administrativa,
operativa y de organización de las dos policías federales. En diciembre de
2006, el presidente de origen panista Felipe Calderón Hinojosa decidió declarar
la guerra al crimen organizado en Michoacán y en otras plazas a partir de una
realidad inocultable: las bandas criminales habían tenido la complicidad de
autoridades civiles, políticas y de seguridad para incrementar su capacidad
operativa y rebasar en algunos casos los rangos de respuesta de las policías
federales y estatales. En agosto de 2008,
el presidente Calderón aceptó, en los hechos, la incapacidad civil para atender
la desorganización total de las estructuras de seguridad del Estado y aprobó un
acuerdo de 74 reformas concretas del sistema de seguridad civil que debieron de
cumplirse para decidir el regreso de los militares a sus cuarteles; en menos de
un año, las autoridades civiles tiraron a la basura ese acuerdo, se negaron a
realizar las reformas indispensables de seguridad y justicia y aceptaron la
presencia de las fuerzas militares. De haber cumplido esa profunda reforma, los
militares hubieran entregado la seguridad a los civiles. El fracaso civil
del Estado desde 1970 fue escalando la crisis de seguridad pública –protección
de la propiedad de los particulares–, llegó a un colapso de la seguridad
interior –incapacidad del Estado para proteger el territorio interno para la
producción, la distribución y el sistema democrático– y terminó colapsando la
seguridad nacional –transnacionalización del crimen organizado–. La decisión de
trasladar a las Fuerzas Armadas la crisis articulada en las tres seguridades
fue producto de la incapacidad de las autoridades civiles para combatir las diferentes
expresiones de la delincuencia y el crimen organizado/desorganizado. La
decisión pública desde el Plan Nacional de Desarrollo 1982-1988 de replantear
la doctrina de seguridad nacional del Estado mexicano dejó muy en claro la
diferenciación de conceptos: una militarización implica la captura del poder
civil por representantes castrenses y un enfoque militar de las tres
seguridades implica el compromiso del Estado de garantizar el bienestar civil y
el funcionamiento político de las instituciones. El fracaso de la
seguridad pública civil carece de justificaciones. Pero el asunto es mayor
cuando se asume con responsabilidad la doctrina de las tres seguridades. La
participación de los militares en seguridad pública con leyes y reglamentos muy
claros mandaría el mensaje a la delincuencia de que se estarían enfrentando no
a policías corrompibles con armas de bajo calibre, sino que estarían
confrontándose con la estructura del Estado que tiene como definición el
monopolio de la fuerza para defender los derechos de los ciudadanos. La supuesta
militarización tiene, desde los militares que comenzaron en labores de
seguridad pública en El viejo Estado de
bienestar del régimen priista fue aniquilado por la incapacidad y corrupción de
funcionarios priistas que permitieron y hasta prohijaron la existencia de
bandas criminales. Hoy se tienen las características de un Estado de seguridad
interior que articula seguridad, garantías democráticas y bienestar. El gran debate en
torno a la Guardia Nacional se localiza en el debate sobre el Estado de
seguridad interior.
Política para dummies: La política oculta las nuevas prioridades.